Aunque no lo creas, Nicolás Romero es un municipio mucho más interesante de lo que parece. Más allá de ser una ciudad dormitorio, conocida por su cercanía con la Ciudad de México y su carácter de periferia, este municipio desempeñó un papel crucial en la historia de México. Fue protagonista en la Intervención Francesa, en el desarrollo de la industria y las comunicaciones, así como en las luchas obreras mexicanas. ¿Habías pensado en todo esto? Pues esta vez te invito a descubrir el Museo de los Ferrocarrileros, ubicado en lo que fuera la Estación de Tren La Villa, la única estación antigua que sigue en pie en la capital. Ahí podrás maravillarte con la exposición Ferrocarril de Monte Alto.
Esta muestra te lleva en un fascinante recorrido por la historia de Monte Bajo, una región situada dentro de la Sierra de Monte Alto, la cual separa el Valle de México del Valle de Toluca. Pero, ¿qué relación tiene esta zona con Nicolás Romero? Para responder a esta pregunta, es necesario remontarnos al siglo XIX. Monte Alto y Monte Bajo estaban dominados por las haciendas de la familia Fagoga, que en 1846 transformaron la hacienda de Molino Viejo en el Corredor Textil Trinidad del Hilo. Este corredor incluía tres fábricas: Molino Viejo, que posteriormente se convirtió en La Colmena y producía algodón; San Ildefonso, especializada en lana; y Barrón, también de algodón.
Con el tiempo, estas fábricas cambiaron de dueño, siendo especialmente destacable la adquisición de San Ildefonso por Ernesto Pugibert, esposo de Guadalupe Portilla Garaicoechea. Este empresario no solo fue dueño de la tabacalera El Buen Tono, sino que, junto con Miguel Ángel de Quevedo, fundó la Compañía Explotadora de Fuerzas Hidroeléctricas de San Ildefonso, construyendo plantas como Villada, Fernández Leal y Titán. Las innovaciones introducidas permitieron que San Ildefonso siga funcionando hoy en día, consolidándose como una empresa con más de 150 años de historia. Además, la relevancia de estas fábricas motivó a José María Vázquez a diseñar una ruta ferroviaria que conectara Villa del Carbón y Monte Alto con Tlalnepantla, pasando por la Ciudad de México. Este ferrocarril también trajo consigo líneas de telégrafo y teléfono, convirtiéndose en un pilar en la evolución de las comunicaciones en el país.
Pero eso no es todo. En 1865, casi dos décadas antes de que se estableciera el ferrocarril, los trabajadores de estas fábricas protagonizaron la primera huelga laboral de México, marchando al Zócalo capitalino para exigir al emperador Maximiliano mejores condiciones laborales. Este hecho marcó el inicio de los movimientos obreros en México, que permanecieron activos hasta el estallido de la Revolución Mexicana en 1910.
La exposición Ferrocarril de Monte Alto nos invita a revivir esta rica historia a través de una colección fotográfica que detalla la importancia de Nicolás Romero, que retoma su nombre por el héroe que le da nombre al municipio, conocido por su valentía contra las tropas francesas, hablando del impacto de las fábricas, el ferrocarril y los movimientos sociales, esta muestra resalta los pilares que definieron la identidad de la región.
Así que ya lo sabes, visitar el Museo de los Ferrocarrileros no es solo una oportunidad para conocer el pasado industrial y social de Nicolás Romero, sino también para reflexionar sobre cómo este legado ha moldeado nuestra historia. Conecta con las historias de sus trabajadores, las luchas por mejores condiciones de vida y los avances tecnológicos que transformaron la región. Una experiencia que, sin duda, te hará ver a este municipio con otros ojos. ¡Anímate a visitarlo y sumérgete en su fascinante historia!
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Dirección: Alberto Herrera s/n, Aragón La Villa (Aragón), Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.








