Ubicado al noreste de la Ciudad de México, el Palacio de Lecumberri es un lugar lleno de historia, misterio y contrastes. Conocido como el “Palacio Negro“, este edificio, que hoy alberga el Archivo General de la Nación, fue inaugurado en 1900 como una prisión, y su función carcelaria se extendió hasta 1976. En 1980, el gobierno decidió transformarlo en un centro de resguardo de los documentos históricos más importantes del país.

El Palacio de Lecumberri no solo es un ejemplo impresionante de arquitectura ecléctica, sino que también es un testigo de la historia social y política de México. Durante sus años de funcionamiento como penitenciaría, fue hogar de miles de prisioneros, entre los que se incluyen personajes de gran relevancia en la historia del país.

Entre los más conocidos, destaca José Agustín, un escritor mexicano que pasó por Lecumberri durante la persecución política que se desató en los años 60 y 70. También estuvo encarcelado en este lugar el famoso José Revueltas, escritor y activista político, quien se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos humanos en México. Pancho Villa, el legendario líder revolucionario, también pasó por Lecumberri, aunque en su caso, la historia de su encarcelamiento ha sido un tanto confusa, ya que fue transferido a otra prisión poco después de su ingreso.

Otros nombres que marcaron la historia de Lecumberri son el de David Alfaro Siqueiros, uno de los más grandes muralistas mexicanos, que fue encarcelado durante la persecución política de los años 30; Juan Gabriel, el icónico cantante mexicano, cuya estancia en el penal se debe a cuestiones relacionadas con su juventud; y Ramón Mercader, el hombre que asesinó a León Trotski, quien cumplió su condena en Lecumberri antes de ser liberado y deportado.

El Palacio de Lecumberri también fue escenario de eventos dramáticos, como la decena trágica de 1913, cuando Francisco I. Madero y José María Pino Suárez fueron asesinados en sus alrededores, marcando un episodio oscuro en la historia de México.

A lo largo de los años, las paredes de Lecumberri guardaron las historias de figuras como Heberto Castillo, Gilberto Guevara Niebla, y Luis González de Alba, quienes fueron parte del Movimiento Estudiantil de 1968. Todos ellos pasaron por las celdas de este lugar que, más que una prisión, se convirtió en un símbolo de resistencia, represión y cambio en la sociedad mexicana.

Aunque su historia como prisión tiene tintes oscuros, especialmente por las condiciones de sobrepoblación y las historias macabras que circularon, el edificio fue cerrado en 1977. A partir de 1982, pasó a ser la sede del Archivo General de la Nación (AGN), un importante repositorio de documentos históricos que cubren siglos de historia mexicana.

Hoy, al recorrer el Palacio de Lecumberri, no solo se pueden explorar los archivos históricos que resguarda, sino también la memoria de todos aquellos que, de una u otra manera, dejaron su huella en este emblemático edificio. A pesar de su oscuro pasado, el Palacio de Lecumberri es hoy un símbolo de transformación, tanto en el ámbito físico como en el cultural, y un lugar que invita a reflexionar sobre la historia reciente de México.

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Dirección:
 Eduardo Molina #113, Colonia Penitenciaria, Ciudad de México, CDMX