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Elaboración artesanal del mezcal: conoce el proceso tradicional detrás de cada botella

El mezcal no es solo una bebida, es una joya líquida que encierra siglos de historia y una profunda conexión con la tierra y las tradiciones mexicanas. En Mezcal y Mole, cada botella es una obra de arte que refleja el arduo trabajo artesanal y el respeto por los métodos ancestrales que han pasado de generación en generación. Sin intervención de máquinas, el proceso de creación del mezcal se mantiene fiel a sus raíces, garantizando que cada botella cuente una historia única.

El viaje artesanal del mezcal: paso a paso

Todo comienza con la selección de los agaves, plantas que tardan entre 7 y 25 años en madurar, dependiendo de su especie. Estos agaves son cocidos en hornos cónicos bajo tierra, donde se utilizan piedras calientes y una mezcla de tierra y bagazo para sellarlos. Este proceso, que dura de 3 a 5 días, es fundamental para obtener esos sabores ahumados tan característicos del mezcal.

Después de la cocción, los agaves se trituran con una tahona, una enorme piedra volcánica que es arrastrada lentamente por un caballo o una mula. Este método tradicional de molienda, que puede tardar de 2 a 4 días, permite extraer los jugos fermentables del agave, los cuales posteriormente se fermentan en tinas de madera por un período de entre 7 y 15 días, dependiendo del clima y la humedad.

La última fase del proceso es la destilación, realizada en alambiques de cobre o barro. Este paso puede tomar entre 6 y 10 horas por lote y es aquí donde el mezcal obtiene sus características finales. Cada destilación es diferente, lo que da lugar a una diversidad de sabores y aromas únicos en cada botella.

La diversidad del agave: el alma del mezcal

Una de las maravillas del mezcal es la gran variedad de agaves que se pueden utilizar en su producción. Hay más de 30 tipos diferentes, cada uno aportando su propio carácter a la bebida. El agave espadín es el más utilizado, ofreciendo sabores frutales y ligeramente ahumados, mientras que variedades más raras como el tobalá, tepextate o madrecuixe brindan complejidades con notas terrosas, florales y herbales.

La combinación de este laborioso proceso artesanal y la riqueza de los agaves garantiza que cada botella de mezcal sea una experiencia irrepetible. En Mezcal y Mole, la devoción por mantener viva esta tradición milenaria se refleja en cada sorbo, conectándonos con la naturaleza y la herencia cultural de México.

Disfruta del mezcal: un viaje gastronómico en CDMX

Si te apasiona el mezcal y quieres descubrir más sobre sus secretos, Mezcal y Mole ofrece catas en su acogedor tasting room en Querétaro 33, Roma Norte, CDMX. Es el lugar perfecto para sumergirte en los sabores únicos de esta bebida y vivir una experiencia auténtica que une el pasado y el presente del mezcal.

Puedes reservar tu experiencia en  @mezcalymole o
https://www.opentable.com.mx/r/mezcal-y-mole-tasting-oaxaca-de-juarez

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