Si las paredes hablaran, las de la Casa de Leona Vicario tendrían historias fascinantes que contar. Ubicada en la esquina de Brasil y Colombia, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, este recinto ha sido testigo de más de cuatro siglos de historia, desde sus inicios como refugio de frailes dominicos en 1526 hasta su transformación en la sede de la Coordinación Nacional de Literatura del INBAL.

Originalmente, este terreno fue donado a los frailes dominicos mientras construían el majestuoso Templo de Santo Domingo. Más tarde, en 1571, pasó a manos de Juan Velásquez de Salazar, regidor de la Nueva España, quien lo arrendó al temido Tribunal del Santo Oficio. Sí, en algún momento esta casa formó parte de la temida Inquisición antes de que el tribunal fuera abolido en 1813.

Durante el siglo XVII, el edificio fue remodelado por el aclamado arquitecto Pedro de Arrieta, quien dejó su huella en varias construcciones emblemáticas del país. Con el paso del tiempo, el inmueble cambió de uso y llegó a ser sede de la Renta de Lotería.

Tras la consumación de la Independencia, el Congreso decidió recompensar a los héroes que habían luchado por la libertad. Leona Vicario, una de las mujeres más importantes del movimiento insurgente, solicitó la restitución de algunos de los bienes que le habían sido confiscados durante la guerra. Como resultado, en 1822 recibió la Hacienda de Ocotepec y dos casas en la Ciudad de México, una de ellas la actual Casa de Leona Vicario.

Leona Vicario no solo arriesgó su vida como informante de los insurgentes, sino que vendió sus joyas para financiar cañones y siguió al ejército con una imprenta, difundiendo las ideas libertarias. Fue aquí donde vivió con su esposo, el también independentista Andrés Quintana Roo, hasta su fallecimiento en 1842.

A lo largo de los años, esta histórica casa ha tenido diversos usos: galería de arte, museo de sitio y hasta sede del Centro Cultural Santo Domingo. Desde 1991, alberga la Coordinación Nacional de Literatura del INBAL, donde se resguarda el acervo documental de escritorxs y poetas mexicanxs. Además, la biblioteca del recinto lleva el nombre de Josefina Lara Valdez, en honor a la destacada promotora de la literatura.

Hoy en día, la Casa de Leona Vicario es un rincón imperdible para quienes desean adentrarse en la historia de México y rendir homenaje a una de las mujeres más valientes de nuestra independencia. Si alguna vez pasas por el Centro Histórico, no dudes en visitarla y descubrir por ti mismo este pedazo de historia que sigue vivo en pleno siglo XXI.

Dirección: República de Brasil #37, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX, Ciudad de México, CDMX