¡Hace un tiempo me consideraban un influencer gastronómico! Sí, así como lo oyes. Tenía una página web que llegó a tener más de 600,000 seguidores en redes sociales. Gracias a eso, me invitaban a un montón de cenas, comidas y catas de todo tipo. En esa época, conocí a un montón de influencers de gastronomía y a personas de relaciones públicas que fingían ser mis amigxs.
Pero, como en toda buena historia, las cosas comenzaron a cambiar. De repente, aparecieron influencers por todas partes en la CDMX y en todo el país. El ambiente se volvió un poco denso, y ya no se trataba de compartir experiencias gastronómicas en nuestras redes, sino que la fama y la popularidad se volvieron la prioridad.
Fue así como la diversión se esfumó de esos eventos. Decidí vender mi página y, aunque sigo recibiendo invitaciones a eventos gracias a mis cuentas personales he dejado de aceptar la mayoría. ¿Por qué? Porque ya no quería convivir con muchxs de esxs influencers que se creen tan importantes como la Rosalía, pero en realidad no tienen nada de influencia.
He tenido la oportunidad de conocer a muchxs influencers gastronómicos (por lo menos hasta principios de este año) y he llegado a la conclusión de que hay, al menos, 8 razones para no confiar en esxs (mal llamadxs) influencers de gastronomía (¡incluyéndome a mí en su momento!)…
1. ¿Sabor o presentación?
Hoy en día, todas las redes sociales (sí, incluso Twitter o X) están enfocadas en la imagen. No puedes publicar nada sin una buena foto. Lxs influencers de gastronomía lo saben muy bien y se esfuerzan por encontrar la mejor imagen posible. Pero, ¿qué pasa si un platillo no es fotogénico? ¡Olvídate del sabor! Solo compartirán fotos de lo que se ve bonito y llamativo; el sabor queda en segundo plano.
2. No salen de su zona de confort
¿Te has dado cuenta de que lxs influencers de gastronomía se mueven solo por el Circuito Juárez-Roma-Condesa-Polanco? De vez en cuando, pueden aventurarse a San Ángel o Coyoacán, pero eso es todo. ¡La CDMX es enorme! ¿Por qué no explorar otras colonias?
3. Todo es fifí
Si miras las publicaciones de estxs influencers (con algunas excepciones), verás un montón de platillos de lxs mejores chefs de México, hechos con ingredientes orgánicos y exóticos. Todo muy bonito, pero no siempre accesible para el público en general, ¡y mucho menos para nuestros bolsillos! Eso sí, varixs influencers ya vieron que hablar de fonditas o changarritos también es negocio y han volteado su mirada a estos lugares, pero solo lo han hecho por los likes.
4. El tren del mame
No todo es glamuroso entre lxs influencers gastronómicos. Cuando se ponen de moda los chilaquiles de una esquina en la Condesa o los esquites junto a Reforma 222, ahí están todxs para “comprobar” o criticar esos manjares callejeros (siempre que no tengan que ir hasta la Álamos o la Portales). Y, sean buenos o no, seguro dirán que es lo mejor que han probado. ¡Todos repiten lo mismo!
5. Siempre el mismo lugar
Es curioso ver cómo casi todxs los influencers de gastronomía parecen ir a los mismos lugares, a veces incluso el mismo día y a la misma hora. Si sigues a uno, ¡ya sabes qué publicarán los demás! Esto pasa porque los invitan a conocer el mismo lugar al mismo tiempo (la razón por la que rara vez salen de su zona de confort y van a lugares “fifís”).
6. Son un poco prepotentes
Este punto no aplica a todxs, pero he visto a varixs influencers que creen que tienen la autoridad para juzgar a otrxs, desde chefs hasta críticxs gastronómicos. He presenciado situaciones donde algunxs de ellos han gritado a chefs por sus elecciones de ingredientes. ¡No hay necesidad de ser tan nefastxs!
7. Todo es Relaciones Públicas
Una gran razón por la que estxs influencers no exploran fuera de ciertas zonas de la CDMX es porque muchos restaurantes cuentan con personas de relaciones públicas que lxs invitan a probar su comida. La dinámica se vuelve que, dependiendo de su relación con estas personas, algunxs influencers hablarán bien o mal del lugar. ¡Así que no siempre se puede confiar en lo que publican!
8. Cobran por sus posts
Por último, hay que mencionar que muchxs influencers de gastronomía han llegado a pensar que tener más de 10,000 seguidores en Instagram o TikTok les da el poder de cobrar por sus publicaciones. Y lo peor es que algunos departamentos de marketing les han creído. Así, comienzan a recibir pagos por publicaciones que parecen opiniones sinceras, pero en realidad son pagadas. Si confías en elloxs, ¡puedes terminar siendo engañadx!
P.D.: No mencioné nombres, así que si te sientes aludidx o alguien te dice “influencer de gastronomía” y te queda el saco, ¡lo siento! Pero si no te queda, ¡disfruta de tu momentito de fama!