Hace unos días, una amiga me comentó que acababa de descubrir un restaurante de ramen rico y barato que habían abierto por su casa y me dijo que debíamos ir a que lo conociera. En lo personal, soy amante del ramen y, por lo mismo, acepté su propuesta el mismo día que me habló del lugar. Fue así que llegué a Mannam.
Al llegar descubrí que no era un lugar especializado en ramen, sino que era más bien un restaurante de inspiración coreana, subir tenían una vitrina con mate y facturas argentinas (pan dulce de allá). ¡Qué extraño! Obviamente no me quedé con las ganas de preguntarle al mesero él porque tenían mate y sabores coreanos, a lo que me respondió que los dueños eran coreano-argentinos que te tenían tiempo viviendo acá en México, y que querían compartir un poco de sus cocinas familiares, pero con un toque único.
Por otro lado, puedo decir que el restaurante era bastante acogedor. Y es que, el lugar se encuentra en un desnivel, como un medio sótano, como techos crudos (sin acabados) y mesas de madera; es un lugar moderno por si falta e acabados, pero acogedor gracias a las decoraciones con madera. Además, cuenta con unas mesas sobre la acera, ideales para tomar café o mate, mientras ves la vida pasar.
La carta es muy sencilla y pequeña. Por un lado, ofrece desayunos y brunch basado básicamente en sándwiches Gourmet, con opciones como el All-In Bagel (vacio, queso crema, alcaparra y pepino), el Eggsandwich (huevo) o los Chilaquili’s Verdes. Mientras que, por la tarde ofrecen platillos tradicionales coreanos con un pequeño toque argentino y mexicano. Entre los platillos que encontrarás están los Bimbab, el Solongtan, el Yang Nyeom Pork o el Bulgogi.
Pero yo fui a Mannam por el ramen y no iba a salir de ahí sin ramen. Pues resultó que en este lugar no tienen ramen como tal, más bien tienen Sesame Ramyun. Si, ramen y ramyun son casi lo mismo, con la diferencia de que, en el ramen la pasta fresca suela se la protagonista, mientras que, en ramyun consiste en pasta instantánea condimentada (no, no es una Maruchan -necesariamente- sino que es pasta seca como con la que hacemos los fideos).
Yo quería ramen, así que le pedí el Sesame Ramyun, una porción de Arroz con Semillas Mixtas y un poco de Kimchi. Para empezar, debo decir que el Kimchi estaba bastante rico y picosito, y, aunque no confiaba mucho en el Ramyun (por aquello de ser pasta instantánea), puedo decir que me gustó bastante. Tenía un buen sabor y el picante perfecto para ser reconfortante; además, la porción de vacio (el corte argentino) deshebrado que le pusieron fue perfecta para complementar el platillo. Mientras que, el arroz era el complemento perfecto para balancear el picante de los platillos. ¡Me gustó!
Al final, pedimos la cuenta para descubrir que habíamos comido rico y en plena colonia Juárez por menos de $250 pesos; aunque hay algunos platillos más caros, pero generosos (o, por lo menos se veían bastante grandes en las mesas a mi alrededor). Lo mejor de todo fue el servicio, que fue bastante amigable y atento. Así que, me quedé con ganas de volver a Mannam para probar el resto de su menú. Y, aunque no vaya a comer, seguramente regresaré por un café y una factura para disfrutar del ambiente de la zona.
Prepara tu Visita
Dirección: Nápoles #76, Colonia Juárez, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $250 a a $350 pesos
Instagram: instagram.com/mannam.mx