La Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), dependiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha marcado un hito histórico en la conservación del patrimonio cultural de México al intervenir, por primera vez, los retablos de la Capilla de los Santos Ángeles en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Este proyecto, realizado por docentes y estudiantes, se desarrolló en un tiempo récord de apenas una semana y media, dejando una huella significativa en la preservación de este valioso conjunto.

La Capilla de los Santos Ángeles, considerada uno de los espacios más armónicos dentro de las capillas de la Catedral, fue objeto de una intervención meticulosa que ha permitido recuperar el resplandor de sus esculturas estofadas y policromadas. Esta tarea de conservación, dirigida por académicos de la ENCRyM como Mercedes Murguía Meca, Luis Amaro Cavada y Yolanda Madrid Alanís, no solo representa un logro para la institución, sino también un acto de confianza por parte de las autoridades eclesiásticas, que permiten a los estudiantes de la ENCRyM trabajar en uno de los patrimonios más importantes del país.

El obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, monseñor Carlos Enrique Samariego López, expresó su satisfacción por los resultados obtenidos, destacando que estas labores forman parte de un proyecto integral para preservar las capillas de la Catedral Metropolitana, en el que la ENCRyM jugará un papel fundamental.

Un “caos organizado” en los andamios

El proceso de restauración fue observado por feligreses y visitantes, quienes pudieron ver, desde fuera del área acordonada, el trabajo diligente de los estudiantes. Armados con aspiradoras y herramientas de limpieza, los jóvenes restauradores subían y bajaban por las torres de andamios de hasta 11 metros de altura, trabajando en equipos para restaurar cada una de las piezas del retablo. Entre ellos, un grupo de estudiantes del Seminario Taller de Restauración de Escultura Policromada (STREP) se encargaba de las molduras, medallones y figuras de los ángeles y arcángeles, mientras otros se concentraban en las zonas más inaccesibles.

La profesora Mercedes Murguía detalló que los retablos originales, atribuidos a Tomás Juárez, fueron destruidos por un incendio en 1711, y dos años después se instalaron los retablos actuales de estilo salomónico, presuntamente de Manuel de Nava. Desde entonces, los retablos han sido testigos de varias intervenciones y han sufrido los estragos de diversos factores, incluidos incendios y el paso del tiempo.

Un paso hacia el futuro de la conservación del patrimonio

El objetivo de estas intervenciones no solo es la restauración física de los retablos, sino también la formación de los estudiantes que, como futuros conservadores, se enfrentan a desafíos técnicos y éticos en el manejo de los bienes culturales. La profesora Murguía explicó que el trabajo incluyó una limpieza general y la estabilización de los elementos de madera y policromía, para garantizar la conservación del conjunto sin alterar su valor artístico.

Con el estado de conservación registrado, se desarrollará una propuesta más profunda de intervención, que será presentada a las autoridades eclesiásticas en el futuro. Este proyecto es el resultado de las gestiones entre la ENCRyM-INAH y las autoridades religiosas, que buscan asegurar la preservación a largo plazo de uno de los patrimonios más importantes de la Ciudad de México.

Esta intervención no solo destaca la capacidad técnica de la ENCRyM y su compromiso con la conservación, sino también su papel como formación integral para futuras generaciones de restauradores, quienes serán los guardianes de la historia de nuestro país.

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