El Valle de Guadalupe es mucho más que un destino vinícola; es el corazón palpitante de la gastronomía en Baja California. Entre sus viñedos y paisajes inigualables, ha surgido una nueva propuesta que promete redefinir el fine dining en la región: Diego Hernández, el restaurante que marca el regreso del célebre chef Diego Hernández Baquedano.
Ubicado en el Museo de la Vid y el Vino, este espacio combina historia, cultura y los sabores más auténticos del Valle de Guadalupe en una experiencia gastronómica de primer nivel. Con un enfoque en productos locales y técnicas sostenibles, el chef presenta una propuesta que honra sus raíces y la riqueza de la temporalidad.
Cocina con identidad y sustentabilidad
Cada platillo de Diego Hernández es un tributo a la tierra. El restaurante apuesta por ingredientes de temporada, un huerto propio y alianzas con productores locales como Cengrow y Estrass. Además, incorpora prácticas sostenibles como el aprovechamiento integral de los animales y el uso de energía solar.
La cocina está equipada con tecnología de vanguardia que permite minimizar el desperdicio y potenciar los sabores. Entre las creaciones que reflejan esta filosofía destacan:
- Gargouillou del huerto, inspirado en el icónico plato del chef Michel Bras, que captura la esencia de la temporalidad en cada bocado.
- Ternera primal macerada en amazake, donde el fermento de arroz suaviza la textura de la carne y aporta un sutil toque láctico y dulce, similar al miso.
Un menú que evoluciona con la tierra
El menú degustación, llamado Corazón de Tierra, rinde homenaje al aclamado restaurante que el chef dirigió hasta 2020. Se presenta en un formato de doce tiempos con maridaje, ideal para explorar la esencia de su cocina.
Para quienes prefieren una experiencia más flexible, el menú a la carta cambia constantemente, adaptándose a los productos disponibles en huertos, ranchos y el calendario de aprovechamiento de cada ingrediente.
Maridajes que cuentan historias
La propuesta enológica de Diego Hernández es una cuidadosa selección de vinos del Valle de Guadalupe y etiquetas internacionales que interpretan la esencia del terroir. Nombres como Ícaro, Viñas del Sol y Vena Cava destacan en la carta, fruto de una curaduría que refleja la misma pasión y respeto que el chef tiene por los ingredientes.
Más que un restaurante, una experiencia sensorial
Visitar Diego Hernández es adentrarse en un relato gastronómico donde cada plato es una historia de temporalidad, raíces y creatividad. Más allá del fine dining, esta propuesta busca ofrecer una hospitalidad integral, donde el servicio, la sostenibilidad y la cultura del Valle de Guadalupe se fusionan en una experiencia única.
Si buscas una cena inolvidable en Baja California, este es un destino que no puedes dejar pasar.