Los Baños de Moctezuma, ubicados en el emblemático Bosque de Chapultepec, son un pedazo de historia que sigue latente en la Ciudad de México. Estos antiguos embalses, también conocidos como las “piscinas de Chapultepec“, fueron construidos en 1466 por el tlatoani Nezahualcóyotl, uno de los más grandes líderes de los Mexicas. Parte de un sistema hidráulico mucho más amplio, estos baños fueron diseñados para mejorar el riego del bosque y abastecer de agua a la ciudad de Tenochtitlán, una de las metrópolis más avanzadas de su tiempo.

Hoy en día, los Baños de Moctezuma siguen siendo un testigo invaluable de esa era prehispánica. Aunque no se trataba de un “baño privado” de Moctezuma, como mucha gente cree, sí fueron parte de un sistema de riego y almacenamiento de agua esencial para la vida de la gran Tenochtitlán. Lo que hoy conocemos como los Baños de Moctezuma es solo una pequeña parte de la gigantesca red hidráulica que se construyó en Chapultepec desde tiempos de Moctezuma I, y que se mantenía gracias a los manantiales que brotaban en el cerro de Chapultepec.

Una de las características más destacadas de este sistema hidráulico es el uso de los manantiales de Chapultepec, que eran cuidadosamente dirigidos hacia los diferentes puntos del sistema, como los baños y albercas que servían tanto para el riego de las áreas circundantes como para el abastecimiento de agua potable. Esto no solo beneficiaba a Tenochtitlán, sino que ayudaba a mantener las tierras de los alrededores del bosque. Se dice que el mismo Nezahualcóyotl, gran poeta y líder, fue quien supervisó la construcción de los Baños de Moctezuma, asegurando que el agua fuera un recurso abundante y accesible para su pueblo.

A lo largo de los siglos, este lugar ha sufrido varias modificaciones. Durante la llegada de los conquistadores, Hernán Cortés ordenó destruir partes del sistema hidráulico, incluidos los embalses, durante el cerco a Tenochtitlán. Sin embargo, se reconstruyó poco después, aunque con algunos cambios. Fue en el siglo XIX cuando los Baños de Moctezuma adquirieron una nueva relevancia, al convertirse en un lugar de recreo popular. En 1870, se construyó la Casa Baños de Chapultepec, un conjunto de baños públicos que rápidamente se hicieron famosos entre la élite de la época. Su ubicación frente al antiguo contenedor de agua que aún persiste, y su cercanía con el manantial de Chapultepec, hizo que los visitantes acudieran en busca de un baño curativo y relajante. Este tipo de baños medicinales era muy común en esa época, pues se creía que el agua de Chapultepec tenía propiedades curativas.

El nombre Baños de Moctezuma no se le dio hasta principios del siglo XX, en 1900, cuando la zona fue remodelada para dar paso a la Primera Sección del Bosque de Chapultepec. En ese momento, el contenedor de agua, que había sido utilizado por siglos, comenzó a ser asociado con la leyenda de Moctezuma, quien, según se pensaba, guardaba sus tesoros en el sitio. Esta popularidad se vio aumentada por las excavaciones realizadas en 1744, que buscaban encontrar esos supuestos tesoros, pero que acabaron por dañar las estructuras y disminuir el flujo de agua. A pesar de ello, las piscinas continuaron siendo parte del paisaje de Chapultepec, aunque fueron cerradas definitivamente en 1929 debido a la disminución del volumen de agua.

Recientemente, en 2018, un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrió vestigios de tres estanques curativos en la zona, lo que permitió confirmar la conexión entre los Baños de Moctezuma y las antiguas estructuras hidráulicas de la región. Estos hallazgos ayudaron a entender mejor cómo se distribuía el agua y cómo el sistema estaba conectado con el resto del bosque y la ciudad.

Los Baños de Moctezuma no solo representan una pieza clave de la historia prehispánica, sino también de la vida social y cultural de la Ciudad de México en el siglo XIX. Los vestigios de esta construcción nos invitan a reflexionar sobre cómo las antiguas civilizaciones sabían aprovechar los recursos naturales de manera sostenible y cómo, con el paso del tiempo, este lugar siguió siendo un punto de encuentro para las personas, desde los tlatoanis hasta las élites sociales del México independiente.

Hoy, al visitar los Baños de Moctezuma, es posible caminar por la misma área que alguna vez recorrieron Nezahualcóyotl y Moctezuma, reflexionar sobre su vida y su legado y, por qué no, disfrutar de un paseo entre la historia y la naturaleza en uno de los espacios más emblemáticos de la capital mexicana. ¡Un lugar perfecto para disfrutar, aprender y conectar con el pasado!

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Dirección:
 Av. Heroico Colegio Militar S/N, Bosque de Chapultepec I Secc, Ciudad de México, CDMX