Ubicada en la Línea 3 del Metro de la Ciudad de México, la estación Viveros/Derechos Humanos es mucho más que un punto de paso: es una invitación a reflexionar sobre el entorno natural y la dignidad humana. Su nombre y su símbolo —una planta brotando de unas manos convertidas en palomas— lo dicen todo: aquí confluyen los ideales de paz, vida y justicia.
Durante años, esta estación se llamó simplemente Viveros, en referencia al famoso Parque Viveros de Coyoacán, que se encuentra justo encima de los andenes. Estos viveros fueron fundados en los terrenos del antiguo rancho Panzacola, donados por el ingeniero Miguel Ángel de Quevedo, y desde entonces han sido clave en la reforestación del Valle de México. Hoy en día, en ese espacio verde se cultivan especies forestales que se usan para reforestar o se ponen a la venta, siendo también un lugar ideal para caminar, correr o simplemente respirar aire fresco.

Sin embargo, en 2009 la estación cambió de nombre para incorporar también a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, cuya sede se encuentra a unos pasos. Así nació el nombre compuesto Viveros/Derechos Humanos, reconociendo el papel fundamental de esta institución en la defensa de los derechos y libertades en la capital.
Además del verde del parque y el trabajo de la Comisión, esta estación también ofrece una dosis de arte. En sus escaleras puedes encontrar el mural “Una tarde dominical bajo la Ciudad de México”, del artista Jason Schell (aunque, creo que ya quitaron el mural), que rinde homenaje a los millones de personas que viajan cada día en el Metro, tanto por trabajo como por placer.

Y eso no es todo. Desde 2018, Viveros/Derechos Humanos se transformó en una verdadera selva subterránea. ¿Cómo? Gracias a una exhibición permanente sobre la Selva Lacandona, uno de los ecosistemas más importantes y biodiversos del país. Más de dos mil metros cuadrados de la estación fueron decorados con imágenes de jaguares, guacamayas, ceibas y tapires. Incluso hay un puente colgante con una boa gigante, un árbol de cinco metros y escaleras decoradas como si fueran piel de animales. Esta exposición no solo es perfecta para selfies, también nos recuerda la importancia de conservar nuestros bosques y selvas.
Viveros/Derechos Humanos se encuentra entre las alcaldías Coyoacán y Álvaro Obregón, y es una parada clave para quienes viven en colonias como Florida, Axotla y el Barrio de Santa Catarina. También conecta con rutas de autobuses y es una excelente opción para quienes quieren explorar los alrededores, como el encantador Museo Nacional de la Acuarela o las pintorescas calles de Museo Nacional de la Acuarela .

Si vas con prisa, tal vez solo notes que las salidas están en el mismo andén (algo poco común en el Metro). Pero si tienes unos minutos, date la oportunidad de admirar lo que hace especial a esta estación. Aquí, bajo tierra, conviven la lucha por los derechos humanos, la conciencia ambiental, el arte urbano y, por supuesto, el espíritu de una ciudad que no deja de moverse.