Chimalistac es una de las colonias más bonitas y misteriosas de la Ciudad de México; y es que, al recorrer las calles empedradas de Chimalistac no solo te encontrarás con impresionantes casonas de finales del siglo XIX, sino que también podrás descubrir restos del México prehispánico y colonial. Y, por si fuera poco, gracias a su antigüedad y al aura de la colonia, hoy en día existen un sinfín de leyendas paranormales que rodean a Chimalistac. ¿Quieres conocer más de esta colonia? Entones acompáñame por este breve recorrido a través de Chimalistac.
Historia de Chimalistac
El nombre Chimalistac proviene del náhuatl y se puede traducir como “Lugar de los Escudos Blancos”, nombre que se le dio por ahí del año 1410 de nuestra era, después de que Tezozomoc, señor de Azcapotzalco, se lo arrebatara a los tepanecas (civilización de origen chichimeca). En aquella época, Tezozomoc le da el rango de señorío a Coyoacán e instala a su hijo Maxtla como gobernante. Poco tiempo después, para 1426, Maxtla decide hostilizar a Tenochtitlán y Texcoco, pero la alianza entre mexicas y acolhuas propició la derrota de Maxtla y su ejército, por lo que terminan huyendo a Coyoacán, donde es derrotado.
Tras la derrota, Coyoacán y sus siete barrios (Chimalistac, Coapa, Tepetlapa, Axotla, Huitzilopochco, Xoco, y Copilco) se convirtieron en tributarios a la Triple Alianza (Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba). Y Chimalistac se convirtió en el principal eje de comunicación entre Tenochtitlán, Mixcoac y Churubusco.
Cuando los españoles llegaron a Coyoacán ejecutaron a Cuauhpopoca, el regidor del señorío, y Ixtolinque, su hijo, asumió el gobierno, pero pidió hacerlo después de unirse a la causa española, y después de la caída del Imperio Mexica sería bautizado como Juan de Guzmán Ixtolinque. Con este nombre, y ayudando a los españoles, continuó gobernando Coyoacán hasta su muerte, en 1573. El nuevo gobierno lo asumió el hijo de Ixtolinque, Felipe de Guzmán, y él decidió donar las tierras de Chimalistac a la Orden de los Carmelitas Descalzos, quienes habían construido el Convento del Carmen en lo que hoy es San Ángel, a unos pasos de Chimalistac. Es por eso, que los Carmelitas convirtieron la zona en el huerto del convento; y también construyeron algunas iglesias/capillas y el colegio de teología y artes.
Los Carmelitas mantuvieron la propiedad de Chimalistac por varios siglos, hasta que se promulgaron las Leyes de Reforma (entre 1855 y 1863). Gracias a la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos (promulgada el 12 de junio de 1859), gran parte de los terrenos de la Iglesia pasaron a ser manos del Estado, y Chimalistac no fue la excepción. Es por eso que, para finales del siglo XIX, las familias más acaudaladas de la Ciudad de México construyeron casas de descanso en los terrenos que alguna vez fueron el huerto del Convento del Carmen. Por cierto, poco después de esto, el 17 de julio de 1928, José de León Toral asesinó al presidente Álvaro Obregón en el restaurante La Bombilla, que se encontraba donde hoy está el Parque de la Bombilla, justo donde termina el barrio de Chimalistac.
Recorrido por Chimalistac
El 28 de noviembre de 20, el gobierno del Distrito Federal emitió un decreto en el que declaraba a Chimalistac como patrimonio tangible e intangible de la Ciudad de México, expresando que:
Se declara patrimonio cultural tangible de la Ciudad de México a los callejones, callejuelas, jardines, conjuntos religiosos, paseos, casas y en general, al conjunto urbano-arquitectónico ubicado en la Colonia Chimalistac, Delegación Álvaro Obregón; y patrimonio cultural intangible al conjunto de festividades, manifestaciones artísticas, actividades de esparcimiento, ferias populares, tradiciones, exposiciones de arte, formas de organización comunitaria y demás manifestaciones colectivas pertenecientes a la colonia mencionada.
Dentro de Chimalistac se pueden encontrar 12 construcciones que el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) declaró como monumentos históricos. Para que te des una idea de todos estos monumentos, podemos nombrar la Capilla de San Sebastián Mártir, la Ermita o Cámara de los Secretos construida por Fray Andrés de San Miguel en 1620, la Casona Colonial donde se encuentra el Centro de Estudios de Historia de México Carso. También podrás encontrarte con la Cruz Atrial de San Sebastián, la barda que rodeaba el huerto Carmelita (o un pedazo de barda) y también está la fuente del huerto, así como los cuatro puentes de mampostería que pasaban sobre el Río Magdalena, mismo que hoy está entubado debajo del Paseo del Río. Cabe mencionar, que el barrio de Chimalistac también fue uno de los protagonistas de la novela Santa de Federico Gamboa, por lo que vale mucho la pena darse una vuelta por la calle de Santa y de Hipólito, donde podrás revivir esta historia.
Por si fuera poco, justo en donde termina Chimalistac se encuentran el Parque Tagle y el Parque de la Bombilla, donde podrás horas jugando, patinando o disfrutando del ambiente. En este último, también podrás visitar el Monumento a Álvaro Obregón, una impresionante construcción construida justo sobre el lugar donde fue abatido el presidente de México y que cuenta con esculturas realizadas por Ignacio Asúnsolo, mismas que simbolizan las luchas campesinas. Pero eso no es todo, y es que, el monumento cuenta una entrada a una cámara oculta donde se encontraba exhibido el brazo derecho de Álvaro Obregón (mismo que perdió en la batalla de Celaya); hoy en día, gracias a Salinas de Gortari, ya no se encuentra exhibido el brazo real, pero sí una repica en bronce del mismo.
Ahora que sabes un poco más de Chimalistac y su historia, solo queda que te des una vuelta por este barrio tradicional y descubrir sus secretos por tu cuenta.