Soy fan de la Ciudad de México y del caos que impera en ella. Pero, aunque le tengo un cariño profundo a la capital, de vez en cuando necesito escapar de la jungla de concreto y perderme en un bosque o en algún pueblito escondido en medio de la nada. Es justo en esos momentos cuando Huasca de Ocampo aparece en mi mente. Y es que este Pueblo Mágico de Hidalgo logra combinar naturaleza, historia y leyendas de una forma única. Lo mejor: está a solo unas dos horas de la CDMX (si tienes suerte con el tráfico en Indios Verdes, claro).
Huasca de Ocampo, el primer Pueblo Mágico de México
Ubicado entre los bosques de niebla de la Sierra de Pachuca, Huasca de Ocampo fue el primer Pueblo Mágico nombrado en México. Aunque su tamaño es modesto, este sitio está repleto de historia y tradiciones. Para entender su relevancia, hay que remontarse al vecino Real del Monte, un pueblo minero donde se asentaron los ingleses a finales del siglo XVIII para explotar las minas de la región.

Aquí fue donde nacieron los famosos pastes y se jugó (dicen) el primer partido oficial de futbol en el país. Pero lo importante para esta historia es que, entre 1760 y 1780, Pedro Romero de Terreros —el hombre más rico de su época y fundador del Monte de Piedad— llegó a la región para explotar los minerales. Fue él quien mandó construir las haciendas de Santa María Regla, San Miguel Regla y San Antonio Regla en las inmediaciones de Huasca.
Tras su muerte en 1781, las haciendas entraron en decadencia. Para mediados del siglo XIX ya estaban prácticamente en ruinas. No fue sino hasta el siglo XX cuando dos de ellas —Santa María Regla y San Miguel Regla— fueron restauradas y convertidas en hoteles. San Antonio Regla, en cambio, quedó bajo el agua tras la construcción de una presa.
¿Y los duendes?
Uno de los grandes encantos de Huasca de Ocampo es su halo de misterio. Varixs locales y visitantes afirman haber visto duendes en los bosques. Incluso se han encontrado los llamados columpios de duendes, pequeños aros formados en el cabello de caballos y niñas, que según la tradición, son el rastro que dejan estos seres traviesos.
¿Qué hacer en Huasca de Ocampo?
Aunque el centro del pueblo se recorre en minutos, los alrededores están llenos de maravillas naturales, actividades al aire libre y experiencias culturales. Aquí te comparto algunos imperdibles:
Prismas Basálticos
Las columnas hexagonales de piedra que forman los Prismas Basálticos son una de las joyas geológicas más impresionantes de México. Estas formaciones naturales se crearon por el enfriamiento lento de lava y solo existen en unos pocos lugares del mundo: Huasca, Irlanda, Islandia, Hawái y California.



Bosque de las Truchas
Este parque recreativo es ideal para caminar, correr, pescar o pasar un día de campo. Ofrece actividades como tirolesa, paseo en lancha, gotcha, cuatrimotos, parque acuático, y hasta una visita a la misteriosa Cueva del Conde.
Parroquia de San Juan Bautista
Construida en el siglo XVI por monjes agustinos, esta iglesia pequeña pero significativa conserva altares del siglo XVIII. Aunque está dedicada a San Juan Bautista, muchxs la asocian con San Miguel Arcángel por un relieve que donó el Conde de Regla.



Hacienda de Santa María Regla
Esta hacienda histórica, hoy convertida en hotel, se puede visitar de día y de noche en recorridos guiados. Explora su capilla, túneles subterráneos, jardines y un “jardín secreto” que conecta con una zona poco conocida de los Prismas Basálticos.



Hacienda de San Miguel Regla
Más sencilla pero igual de encantadora, esta hacienda te ofrece un vistazo al pasado colonial y a la vida de lujo de los antiguos hacendados.



Hacienda de San Antonio Regla
Aunque se encuentra sumergida bajo una presa, aún puedes ver la torre de su iglesia mediante un paseo en lancha desde los alrededores de los Prismas. La historia del lugar es contada por los guías locales.



Museo de los Duendes
Este pequeño museo es perfecto para adentrarte en el imaginario mágico de la región. Aquí encontrarás fotografías, objetos curiosos y muchas historias sobre la supuesta presencia de duendes en la zona.


Centros Ecoturísticos
Además del Bosque de las Truchas, en los alrededores de Huasca hay opciones como El Huariche o la Peña del Aire, donde puedes practicar senderismo, disfrutar de vistas espectaculares y lanzarte en tirolesas gigantes. También hay opciones de glamping y camping para dormir bajo las estrellas.
Un escape mágico cerca de la CDMX
Huasca de Ocampo es mucho más que un pueblo pintoresco: es un portal a la historia minera del país, a leyendas que siguen vivas y a paisajes que te quitan el aliento. Ya sea que busques aventura, descanso, conexión con la naturaleza o un toque de misticismo, este destino tiene algo para ti. Así que ya lo sabes: la próxima vez que necesites escapar del caos citadino, Huasca te espera con los brazos abiertos… y quizás con algún duende curioso entre los árboles.