El Obelisco a Simón Bolívar es un tesoro escondido en la zona de Polanco de la Ciudad de México. Este monumento de 19 metros de altura, construido entre 1937 y 1938, se alza majestuoso en el Paseo de la Reforma, frente a los terrenos militares de Campo Marte y a solo una manzana del Auditorio Nacional. Curiosamente, Bolívar es la única figura histórica que cuenta con dos monumentos en Reforma, lo cual nos da una pista de la importancia que se le da en la ciudad a su legado como precursor del panamericanismo.
El diseño del obelisco fue obra del arquitecto Enrique Aragón Echegaray, quien también fue responsable de trazar las calles de la colonia Polanco y del famoso Parque América. Este parque toma su nombre en honor a las Conferencias Panamericanas de 1938 en Lima, las cuales se inspiran en la visión de unidad que Bolívar soñó para América Latina. Aragón Echegaray también es recordado por su trabajo en el Monumento a los Niños Héroes y en el icónico Teatro Ángela Peralta, ubicados en el corazón de la ciudad.
Pero el obelisco no solo destaca por su altura y su historia. Enrique Guerra, el escultor que colaboró en su construcción, dejó un pequeño detalle que le añade un toque especial: ¡una escultura de un perro! Este perrito recuerda a Aida, la fiel compañera del arquitecto Adamo Boari, quien diseñó el Palacio de Bellas Artes. Este detalle ha generado confusión entre algunxs, quienes por años atribuyeron erróneamente el monumento a Boari en lugar de a Aragón Echegaray.
Hoy en día, el Obelisco a Simón Bolívar sigue siendo un recordatorio de que Polanco, con todo su modernismo y brillo, también guarda historias fascinantes. Este monumento es una invitación para detenerse un momento y recordar la historia de América Latina, y cómo Ciudad de México rinde homenaje a sus próceres. ¡La próxima vez que pases por Reforma, date un momento para admirarlo!
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Dirección: Av. Paseo de la Reforma #2, Col. Polanco, Ciudad de México, CDMX