El Museo del Templo Mayor, inaugurado el 12 de octubre de 1987, es uno de los espacios más fascinantes para explorar la historia y cultura de los mexicas. Ubicado en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México, el museo se encuentra en el mismo lugar que fue el corazón del antiguo Tenochtitlan, el centro ceremonial más importante del imperio mexica. El edificio que alberga al museo fue diseñado por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Jorge Campuzano, mientras que la curaduría estuvo a cargo del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien ha sido clave en el estudio y conservación de esta emblemática zona arqueológica.

En el museo se exhiben miles de piezas arqueológicas que han sido descubiertas desde 1978 durante las excavaciones realizadas en un radio de siete cuadras alrededor del Templo Mayor. Este sitio fue el núcleo religioso, político y social de los mexicas, donde se llevaban a cabo rituales fundamentales para su cosmovisión, como las ofrendas a los dioses Tláloc, dios de la lluvia, y Huitzilopochtli, dios de la guerra. El acervo del museo da cuenta de la evolución del pueblo mexica, desde su peregrinación por Mesoamérica hasta la llegada de los conquistadores españoles y la posterior fusión de ambas culturas.
La pieza más emblemática del museo es el enorme monolito de Coyolxauhqui, la diosa de la luna, cuya representación pétrea muestra su cuerpo decapitado y desmembrado, símbolo de uno de los mitos más significativos de la mitología mexica. Esta escultura fue descubierta en 1978, cuando un grupo de trabajadores realizaba excavaciones en la zona para colocar cableado subterráneo. Al golpear una piedra circular con relieves, el trabajador alertó al ingeniero a cargo, quien contactó de inmediato a Matos Moctezuma. Este hallazgo casual reveló lo que hoy conocemos como el Templo Mayor, un conjunto de estructuras y altares dedicados a los dioses Huitzilopochtli y Tláloc, que habían permanecido enterrados durante siglos.

El Templo Mayor fue destruido después de la conquista, cuando Hernán Cortés ordenó que sus materiales fueran reutilizados para construir edificios coloniales, lo que llevó a que el templo quedara sepultado bajo las calles de la nueva ciudad. No fue hasta 1978, con el hallazgo de la escultura de Coyolxauhqui, que se reabrió la posibilidad de investigar y recuperar esta parte crucial de la historia prehispánica de México. A raíz de este descubrimiento, el presidente José López Portillo decidió expropiar las casas que se encontraban sobre el sitio y dar inicio a las excavaciones que, con el tiempo, revelarían gran parte del Templo Mayor.

El museo alberga ocho salas de exhibición, dedicadas principalmente a los dioses mexicas más importantes: Tláloc y Huitzilopochtli. Entre las piezas más destacadas se encuentran los restos de ofrendas, las estatuas de los Tlaloques y Chac Mool, y una serie de objetos ceremoniales que muestran la magnificencia de las prácticas religiosas de los mexicas. Además, el museo se extiende más allá de sus muros, pues dos sitios adicionales, la Casa del Marqués del Apartado y Guatemala 16, también permiten explorar vestigios relacionados con el Templo Mayor, como la escalinata prehispánica y los restos del Templo de Ehécatl-Quetzalcoatl.

Hoy en día, el Museo del Templo Mayor no solo es un testimonio de la grandeza del Imperio Mexica, sino también un espacio vivo de aprendizaje, donde los visitantes pueden entender mejor el legado de una de las civilizaciones más poderosas de Mesoamérica. Su continua labor de investigación y divulgación permite que el pasado siga siendo accesible para nuevas generaciones, brindando una visión única del México antiguo.
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Dirección: Seminario #8, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $95 pesos. Domingos entrada libre (a visitantes nacionales)
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 17:00 hrs.
Página Web: templomayor.inah.gob.mx
Instagram: instagram.com/museodeltemplomayor
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