¿Sabías que en pleno Centro Histórico de Xochimilco puedes encontrar una casa que ha sido testigo de más de 450 años de historia? La Casa Amaya, ubicada justo en la esquina de la Plaza Central, es uno de esos lugares mágicos donde el pasado y el presente se entrelazan.

Fundada alrededor de 1553, esta casa no solo es una de las más antiguas de la Ciudad de México, sino también un punto clave para entender la historia de Xochimilco. Su primer y más ilustre habitante fue Apochquiyauhtzin, el último señor de Xochimilco, quien jugó un papel importante durante la conquista española.

Aunque su nombre, Apochquiyauhtzin, significa algo así como “señor andrajoso” o “desharrapado“, no te dejes engañar: este tlatoani era un estratega político de primera. En 1521, lideró a las fuerzas xochimilcas aliadas con Hernán Cortés durante el sitio de Tenochtitlan. Más tarde, en 1522, fue bautizado como Luis Martín Cortés Cerón de Alvarado, un nombre que refleja su cercanía con los conquistadores.

Y no solo eso, este señor xochimilca fue clave en la llegada de los misioneros franciscanos, marcando el inicio de la conversión de Xochimilco al cristianismo. ¿Astucia política o simple adaptación? Quizás un poco de ambas. Lo que es seguro es que Apochquiyauhtzin logró mantener cierta autonomía para su pueblo, incluso bajo el dominio español.

La casa fue conocida durante mucho tiempo como la “Casa del Cacique Apochquiyahuatzin”. Sin embargo, ese término es un poco problemático hoy en día, ya que “cacique” suele asociarse con prácticas de dominio poco éticas. Por eso, actualmente se le llama Casa Amaya, en honor a la familia que la compró en 1920.

Aunque los tiempos han cambiado y la planta baja ahora alberga una farmacia y un consultorio médico, la esencia histórica del lugar sigue viva. Gran parte de la identidad de Xochimilco se puede rastrear hasta esta casa, que permanece como un símbolo de resistencia y adaptación.

La Casa Amaya no es solo un edificio antiguo; es un reflejo del espíritu de Xochimilco. Su historia nos habla de un pueblo que, desde la época prehispánica, ha sabido defender su independencia y adaptarse a los cambios sin perder su esencia.

Si estás planeando un recorrido por el Centro Histórico de Xochimilco, este es el lugar perfecto para empezar. Déjate envolver por la atmósfera única de la Plaza Central y descubre cómo este pequeño rincón guarda secretos de un pasado que sigue vivo en cada esquina.

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Dirección:
 Vicente Guerrero #3, Barrio El Rosario, Xochimilco, Ciudad de México, CDMX