José Manuel Aguilera, Ernick Romero y Jorge Chacón compartieron con el público la evolución musical de la banda, desde “Fuego de Noche” hasta “Inmaterial”

Treinta años de trayectoria, catorce discos en su haber y un sonido que ha sabido reinventarse sin perder su identidad. Así se vivió la celebración por el 30 aniversario de La Barranca en la Fonoteca Nacional, donde la agrupación ofreció una sesión de escucha íntima y reflexiva que recorrió las distintas etapas de su historia musical.

El evento, realizado el viernes 13 de junio en el auditorio Murray Schafer, reunió a un público entusiasta que llenó el recinto para acompañar a tres de sus integrantes actuales —José Manuel Aguilera, Ernick Romero y Jorge Chacón— en una charla moderada por Fernando Eslava. Entre anécdotas, recuerdos y canciones, los músicos revelaron los caminos que los han llevado a construir un legado sonoro imprescindible en el rock mexicano.

Más que un concierto, fue una conversación que puso el foco en el fenómeno fonográfico: las grabaciones como testigos de época, identidad y emoción. Así lo explicó Francisco Javier Rivas Mesa, director de la Fonoteca Nacional, al subrayar la importancia de escuchar desde la memoria y el patrimonio sonoro.

Tres décadas de exploración musical sin fronteras

Durante la sesión, se escucharon temas emblemáticos como El alacrán, Día negro, Animal en extinción, En el fondo de tus sueños y En cada movimiento, que evidencian la constante evolución de la banda. Su propuesta ha pasado por el rock, pero también ha dialogado con géneros como el bolero, el danzón, la ranchera y la música tradicional mexicana, sin perder coherencia ni profundidad.

“La Barranca siempre ha hecho música que nos representa —comentó José Manuel Aguilera—. No es por nacionalismo, sino porque nacimos en un tiempo y lugar específicos. Eso se refleja en lo que hacemos”.

Esa autenticidad, según Aguilera, también responde al bagaje musical de sus miembros fundadores. Figuras como Federico Fong y Alfonso André, con trayectorias en Sangre Asteka, Caifanes o Las Insólitas Imágenes de Aurora, aportaron desde el inicio una visión rica y diversa que sigue marcando el estilo del grupo.

Una celebración para fans de ayer y hoy

Reunir a una audiencia intergeneracional fue parte del encanto de esta celebración. El auditorio se convirtió en un espacio donde confluyeron quienes han seguido a La Barranca desde los noventa y quienes descubrieron su música más recientemente. Para todos, fue una experiencia emotiva y cercana.

“Para mí, escribir no se restringe a la letra: también es la música. Ambas son formas de existir y de resistir”, expresó Aguilera al cerrar la charla, visiblemente agradecido con sus seguidores.

Con esta sesión de escucha, la Fonoteca Nacional no solo rindió homenaje a una de las bandas más influyentes del rock en español, sino que también reforzó su papel como espacio de encuentro entre la creación sonora y sus oyentes.

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