Más allá de 1984 y Rebelión en la Granja —dos obras maestras indiscutibles—, George Orwell es uno de los autores más fascinantes de la primera mitad del siglo XX. Un escritor que logró retratar, con un crudo realismo, la vida y la política de su tiempo. Cada una de sus novelas, textos y ensayos refleja, de manera directa y descarnada, sus experiencias y su forma de pensar. Y es que no se puede decir que Orwell haya tenido una vida sencilla: mendigó en las calles de Londres y París, combatió en el frente de la Guerra Civil Española, fue policía imperial en Birmania y trabajó como maestro rural en Inglaterra.
En Los días de Birmania (Burmese Days, 1934), Orwell retrata la opresión y el racismo ejercido por los ingleses sobre la población birmana; en Que no muera la aspidistra (Keep the Aspidistra Flying, 1936), muestra la vida en los barrios pobres de Londres y la manera en la que el dios Dinero se apoderó de cada aspecto de nuestra existencia; mientras que en Sin blanca en París y Londres (Down and Out in Paris and London, 1933), nos sumerge en la vida de los mendigos londinenses y la precariedad de los trabajadores en París. Obras que, desde distintas trincheras, exponen sin adornos la explotación humana.
De las seis novelas que escribió Orwell, La hija del clérigo (A Clergyman’s Daughter, 1935) es una de las menos conocidas, pero también una de las más interesantes. En ella seguimos a Dorothy Hare, la única hija de un clérigo en un pequeño pueblo de Inglaterra. Dorothy dedica sus días a un sinfín de tareas domésticas y eclesiásticas, además de organizar actividades para recaudar fondos y saldar las deudas de su padre, un hombre ajeno por completo a la precariedad en la que viven.
Aunque la vida de Dorothy es agotadora, ella ha aprendido a encontrar cierta comodidad en esa rutina, hasta que un acontecimiento inesperado —que no revelaremos aquí— la arranca de su entorno y la lanza a las calles de Londres. Su mundo da un giro total y la obliga a enfrentarse al hambre, la indiferencia y la crueldad de una sociedad donde todo tiene precio. Una historia tensa y profundamente realista que nos sumerge en las costumbres, las creencias y las contradicciones de la Inglaterra de los años 30.
La hija del clérigo es una de esas novelas donde Orwell nos toma de la mano para recorrer el lado más oscuro de la Inglaterra de su tiempo: desde las miserables condiciones de los mendigos londinenses hasta los cultivos de lúpulo y la vida en los pueblos rurales. Todo mientras denuncia, con su inconfundible claridad, el machismo, la hipocresía y la codicia que impregnaban aquella sociedad —y que, tristemente, siguen vigentes.
Una novela apasionante que atrapa desde las primeras páginas y que, entre el drama personal de Dorothy y las duras críticas sociales de Orwell, nos invita a cuestionar si de verdad hemos dejado atrás las injusticias de aquella época. Con una prosa sencilla, directa y libre de artificios, Orwell demuestra que las mejores historias son aquellas que no temen poner el dedo en la llaga.