La Hacienda de San Antonio Clavería es un tesoro escondido en la Ciudad de México, un lugar que conserva la esencia de épocas pasadas, aunque hoy en día, muchos desconocen su existencia fuera de los círculos históricos. Ubicada en Azcapotzalco, esta joya arquitectónica se ha preservado de manera admirable, especialmente por su actual uso como sede del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE). Y aunque no está abierta al público, su historia sigue siendo un referente cultural y arquitectónico de la zona.

La Hacienda nació a finales del siglo XVII, cuando Don Juan Antonio Clavería Villarreales, un hombre adinerado y mercader, adquirió la propiedad para dedicarla a San Antonio. Se dice que posiblemente compró la tierra a las familias de los conquistadores que recibieron grandes extensiones de terreno tras la llegada de los españoles. Con el paso de los años, el nombre de Clavería no solo quedó asociado a la hacienda, sino también al barrio que, hasta hoy, lleva su nombre.

A finales del siglo XVIII, Domingo de Bustamante compró la hacienda, que para ese entonces ya era conocida por su producción agrícola, especialmente de maíz y trigo, así como ganado vacuno y lana. En su apogeo, el lugar era un verdadero “Palacio de los Bustamantes” y una de las principales haciendas de la región. Durante este periodo, la hacienda se convirtió en escenario de eventos históricos significativos, como la ocupación de las tropas del General monárquico De la Concha en 1820, cuando se preparaban para las últimas batallas de la Guerra de Independencia.

El edificio más destacado es su patio principal, rodeado de una terraza de dos pisos, y una casa grande que albergaba una capilla. La arquitectura de la hacienda es considerada un excelente ejemplo de la transición entre el virreinato y la época moderna, con su estilo residencial y agrícola. Fue restaurada en 1951, casi dos décadas después de ser declarada Monumento Histórico en 1933.
Aunque hoy la Hacienda de San Antonio Clavería se encuentra bajo el cuidado del IPADE, sigue siendo un recordatorio vibrante del pasado colonial de la ciudad y un testimonio arquitectónico de la vida rural en el Virreinato. Aunque no se puede visitar, su presencia en el corazón de Azcapotzalco es un ancla que conecta a la ciudad con su historia.
Prepara tu Visita
Dirección: Calle Floresta #20, Colonia Claveria, Ciudad de México, CDMX