Avenida y Estación del Metro Balderas, un recorrido por la historia de México desde la prehistoría hasta la modernidad

Aunque es una calle relativamente pequeña (de 1 kilómetro aproximadamente), la Avenida Balderas es una de las vías más importantes de la Ciudad de México. No lo digo solo por los pocos de autos que transitan a diario, sino porque se ha convertido en un centro neurálgico para quienes usan el transporte público, en particular las líneas 1 y 3 del Metro, así como la Línea 3 del Metrobús. Pero la relevancia de Balderas no es solo funcional, sino también histórica, ya que cuenta con más de 10,000 años de historia. ¿Quieres saber más sobre la Avenida Balderas y su emblemática estación del Metro? Acompáñame en este recorrido por su fascinante pasado.

Balderas es mucho más que una avenida transitada. Es un corredor lleno de historia y cultura, donde el pasado y el presente de la capital se entrelazan. Si alguna vez has caminado por sus banquetas o cruzado la Alameda Central, seguramente habrás notado los edificios y monumentos que han sido testigos del crecimiento de la ciudad a lo largo de los siglos.

Nombrada en honor a Joaquín de Balderas, quien jugó un papel clave en la construcción de infraestructura pública en el siglo XIX, esta avenida ha sido testigo de diversas transformaciones que acompañaron el proceso de urbanización de la Ciudad de México. Hoy es famosa por sus conexiones con algunos de los puntos culturales más importantes de la ciudad, pero su historia va mucho más allá de su función actual.

Los inicios prehistóricos de Balderas

Para hablar de la historia antigua de la Avenida Balderas, debemos viajar a 1968. Durante la construcción de las líneas 1 y 3 del Metro, un grupo de trabajadores encontró restos humanos, lo que en su momento pudo haber sido un escándalo. Tras una investigación a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se determinó que los restos pertenecían a un hombre que vivió hace entre 10,500 y 11,000 años. Este hallazgo, ubicado entre las calles de Independencia y Juárez, llevó a que se bautizara a este individuo como El Hombre de Balderas. Aunque estos restos no están disponibles en ningún museo, forman parte de la rica historia arqueológica de la ciudad.

El Convento de San Diego y la Alameda Central

La Avenida Balderas inicia en el cruce con Paseo de la Reforma, justo donde se encuentra el Convento de San Diego, uno de los más antiguos de la ciudad, que data del siglo XVII. Este convento fue testigo del crecimiento de la capital virreinal y de las transformaciones que siguieron a la Independencia de México. Aunque gran parte del convento ha desaparecido, la iglesia de San Diego y algunos restos del antiguo edificio aún se mantienen en pie, justo a un costado de la avenida y hoy en día puedes visitarlos como el Laboratorio Arte Alameda, un espacio de experimentación artística y tecnológica que conserva la escencia arquitectónica del lugar.

La historia del convento está estrechamente vinculada a la orden de los franciscanos, quienes lo administraron durante siglos. Además, el convento fue un punto de referencia importante para las y los habitantes de la Ciudad de México antes de que la modernización transformara este espacio en un área más comercial. Además, justo en el atrio de este convento, donde inicia la Alameda Central, se colocó el quemadero de las brujas durante la Inquisición.

Y, hablando de la Alameda Central, no está de más decir que Balderas es una de las calles limítrofes de la Alameda, el parque público más antiguo de América Latina. Este espacio verde ha sido un lugar de recreo y esparcimiento desde su creación en el siglo XVI. Caminar por la Alameda mientras se aprecia la vista de la Torre Latinoamericana y el Palacio de Bellas Artes es una experiencia única que refleja la mezcla de modernidad e historia que caracteriza a esta zona de la ciudad.

La Ciudadela, la Cárcel de Belén y la Decena Trágica

Uno de los edificios más importantes e interesantes de la Avenida Balderas es La Ciudadela, una impresionante construcción que fue encargada por el vierrey Antonio María de Bucareli y Ursúa, para que sirviera como la Real Fábrica de Puros y Cigarros de México. El Virrey le pidió al ingeniero militar Miguel Constanzó que tuviera aspecto de fortaleza y, a pesar de que Constanzó empezó el proyecto, fue Miguel Mascaró quien lo llevó a cabo en 1788. La construcción de la fábrica tuvo muchos retrasos y no se terminó hasta 1807; y, a pesar de ser un gran logro del gobierno, la fábrica no funcionó mucho tiempo pues, para 1815 se adapta para convertirse en la infame Cárcel de Belén. De hecho, fue en esta cárcel donde José María Morelos pasó sus últimos días, antes de ser fusilado en Ecatepec. Tras la Independencia, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero siguieron usando este edificio como cuartel y depósito de armamento.

La Ciudadela continuó funcionando como cuartel militar durante un siglo más. Es por eso que, en 1913, durante la parte más sangrienta de la Revolución Mexicana, Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz, tomó la plaza por su ubicación estratégica e infraestructura. En esos días, Victoriano Huerta, quien luchaba en el ejército de Francisco I. Madero, fingió sitiar el inmueble para ganarse la confianza del general Madero. Sin embargo, lo que nadie esperaba era que le mismísimo Huerta era aliado de Félix Díaz y terminaría traicionando al presidente Madero, fusilándolo junto a su hermano Gustavo A. Madero. El resto es historia.

Hoy en día, lo que queda del edificio de La Ciudadela o la Cárcel de Belén es la sede del Centro de la Imagen y de la Biblioteca México. Y, frente a la plaza que da al edificio, el gobierno construyó el Mercado de la Ciudadela, un mercado de artesanías con el que se buscó atender las necesidades de las y los extranjeros que llegaron a México para las Olimpiadas del 68. Por si fuera poco, la Plaza de la Ciudadela se ha convertido en un importante mercado de coleccionistas y punto de encuentro para adultos mayores que llegan todos los fines de semana a bailar danzón.

El legendario Metro Balderas y su cañón

Por supuesto, no podemos hablar de la Avenida Balderas sin mencionar la famosa estación del Metro Balderas, inmortalizada por Rockdrigo González en su canción “Metro Balderas” (1982), popularizada por El Tri en 1985. Esta estación, que conecta las líneas 1 y 3 del Metro, es transitada por miles de personas cada día, y su logotipo —un cañón— no tiene ninguna relación con Joaquín Balderas. ¿Te preguntas a qué hace alusión el cañón?

El cañón que aparece en el logotipo de la estación se inspira en los eventos de la Decena Trágica, cuando La Ciudadela fue tomada por las fuerzas de Félix Díaz y Victoriano Huerta, quienes fortificaron el edificio con cañones. Lance Wyman, el diseñador de la iconografía del Metro, eligió este símbolo como referencia a esos hechos históricos ocurridos a unos pasos de la estación.

Ahora que conoces la historia de la Avenida y Estación del Metro Balderas (ahí donde deje embarrado mi corazón 🎶🎶) vale la pena que, cuando vuelvas a pasar por esta avenida, ya sea en carro, metrobús o a pie, te fijes en los diferentes edificios que se encuentran en ella e imagines todas las historiasa que pudieron ocurrir en ellos.

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