Pandora es una mujer gorda. Una mujer que ha vivido toda su vida luchando no solo contra su peso, sino también contra la forma cruel en la que la tratan por el tamaño de su cuerpo. Incluso su madre siente repulsión hacia ella y no pierde oportunidad para hacérselo notar, lanzándole comentarios hirientes todos los días, sometiéndola a dietas interminables y demostrando un rechazo constante. Parecería que solo su padre la acepta tal como es; pero una mañana, Pandora lo encuentra muerto en su cama, perdiendo así a la única persona que la veía como un ser humano y no como “la gorda”.

“Ser gorda equivale a ser una pared lista para ser grafiteada por los odios de los demás. Ser gorda es ser aquella esquina donde todos los vecinos dejan sus bolsas de basura sin mayores consecuencias.”

Por otro lado, Abril es una mujer que, en apariencia, lo tiene todo. Vive en una casa elegante junto a sus gemelos y está casada con el doctor Gerardo Viela, el ginecólogo más prestigioso y guapo de la ciudad. Puede darse todos los lujos que desee y tiene el tiempo suficiente para ir a clases de pilates y mantener una dieta estricta, lo que le permite conservar un cuerpo delgado que todas envidian y que todos desean. ¡Su vida es perfecta! Sin duda, logró todo lo que siempre quiso, a pesar de que antes de casarse vivió con el peso de la discriminación por su sobrepeso.

“Abril decía que ella jamás perdonaría una infidelidad y mucho menos seguiría conviviendo con alguien que la traicionara de esa manera. Ahora, años después, convertida en ama de casa con dos hijos, rodeada de comodidades y siendo la envidia de sus amigas, la forma de proceder ya no le resultaba tan clara.”

Gerardo, por su parte, es el hombre ideal. Un hombre salido de los sueños más románticos y eróticos: increíblemente guapo, exitoso, educado y con una posición económica envidiable. Tiene una esposa a la que todas consideran perfecta, incluso con las cicatrices que dejó el embarazo, y una vida que parece igualmente perfecta. Sin embargo, bajo esa fachada, Gerardo se siente vacío. La realidad es que, desde que Abril perdió todo ese peso antes de casarse, él ya no siente el mismo deseo por ella. Y es que, a diferencia de lo que su esposa cree, impulsada por las normas sociales, Gerardo siempre ha preferido a las mujeres de cuerpos grandes.

“Una mujer bien alimentada, robusta, es un símbolo de su gusto por la vida, un apetito por el gozo de existir, no solo por las donas y el helado. El peso de una mujer es el indicador de su búsqueda de placer.”

Pandora, de Liliana V. Blum, es una novela que teje magistralmente la historia de dos mujeres marcadas por los estándares de belleza y los deseos ajenos. Por un lado, está Pandora, quien ha sido víctima del rechazo de su madre y de una sociedad que la juzga por su cuerpo, llevándola a aceptar que nunca será amada ni deseada. Por el otro, está Abril, quien, tras sufrir una infancia como niña obesa, logra casarse con el hombre “perfecto” y vive obsesionada con mantener esa perfección a toda costa. Pero… ¿Qué es realmente la perfección? ¿Quién dicta qué tipo de cuerpo es deseable?

“Más tarde averigüé que, en el mundo de las parafilias, hay un nombre para nosotros dos. Él sería el feeder, el que alimenta. Yo, la feedee, la que es alimentada hasta que el estómago se distiende hasta su límite.”

Pandora es más que una historia de amor o, mejor dicho, deseo. Es una novela que cuestiona las normas sociales impuestas sobre el cuerpo femenino y las complejas relaciones entre el hambre, el placer y la aceptación. Nos sumerge en un mundo de pasión desenfrenada que lleva a sus protagonistas al límite de sus deseos, donde terminan siendo víctimas de sus propios vacíos emocionales.

“La relación comida-mujer es complicada. Los hombres comen para saciarse y listo. Las mujeres suelen preparar la comida, la rechazan, la desean, la odian, la engullen, la vomitan, la añoran.”

Una historia intensa, bien narrada y fácil de leer que atrapa a las y los lectores en el universo complejo de Pandora y Abril, dos mujeres cuyas vivencias, aunque extremas, resonarán en más de una persona. Una novela que no teme explorar los rincones oscuros del deseo y la autoaceptación, y que deja en el aire una pregunta incómoda pero necesaria: ¿Realmente alguna vez somos libres de nuestros cuerpos?