El 26 de abril de 1937, durante la Guerra Civil Española, la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, fuerzas aliadas de Franco, bombardearon Guernica y Luno en el País Vasco, España. El ataque aéreo causó la muerte de hasta dos mil personas[1]. Ese mismo año, el Gobierno de la Segunda República Española encargó a Pablo Picasso, a través de Max Aub, una obra sobre el bombardeo para exhibirla en la Exposición Internacional de 1937 en París. En respuesta, Picasso creó su icónico cuadro Guernica, considerado el más importante de su carrera. Tras la victoria de Franco, el 31 de enero de 1938, comenzó la persecución de republicanos españoles, lo que llevó a muchos al exilio en México.
En este contexto nació Fernando Sampietro, cuya identidad artística se gestó en el seno del exilio español en México, reflejando influencias culturales diversas. Sampietro comenzó a crear a finales de los años sesenta y principios de los setenta, en un momento de profundas transformaciones en el arte. Mientras Andy Warhol alcanzaba la cúspide de su carrera y la Escuela Mexicana de Pintura perdía protagonismo, mientraqs la generación de La Ruptura emergía con propuestas conceptuales. Inspirado por la historia y las realidades políticas de España y México, Sampietro desarrolló un estilo único, influenciado por el ready-made.
Sampietro inició su trayectoria reinterpretando obras clásicas como la Venus de Milo. Poco después, la influencia de Warhol lo llevó a recrear y transformar grandes piezas del arte universal, dándoles un giro personal. Entre sus primeras obras destacadas figura una variación de un bodegón de Picasso al que añadió una lata de sopa Campbell’s, en homenaje a Warhol. Esta obra se presentó en el Salón Nacional de Artes Plásticas del Palacio de Bellas Artes en 1977 y más tarde se convirtió en una postal con la leyenda “Homage to Marcel Duchamp”. Su exploración artística lo llevó a crear una impactante versión del Guernica inspirada en la masacre del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco.
Para conocer el legado de Fernando Sampietro, el Museo Universitario del Chopo presenta la exposición Antenas al Vacío, una muestra que recorre su producción artística desde los inicios hasta su muerte, por decisión propia, en 1984. Curada por Ana Sampietro y Cuauhtémoc Medina, la exposición comienza con el Guernica de Sampietro y sus “paisajes urbanos”, presentados por primera vez en una exhibición individual inaugurada el 2 de octubre de 1975 en el Centro Universitario Cultural. Estas pinturas, casi fotográficas, retratan las vistas cotidianas desde las azoteas de la Ciudad de México.
La exposición profundiza en el corazón conceptual de su obra: la recreación y resignificación de piezas clásicas. Destaca el Mural Vietnam, una reinterpretación de la famosa fotografía de Nick Ut (The Terror of War), hecha con un collage de recortes de periódico. También incluye series como 20 Variaciones sobre el tema La Cacerola Esmaltada, donde recreó con variaciones la pintura Jarra, vela y cacerola esmaltada de Picasso, incorporando diferentes elementos como una lata de sopa Campbell’s. El recorrido concluye con piezas abstractas que combinan influencias matemáticas, el expresionismo de Pollock y collages de artistas contemporáneos.
Antenas al Vacío es una ventana única al universo creativo de Fernando Sampietro, un artista que logró fusionar su herencia española, la cultura mexicana y el arte contemporáneo con un estilo inconfundible. La muestra invita a reflexionar sobre cómo el arte puede transformar las tragedias personales y colectivas en expresiones de trascendencia universal, convirtiendo la memoria histórica en un puente hacia nuevas interpretaciones.
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Vigencia: Hasta el 24 de noviembre, 2024
Dirección: Dr. Enrique González Martínez #10-P. B, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Miércoles a domingo de 11:30 a 18:00 hrs.
Página Web: chopo.unam.mx
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[1] En los primeros años tras el ataque se hablaba de entre 102 y 300 víctimas mortales, pero Xabier Irujo, codirector del Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada y autor de un reciente estudio sobre el tema, asegura que fueron alrededor de 200 víctimas.