Poco tiempo después de haber resuelto el caso del Asesino de Violinistas de Edimburgo, un criminal que parecía emular a Jack el Destripador, los detectives Ian Frey y Adolphus “Nueve Uñas” McGray planeaban recibir el Año Nuevo en calma. Sin embargo, sus planes se vieron frustrados cuando el oficial McNair irrumpió en su descanso con noticias alarmantes: una mujer agonizaba en el manicomio y necesitaban su ayuda para encontrar al responsable.
“Al centro había un enorme caldero de peltre, lo suficientemente ancho para bañarse en él, pero en vez de agua estaba lleno de cenizas y de restos carbonizados de extrañísimos objetos.”
Al llegar al sanatorio, descubrieron que la víctima había sido envenenada. Las sospechas recaían sobre un paciente misterioso, conocido solo como Lord Malatesta o “El Marqués de San Orate“, quien había desaparecido justo después del crimen. Durante la investigación, Frey siguió un rastro inusual de hormigas hasta encontrar un objeto inquietante: una cebolla morada perforada con clavos oxidados. Para McGray, no había duda de que se trataba de un amuleto de magia negra, utilizado por brujas para lanzar maldiciones.
“Pasarían siglos y siglos, pero los ecos de las cadenas no se desvanecerían, pues las almas de aquellas brujas nunca encontrarían reposo.”
Este hallazgo llevó a los detectives a emprender una peligrosa cacería que los llevaría de Edimburgo a Inglaterra, siguiendo las pistas de un asesino cuya sombra se extendía hasta Pendle Hill, la legendaria cuna de las brujas de Lancashire. En medio de una feroz tormenta de nieve, Frey y McGray se sumergirán en el oscuro mundo de la brujería, enfrentándose a un complot que podría cambiar la historia del Reino Unido.
“Las brujas tenían incontables alucinógenos de donde escoger: belladona, opio, mandrágora… Sin embargo, no podía pensar qué medio habrían podido usar para administrarle algún veneno.”
La Fiebre de la Sangre, escrita por Oscar de Muriel, es la segunda entrega de las investigaciones de Frey y McGray, un dúo de detectives tan disparejo como brillante. Con personalidades opuestas y métodos poco ortodoxos, su dinámica no solo es intrigante, sino que también aporta un toque de humor que convierte la lectura en una experiencia tan inquietante como entretenida.
Ambientada en la Inglaterra victoriana, la novela sumerge al lector y lectora en una trama repleta de secretos, asesinatos y elementos sobrenaturales. El ritmo es ágil, la tensión se mantiene hasta la última página y el estilo narrativo combina misterio con una dosis justa de ironía y sarcasmo.
“Religiones enteras se han construido alrededor de anécdotas mucho más endebles que ésta. El poder no reside en lo que eres capaz, sino en lo que los otros creen que eres capaz.”
Aunque es la segunda entrega de la serie, no es necesario haber leído el primer libro para disfrutar de la historia. Oscar de Muriel logra que cada aventura sea independiente, permitiendo que nuevxs lectorxs se sumerjan en el universo de Frey y McGray sin sentirse perdidxs.
Con una mezcla perfecta de thriller, novela histórica y fantasía oscura, La Fiebre de la Sangre es una lectura imperdible para quienes disfrutan de los misterios bien construidos, las historias de detectives y los toques de magia y ocultismo. Si buscas un libro que te mantenga intrigado de principio a fin, esta novela es para ti.