Tras la conquista española, en 1521, los Jesuitas llegaron a América con la misión de fundar escuelas y misiones. Es por eso que, en 1870 abrieron el Colegio Católico del Sagrado Corazón de Jesús. Pocos años después, en 1576 empezaron la construcción de su segunda institución en lo que hoy es la esquina de Del Carmen y República de Venezuela. Para 1609 inauguraron el Templo de San Pedro y San Pablo, advocado a Pedro Apóstol y Pablo de Tarso. Un complejo religioso y educativo en el que se buscaba impartir educación a nivel universitario a los miembros de la compañía Jesuita y a jóvenes de las clases adineradas.
El colegio se dividió en facultades menores, donde se impartían humanidades y gramáticas grecolatinas, y en superiores, enfocadas en la teología, las artes y filosofía. Durante el siglo XVII fue tan grande, que llegó a tener 800 estudiantes matriculados, entre los que se encontraban Francisco Javier Alegre y Francisco Javier Clavijero. Sin embargo, en 1767, el gobierno decidió expulsar a los jesuitas de la Nueva España y el inmueble pasó a ser propiedad de las autoridades civiles. Fue en este momento que Pedro Romero de Terreros (quien fuera el hombre más rico del mundo, y dueño de las haciendas en Huasca de Ocampo) adquirió el inmueble para que fuera la sede del Sacro y Real Monte de Piedad de Ánimas (si te suena conocido es porque es el mismo Monte de Piedad que sigue existiendo). Sin embargo, a pesar del uso, el inmueble empezó a deteriorarse fuertemente.
Los Jesuitas regresaron a México en 1816 y retomaron el control del inmueble, pero tuvieron que reconstruirlo debido al deterioro. Aunque los Jesuitas buscaron volver a abrir el Colegio, esto no fue posible porque estalló la Guerra de Independencia. En 1823, tras proclamar la independencia, Iturbide utilizó el inmueble jesuita para promulgar el Reglamento Provisional del Imperio, algo así como la primera constitución del México Independiente. En ese momento, el templo se convirtió en la sede del Congreso y, aunque Iturbide lo disolvió, se vio obligado a renunciar al trono y reinstaurar el congreso. Por lo mismo, en ese mismo lugar, Victoriano Huerta fue nombrado primer Presidente de México en este lugar. Ese mismo año, en 1824, se decidió crear el Distrito Federal en el Templo.
Desde aquél entonces, el Templo y Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo ha cumplido un sinfín de funciones. Fue la biblioteca del colegio nacional de san Gregorio, fue salón de baile, depósito y cuartel del ejército, escuela correccional, hospital mental, bodega de aduana. Para 1927, Vasconcelos (Secretario de Educación) lo mandó remodelar para que se usara como “sala de discusiones libres“; tiempo después pasó a ser administrado por la UNAM para albergar los Talleres de la Academia de San Carlos. También formó parte de la Escuela Preparatoria Nacional, escuela de teatro, secundaria y sala de exposiciones. Para 1944, Ávila Camacho lo inauguró como Hemeroteca Nacional de México, en 1996 se la sede del Museo de la Luz y en 2011, el entonces rector José Narro Robles y el Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, inauguraron el Museo de las Constituciones en el mismo Templo de San Pedro y San Pablo.
¿Y qué podrás encontrar en el Museo de las Constituciones? Adivinaste… constituciones y documentos alusivos a las mismas. El Museo de las Constituciones tiene por objeto dar a conocer las leyes fundamentales de México a través de un recorrido por su historia constitucional y de la promoción de los derechos contenidos en nuestra Constitución. Para ello, el museo cuenta con una colección impresionante que incluye documentos históricos, fotografías, objetos e instalaciones interactivas que hacen que aprender sobre nuestras leyes sea una experiencia dinámica y entretenida. Por otro lado, al visitar el Museo de las Constituciones podrás conocer el Recinto Parlamentario del Congreso Constituyente que aprobó la primera Constitución de México en 1824, y que también fue sede de un sinfín de cosas (me refiero al Templo).
Además de estas piezas históricas, el museo ofrece exposiciones temporales que abordan temas contemporáneos relacionados con la democracia, los derechos humanos y la participación ciudadana. También cuenta con actividades interactivas y educativas que hacen que la visita sea ideal para todas las edades.
El Museo de las Constituciones es un lugar perfecto para pasar un día aprendiendo y disfrutando en el centro de la Ciudad de México. Ya sea que vayas solx, con amigxs o en familia, este museo te garantiza una experiencia enriquecedora y divertida. Así que, ¡anímate a visitarlo y descubre cómo las constituciones han dado forma a nuestro país!
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Dirección: Calle Del Carmen # 31, esquina San Ildefonso, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Miércoles a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.
Página Web: museodelasconstituciones.unam.mx
Instagram: instagram.com/museodelasconstitucionesunam
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