Con mis amigas más cercanas tengo un reto: vernos una vez al mes y visitar un restaurante asiático inspirado en un país diferente. La idea es probar comida tailandesa, india, bangladesí, japonesa, coreana, camboyana, libanesa, nepalí, rusa, vietnamita, china y de todas las regiones que podamos encontrar en la CDMX (sin meternos en debates político-académicos sobre si Rusia es parte de Asia o no). Y aunque sabemos que, muy probablemente, no encontraremos comida típica yemení o kazaja, queremos probar lo más posible.

Hace poco nos tocó comida china, pero no queríamos ir a los típicos restaurantes del Barrio Chino o de la zona de Revolución. La idea era visitar La Piedad Viaducto, el verdadero barrio chino (o mejor dicho, de chinxs). Mientras buscábamos opciones, alguien nos habló del restaurante Hong Kong. Nos dijeron que tenía un concepto muy diferente, que al igual que los locales de La Piedad, el menú estaba completamente en chino y que lo frecuentaba principalmente gente de ascendencia china. Eso sí, nos advirtieron: “Lleguen temprano, porque para la una o dos de la tarde ya no hay comida”.

Así que madrugamos y nos lanzamos a Hong Kong, ubicado en la calle de Vértiz, casi llegando a Xola.

Al llegar y elegir una mesa, lo primero que nos llamó la atención fue que cada una tenía un fregadero y una tetera. Nos ofrecieron tres tipos de : verde, rojo o negro. Elegimos el verde y comenzamos a prepararlo, pero desechamos la primera infusión, porque, como nos explicaron, suele ser la peor.

Nos contaron que, por ser hora del desayuno, no había servicio a la carta. En su lugar, teníamos que levantarnos y caminar al fondo del restaurante, donde una gran tina de vapor contenía cestas de madera llenas de dumplings y otros platillos chinos para compartir.

No voy a mentir: no tengo idea exacta de qué pedimos. Pero la mayoría de los dumplings y panes al vapor estaban rellenos de algún guisado de cerdo, y además probamos una sopa de arroz con pollo, unos rollos de ajonjolí negro y un pastel de huevo como postre.

¿Pastel de huevo? Sé que suena raro, pero estaba delicioso. Es como un Crème Brûlée sin vainilla, servido dentro de una base de hojaldre. Los rollos de ajonjolí negro, por su parte, eran como gomitas dulces con intenso sabor a ajonjolí. ¡Toda una experiencia!

Aunque en la mañana el restaurante Hong Kong ofrece esta experiencia única de desayunos al vapor, si vas por la tarde también tienen una buena variedad de platillos a la carta. Eso sí, el ambiente cambia y ya no es tan especial como en la mañana.

Así que, si buscas una experiencia auténtica de comida china en la CDMX, vale mucho la pena darse una vuelta por el restaurante Hong Kong en la Narvarte. No olvides llegar temprano y prepárate para un festín de dumplings y otros antojitos chinos que difícilmente encontrarás en otro lugar.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Dr. José María Vértiz #692, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a viernes de 12:00 a 20:00 hrs., sábado y domingo de 9:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $300 a $400 pesos