Si paseas por el Centro Histórico de la Ciudad de México y te encuentras en la Plaza de las Doncellas, haz una pausa: estás frente a un rincón que rebosa historia y tradición, la Casa de Niñas de Nuestra Señora de la Caridad. Este edificio, hoy sede del elegante Club de Banqueros de México, tiene una historia fascinante que comenzó en el siglo XVI y que sigue viva entre sus muros.
La historia de este lugar se remonta a 1548, cuando el primer virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza, apoyó la fundación del primer colegio para niñas mestizas en América. El propósito era noble: ofrecerles un hogar y educación en lectura, escritura, música y canto. Aunque la institución fue dirigida por religiosos y dedicada a Santa María de la Caridad, su primera rectora fue una mujer laica, y el colegio mantuvo esta característica a lo largo de los siglos.

Inicialmente, el colegio funcionó en una casa alquilada, pero su éxito impulsó la compra de propiedades colindantes. Para 1585, el solar donde hoy se levanta la iglesia formaba parte de sus instalaciones. En el siglo XVIII, entre 1767 y 1772, se construyeron las estructuras escolares que conocemos hoy, marcando una etapa de esplendor para la institución.
Con el paso del tiempo, la fama del colegio disminuyó y, tras la Reforma Religiosa de 1862, cerró sus puertas definitivamente. El edificio, como si de un camaleón se tratara, comenzó a transformarse para adaptarse a los nuevos tiempos. En 1909, renació como el Teatro Colón, un vibrante espacio cultural inaugurado por el presidente Porfirio Díaz. Décadas más tarde, se convirtió en el Cine Imperial, otro de los íconos del entretenimiento capitalino.
Sin embargo, con el tiempo, el esplendor de este espacio se apagó, y el edificio quedó abandonado. Pero no todo estaba perdido: en 1991 inició una profunda restauración, liderada por el reconocido arquitecto Ricardo Legorreta. Gracias a su trabajo, el edificio recuperó su antigua gloria y se convirtió en la sede del Club de Banqueros de México en 1994.

Hoy en día, este histórico edificio es un centro de eventos de primer nivel. Desde bodas de ensueño hasta reuniones empresariales, sus salones ofrecen un ambiente único donde la arquitectura colonial y los detalles contemporáneos se encuentran en perfecta armonía. La fachada de la calle 16 de Septiembre es un claro ejemplo de esta fusión, destacando el talento de Legorreta.
Pero la historia no termina ahí. El templo del conjunto fue restaurado y sigue dedicado a Nuestra Señora de la Caridad, con entradas por las calles Bolívar y Venustiano Carranza, donde aún se respira un aire de espiritualidad y tradición.
La Casa de Niñas de Nuestra Señora de la Caridad no es solo un edificio, es un testigo del paso del tiempo, un espacio que ha evolucionado desde ser un refugio para niñas mestizas hasta convertirse en un punto de encuentro para celebrar la vida. Ya sea que te interese su arquitectura, su historia o simplemente quieras pasear por un rincón lleno de encanto, este lugar te invita a conectar con el pasado mientras disfrutas del presente.

Así que, la próxima vez que te encuentres en el Centro Histórico, tómate un momento para descubrir este fascinante lugar. ¡Te sorprenderá lo que tiene para contar!
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Dirección: 16 de Septiembre #27, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX