Imagina pasear por la emblemática Avenida Bucareli y, de repente, toparte con un edificio que parece sacado de otra época, como si el tiempo hubiera decidido hacer una pausa para preservar su encanto. Así es el Edificio Mascota, un complejo residencial con 110 años de antigüedad que no solo sigue en pie, sino que parece rejuvenecer con los años.
Este edificio, inaugurado oficialmente en 1913, es un testimonio vivo de la creatividad arquitectónica del ingeniero Miguel Ángel de Quevedo y del espíritu visionario del empresario francés Ernesto Pugibet, quien también fundó la famosa tabacalera El Buen Tono.

Con una fachada de ladrillos adornada con detalles afrancesados, el Edificio Mascota es mucho más que una joya visual. Su diseño mezcla lo funcional con lo estético, creando un espacio único donde la vida comunitaria y la privacidad se encuentran en armonía. ¿Sabías que este fue el primer edificio de condominios de la ciudad? Y no cualquier condominio: tiene 174 departamentos perfectamente distribuidos en torno a tres calles internas peatonales con nombres inspirados en marcas de cigarrillos de la época: Ideal, Gardenias y Mascota.
Las viviendas, de dos o tres recámaras, fueron concebidas para los trabajadores de alto rango de la fábrica El Buen Tono, aunque algunas también se asignaron a empleados de niveles inferiores. Esta distribución, junto con balcones y senderos internos sombreados, otorga al lugar una calidad de vida que sorprende incluso en la actualidad.

El Edificio Mascota no solo marcó un antes y un después en la arquitectura residencial de principios del siglo XX, sino que también resistió el paso del tiempo, incluyendo terremotos y el hundimiento del suelo característico de la zona. Hoy en día, sigue siendo un ejemplo de planeación urbana y diseño sostenible.
Su construcción incluyó técnicas futuristas para la época, como estructuras prefabricadas de acero recubiertas con ladrillo, lo que explica su increíble estado de conservación. Y aunque su exterior muestra algunos grafitis, los detalles originales, como las tipografías de las calles y los números de los departamentos, permanecen casi intactos.

La historia del edificio también tiene un toque romántico. Ernesto Pugibet, profundamente enamorado de su esposa Guadalupe Portilla, decidió honrarla dejando sus iniciales (“G.P.”) grabadas en tuberías, placas y hasta en el suelo. Además, las calles internas Gardenias e Ideal son un guiño a sus flores favoritas y a su inspiración.
Hoy, el Edificio Mascota sigue habitado y funcional, con vecinos que se organizan para su mantenimiento, apoyados por fondos de la Procuraduría Social. Este espíritu de comunidad es parte de lo que hace de este lugar un rincón tan especial en la colonia Juárez, donde se mezclan historia, arquitectura y vida cotidiana.
La próxima vez que pases por la intersección de Bucareli y Avenida Cuauhtémoc, no olvides detenerte a admirar este pedazo de historia que sigue escribiendo su legado, ladrillo a ladrillo. ¡Querrás tomar una foto o dos!
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Dirección: Calle Mascota s/n (Bucareli esquina Cuauhtémoc), Juárez, Ciudad de México, CDMX