De cierta forma, podríamos decir que el México que conocemos nació con la Revolución. Claro, antes de que Porfirio Díaz se exiliara en París, nuestro país ya tenía varios siglos de historia. Pero esa idea de la mexicanidad, todo lo que nos identifica como mexicanas y mexicanos, tomó forma tras la Revolución. Si bien los gobiernos de Benito Juárez y Porfirio Díaz iniciaron la creación de una identidad nacional, fueron los gobiernos posrevolucionarios, especialmente con el impulso de Álvaro Obregón, quienes dieron vida a lo que hoy entendemos como México.
Durante su mandato, Obregón nombró a José Vasconcelos como el primer Secretario de Educación Pública y le encargó el desafío de consolidar esta identidad mexicana. Vasconcelos enfrentó una realidad alarmante: el 90% de la población era analfabeta. Ante esta situación, se planteó una pregunta fundamental: ¿cómo educar a un pueblo que no sabía leer? Así, inició una campaña masiva de alfabetización y construyó escuelas urbanas y rurales. Pero su visión fue más allá: entendió que el arte podía ser una herramienta poderosa para transmitir mensajes y construir una identidad común.
Vasconcelos impulsó el arte público en edificios gubernamentales, con la idea de que las y los habitantes, al acudir a realizar trámites, también pudieran conectarse con su historia y su cultura a través de la pintura. De este modo, artistas y muralistas comenzaron a plasmar en las paredes la mexicanidad y la historia nacional, de forma accesible para todas y todos, sin necesidad de recurrir a las palabras.
El primero en sumarse al proyecto fue Gerardo Murillo, conocido como Dr. Atl, quien fundó el Centro Artístico en la Ciudad de México. Desde ahí, convocó a jóvenes artistas de la época, como Roberto Montenegro, Aurora Reyes, Ramón Alva, José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, entre otros, para crear un arte nacional que reflejara los valores del México moderno.
La sede de la Secretaría de Educación Pública (SEP), un majestuoso edificio de estilo neoclásico, se convirtió en un lienzo gigante. Las paredes fueron intervenidas por varixs artistas, siendo Diego Rivera quien más murales dejó en el recinto. Aunque estas obras fueron de gran relevancia cultural e histórica, su acceso era muy limitado, y pocas personas podían disfrutar de los murales en todo su esplendor.
Hoy, eso ha cambiado. El impresionante edificio de la SEP ha abierto sus puertas como el Museo Vivo del Muralismo, un espacio en el que todas y todos podemos apreciar los murales de Amado de la Cueva, Jean Charlot, Roberto Montenegro, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, entre otras figuras emblemáticas del muralismo mexicano. Además, el museo cuenta con áreas dedicadas a exposiciones temporales y permanentes que recorren la historia del muralismo, desde las pinturas rupestres hasta los murales efímeros en las calles.
El Museo Vivo del Muralismo no solo abre una ventana al pasado, sino que también nos invita a reflexionar sobre lo que significa ser mexicanas y mexicanos hoy. Es una oportunidad para conectar con nuestras raíces, celebrar nuestra diversidad y admirar el legado de quienes transformaron las paredes en narradoras de nuestra historia. ¡No dejes de visitarlo y ser parte de esta experiencia única!
Prepara tu Visita
Dirección: República de Argentina 28, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre
Horario: Miércoles a lunes de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museovivodelmuralismo.sep.gob.mx
Instagram: instagram.com/mvm_oficialsep
Twitter: x.com/mvm_oficialsep
