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Bollería Mexicana, un paraíso de pan en la Colonia Industrial

Cuando llegué a vivir a esta zona, lo primero que hice fue explorar las diferentes calles de las colonias que me quedan al rededor. Fue así que, un día, mientras caminaba sobre Basiliso Romo, en la Colonia Industrial, me topé con un pequeño local llamado Bollería Mexicana. Aunque llamó mi atención, ese día no me detuve a conocerlo, porque era temprano y estaba cerrado. Sin embargo, unos días después, una conocida me comentó que esa panadería estaba muy buena; así que decidí buscar los horarios y darme una vuelta por Bollería Mexicana.

Llegué un viernes como a las seis o siete de la noche y ya había una fila de unas tres o cuatro personas. No le di importancia y me formé, y me dije a mi mismo, casi pan ya tendré. Al fin, llegué a un aparador de lo más elegante (realmente estaba sencillo) y me puse a ver la gran variedad de pan dulce que tenían en este lugar: conchas, orejas, piedras (scones), chocolatines, cruasanes (croissants, si te sientes fifí), banderillas y bisquets, entre otros. Y sobre el mostrador tenían unas coronas de hojaldre con fruta y strudel de manzana y de guayaba. La elección fue difícil, pero me decidí por un strudel de guayaba, una piedra de limón y un chocolatín.

Debo confesar, que mi idea era comerme uno por día, pero todo estaba tan bueno, que terminé acabándomelo en solo dos sentadas. ¡Eso fue todo, me había enganchado en el mundo del pan de Bollería Mexicana! Al día siguiente regresé por más pan, y a la semana siguiente fui por más pan, y más y más y más… Después me enteré que, los fines de semana tienen pizza para llevar; las venden completas o por rebanadas, así que terminé llevándome una rebanada de pepperoni y otra de queso. ¡Una delicia!

Seguí frecuentando Bollería Mexicana de manera religiosa, hasta que llegó octubre y sacaron su pan de muerto. Y, si me has leído desde hace tiempo seguramente ya sabrás que soy fan, muy fan del pan de muerto. Estaba en mi recorrido de pan de muerto y decidí darme una vuelta por la Bollería para probar su versión. ¡Y vaya que lo valió! Fue uno de los mejores panes de muerto que probé ese año, y eso que probé poco más de cien panes de muerto ese octubre. ¡Había llegado a un paraíso panadero!

No, el pan de Bollería Mexicana no es un pan de masa madre, ni está elaborado con azúcar extraída por monjes tibetanos, ni está cubierto o relleno con ingredientes llamativos; es un pan sencillo, elaborado con recetas tradicionales. Pe-ro… a pesar de ser un pan sencillo, es uno de los mejores panes que podrás probar en la CDMX, y en especial en el norte de la Ciudad. Así que, si, como yo, eres amante del pan, y en especial del pan dulce, tienes que darte una vuelta por Bollería Mexicana y disfrutar de sus recetas. Eso sí… ve con paciencia, porque suele haber fila.

Prepara tu visita:
Dirección:
 Emilio Castelar 212, Polanco, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a sábado de 8:00 a 21:00 hrs., domingo de 8:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $400 pesos
Instagram: instagram.com/conejoblanco.cafe