Miles de niñas, niños y familias se dieron cita en el festival “Juguemos en el Bosque. Arte para infancias”, una colorida celebración organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México para promover el acceso de la niñez a los derechos culturales. A lo largo del fin de semana, el Complejo Cultural Los Pinos se llenó de música, talleres, narraciones y espectáculos gratuitos que hicieron vibrar todos los rincones del recinto.
Arte, imaginación y juego en cada rincón
Desde temprana hora, la Plaza Jacarandas se convirtió en un escenario de historias vivas con “Caja de historias” de Xexa Toje, donde las infancias fueron parte activa de la creación de relatos únicos. Más tarde, ImproTOP presentó “Logos”, un espectáculo de improvisación teatral donde el público infantil dirigió el rumbo de la historia.
La Casa del Árbol albergó narraciones orales como la de Ana Cristina Ortega, quien relató pasajes de Matilda, de Roald Dahl, recordándonos que las primeras experiencias culturales dejan huellas profundas en el desarrollo de los pequeños.
Talleres para construir mundos imaginarios
En las cabañas del Complejo, niñas y niños participaron en talleres diseñados para liberar la creatividad. Station Beatz y Spin Master ofrecieron “Resonancias”, donde los asistentes crearon ritmos y melodías utilizando solo su voz. Otros talleres, como “Descubriendo rutas” de Sandra Gasca y Olaf Sotelo, invitaron a imaginar mundos fantásticos a través de mapas inventados.
María Daniela, de 6 años, compartió entusiasmada: “Me gustó hacer un mapa con montañas, caminos y ríos de un mundo que yo inventé.”
También se ofrecieron espacios para crear gabinetes de curiosidades en “Tesoros de otro mundo”, descubrir secretos naturales en “Invisibles” o diseñar seres híbridos en “Construyendo mundos imaginarios”, inspirado en la obra de Leonora Carrington.
Exploraciones sensoriales para bebés y primera infancia
Los más pequeños también tuvieron su espacio en el Bioexploratorio, un área de experiencias sensoriales al aire libre inspirada en los cuatro elementos naturales. Guiados por el colectivo Dulce de Leche y la artista Norma Torres, bebés y niñas y niños en edad preescolar exploraron texturas, sonidos y colores en un ambiente seguro y afectuoso.
“Queremos que las infancias tengan memorias felices a través del arte y el juego libre”, señaló Ana, integrante del colectivo.
Música, cuentos y danza para celebrar
La jornada continuó con música y espectáculos para todas las edades. La Orquesta Basura presentó su divertida propuesta “Música todo lo-cura”, mientras que Onder Movement Project reunió a familias en un vibrante encuentro de danza urbana. La música siguió sonando con Luis Delgadillo y Los Keliguanes, quienes lanzaron un mensaje de amor y rebeldía infantil: “¡Niñas y niños punks reclaman sus derechos!”.
La tarde cerró con una explosión de color: la comparsa La Bulla llenó la Calzada Molino del Rey de magia festiva, antes de dar paso al gran cierre musical a cargo del grupo PIM PAU, que desató el baile colectivo entre niñas, niños y adultos.
Compromiso con los derechos culturales de las infancias
Guillermina Pérez, titular de la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil – Alas y Raíces, destacó que el objetivo de estas actividades es abrir espacios de participación activa para la niñez, promoviendo el arte como herramienta de expresión, convivencia y construcción de paz.
Con la asistencia de más de 10 mil personas durante el fin de semana, “Juguemos en el Bosque” reafirma el compromiso de la Secretaría de Cultura de garantizar el derecho de niñas y niños a vivir el arte y la cultura.
La celebración continúa el miércoles 30 de abril en el Centro Cultural Helénico, con una jornada llena de talleres, narraciones orales y espectáculos de arte circense, ¡todos de entrada libre para seguir festejando el Día de la Niña y el Niño 2025!
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