La estación Metro Ermita es una de las más importantes en la intersección de la Línea 2 y la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, ubicada al sur de la Ciudad de México, en la alcaldía Benito Juárez. El nombre de la estación y su ícono están profundamente conectados con la historia religiosa y cultural de la zona, que guarda un legado desde tiempos prehispánicos hasta la modernidad.
La estación debe su nombre a la antigua Ermita de San Antonio, también conocida como Capilla de las Ánimas o Capilla de Zacahuitzco, una construcción religiosa que estuvo en la zona hasta ser demolida en los años 40 del siglo XX para dar paso a la ampliación de la Calzada de Tlalpan. Las ermitas eran pequeñas capillas construidas fuera de los atrios de las iglesias, y la Ermita de San Antonio fue uno de los muchos lugares de culto que existieron en la región desde el siglo XVII.

La imagen del ícono de la estación representa la silueta de esta ermita, evocando su arquitectura y el legado espiritual de la zona. Aunque la ermita original ya no existe, su historia sigue viva en el nombre de la estación y en la memoria colectiva de la comunidad.
La zona donde se ubica la estación Metro Ermita tiene un significado aún mayor al considerar su pasado prehispánico. Durante el periodo mexica, el cruce de la Calzada de Tlalpan y la Calzada Ermita-Iztapalapa fue un punto crucial de la infraestructura de la ciudad. La calzada, construida en 1432, funcionaba como un dique y un acueducto que conectaba importantes puntos de la cuenca de México, como Huitzilopochco (hoy Churubusco) y Coyoacán.
Este antiguo camino prehispánico, que originalmente unía la región con el Lago de Texcoco, es un testamento de la ingeniería mexica, y la Calzada Ermita-Iztapalapa fue una de las vías principales hacia el oriente de la ciudad. Hoy, la estación de metro se encuentra en una zona histórica que conecta el pasado mexica con la Ciudad de México moderna.
La estación Metro Ermita fue inaugurada en 1970 y, al ser una estación de superficie, sigue ofreciendo una visión del paisaje urbano y su evolución. A lo largo de los años, Ermita ha sido testigo de grandes cambios, especialmente en la ampliación y modernización de la infraestructura de la ciudad. A pesar de su importancia histórica y de estar ubicada en una zona de gran tráfico vehicular, la estación no ha sido tan concurrida, siendo una de las estaciones con menos afluencia en los últimos años.

Durante la década de 1940, la antigua ermita fue demolida como parte de los trabajos de expansión de la Calzada de Tlalpan, pero su recuerdo persiste en el nombre de la estación y en la historia de la ciudad.
La cercanía de la estación con el Centro Nacional de las Artes y las múltiples historias que giran en torno a la Ermita de San Antonio hacen que este lugar no solo sea un punto de transporte, sino también de encuentro cultural. Además, la estación se encuentra en una zona cercana a otros puntos históricos y culturales, como la Colonia Portales y el mercado homónimo, lo que le da un carácter único dentro de la red del metro.
Aunque no es la estación más concurrida, Metro Ermita sigue siendo una pieza fundamental del sistema de transporte, conectando la historia del México prehispánico, el colonial, y la modernidad del siglo XXI.