Si alguna vez caminas por la calle Palma, justo en la esquina con 16 de Septiembre, detente un momento y mira bien el edificio que tienes enfrente. Tal vez ahora sea una tienda de ropa con letreros de rebajas, pero en el siglo XIX ahí funcionó el primer hotel de México: el legendario Hotel de la Bella Unión. Y créenos… ¡vaya que tiene historia!

Corría el año de 1840 cuando el ingeniero militar italiano José Besozzi se aventó la proeza de construir este edificio en tan solo cinco meses. No solo fue pionero por ser el primer edificio planeado para funcionar como hotel, también fue el primero en usar estructura metálica con ladrillo, algo totalmente novedoso para una ciudad acostumbrada al tezontle y la arquitectura colonial.

Con una fachada de estilo afrancesado, sin adornos extravagantes pero sí con bustos de los primeros presidentes de México, la Bella Unión tenía un aire europeo que fascinaba a las y los visitantes. Y por dentro… ¡lujo puro! Habitaciones cómodas, un restaurante que servía delicias inéditas como crema chantilly y helados de tres sabores. 😋 ¡Era lo más chic de su época!

Pero como en toda gran historia, llegó el giro dramático: en 1847, durante la intervención estadounidense, el hotel fue tomado por los soldados yanquis. Lo convirtieron en cantina, salón de juegos, prostíbulo y hasta pista de baile. El mismísimo Guillermo Prieto lo mencionó, describiendo la intensidad y el escándalo que se vivía ahí. Incluso, desde este hotel salieron los soldados que izaron la bandera estadounidense en el Palacio Nacional, un episodio clave en la historia de México.

Y si crees que eso fue todo… ¡espera! Años antes, en 1850, el político Juan de Dios Cañedo fue brutalmente asesinado en una habitación del hotel con 30 puñaladas. 😱

Durante el Porfiriato, aún figuraba entre los hoteles más importantes de la capital, junto al Iturbide, el Colón y el Café Anglais. Pero poco a poco su fama se fue apagando, hasta cerrar como hotel. Hoy, aunque ya no recibe huéspedes, el edificio sigue en pie y guarda en sus muros más historia que muchos museos.

Así que ya sabes: la próxima vez que pases por el número 37 de Palma, mira hacia arriba. Ahí, detrás de los anuncios modernos, sigue viva la memoria de un lugar que fue el primer gran hotel del país, testigo de revoluciones, invasiones, escándalos… y muchos helados de tres sabores.

Dirección: Avenida Palma #37, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX, Ciudad de México, CDMX