A diferencia de lo que todo mundo suele pensar, La Villa de Guadalupe no es la Basílica de Guadalupe; La Villa es realmente el barrio (conformado por cuatro colonias) donde se encuentra la Basílica y el Conjunto Religioso del Tepeyac. Ubicada al norte de la Ciudad de México, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, La Villa de Guadalupe es mucho más que un barrio: es un lugar cargado de historia, tradición y espiritualidad. Conocida por ser el hogar de la Basílica de Guadalupe, uno de los centros de peregrinación más importantes del mundo, esta zona también guarda una riqueza cultural que se remonta a la época prehispánica.

¿Dónde está La Villa de Guadalupe?
Actualmente, La Villa comprende colonias como Villa Gustavo A. Madero, Martín Carrera, 15 de Agosto y Triunfo de la República. Aunque oficialmente es parte de una zona urbana de la capital, su identidad como pueblo originario sigue muy viva, tanto en su traza urbana como en las tradiciones que se celebran a lo largo del año.
De Tepeyac a Guadalupe
Antes de llamarse Guadalupe, este lugar era conocido como Tepeyácac, que en náhuatl significa “nariz del cerro”. Aquí, en tiempos mexicas, existía un pequeño templo dedicado a Tonantzin, la madre de los dioses. Todo cambió en 1531, según la tradición, cuando la Virgen María se apareció en este cerro a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un indígena chichimeca. A partir de entonces, comenzó la construcción de templos dedicados a la Virgen de Guadalupe, lo que transformó este rincón en un punto clave de devoción.

Nombres que cuentan su historia
Desde el siglo XVI, el lugar ha tenido varios nombres: Tepeaquilla, Tepeyac, Guadalupe, Villa de Guadalupe, y en 1822, en honor al héroe independentista, se convirtió en la Villa de Guadalupe Hidalgo. En 1931 recibió su nombre actual: Villa Gustavo A. Madero, en homenaje al revolucionario asesinado durante la Decena Trágica.
Auge virreinal y desarrollo urbano
En el siglo XVIII, con la construcción de la Basílica Vieja en 1709, la Villa se convirtió en un punto de reunión de comerciantes, peregrinos y autoridades eclesiásticas. El crecimiento fue tal que en 1751 se le otorgó oficialmente la categoría de villa y se constituyó un gobierno municipal propio, aunque fuertemente influido por el clero. Para evitar inundaciones, se construyó el Albarradón del Tepeyac en 1769, y en 1789 recibió su escudo heráldico.

Un sitio clave en la historia de México
Durante el siglo XIX, la Villa de Guadalupe Hidalgo fue testigo de momentos fundamentales de la historia nacional. En 1848, aquí se firmó el famoso Tratado de Guadalupe Hidalgo, que puso fin a la guerra entre México y Estados Unidos. Incluso fue sede del gobierno federal de manera provisional, albergando a presidentes como Santa Anna y Manuel de la Peña y Peña.
En 1857, la Villa vivió otro hito: se inauguró el primer tramo de ferrocarril en el país, entre Tlatelolco y Guadalupe, con la locomotora “Guadalupe” al frente. Esta conexión impulsó aún más su desarrollo y consolidó su importancia dentro del Valle de México.

La Villa hoy
Aunque hoy en día forma parte del entramado urbano de la Ciudad de México, La Villa de Guadalupe mantiene su esencia como un barrio histórico y centro de fe. Cada año, millones de peregrinos la visitan, especialmente el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, convirtiéndola en uno de los lugares más emblemáticos de México.
Además de su importancia religiosa, La Villa es un punto de interés para quienes desean conocer la historia viva de la ciudad, desde sus raíces indígenas hasta su evolución moderna. Calles, plazas y edificaciones antiguas siguen contando la historia de un pueblo que, desde tiempos prehispánicos, ha sido punto de encuentro entre culturas, creencias y tradiciones.