La nueva publicación La lapidaria del Templo Mayor reúne más de dos décadas de investigación arqueológica y compara más de 9 mil objetos de piedra prehispánicos hallados en el recinto sagrado de los mexicas.

El Templo Mayor de Tenochtitlan sigue revelando sus secretos. Esta vez, lo hace a través de la investigación del arqueólogo Emiliano Melgar Tísoc, cuya tesis doctoral, galardonada con el Premio INAH 2024 a la Mejor investigación en Arqueología, se ha convertido en un libro fundamental para entender la producción lapidaria de los mexicas.

Bajo el título La lapidaria del Templo Mayor. Estilos y tradiciones tecnológicas (2024), esta obra ofrece una mirada profunda y detallada sobre la forma en que se fabricaban los objetos rituales de piedra que formaban parte de las ofrendas en el recinto sagrado. El libro, editado por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), presenta el resultado de más de 21 años de trabajo, incluyendo análisis comparativos, arqueología experimental y microscopía avanzada, aplicados a 9,612 piezas de obsidiana, travertino, mármol, turquesa y piedra verde.

El “estilo imperial tenochca”: una identidad tallada en piedra

Durante la presentación del libro en el Museo del Templo Mayor, Melgar explicó que su investigación permitió identificar un “estilo imperial tenochca” en las huellas de manufactura de diversos objetos. Este descubrimiento cambia la narrativa tradicional, ya que muchas de estas piezas fueron, por años, atribuidas a otras regiones de Mesoamérica.

Al comparar elementos estilísticos de filiación olmeca, teotihuacana, maya, mezcala y mixteca, Melgar encontró señales únicas en las piezas del Templo Mayor. “Ni siquiera en Texcoco o Tlatelolco encontramos estas mismas huellas de manufactura”, explicó. Esto apunta a que los mexicas no solo reunieron a artesanos de diferentes regiones, sino que también buscaron crear una estética propia, como símbolo de su poder e identidad cultural.

El sello artístico mexica puede reconocerse en cetros serpentiformes, omichicahuaztli (instrumentos musicales hechos con huesos), figuras de Tláloc talladas en piedra verde, lápidas y vasos con deidades como Mayahuel y Mictlantecuhtli, íconos del maguey y del inframundo, respectivamente.

Tecnología ancestral y rigor científico

Uno de los mayores aportes del libro es su explicación detallada de cómo se elaboraban estos objetos sagrados. El desgaste de las piedras se realizaba con basalto, los cortes con lascas de obsidiana y las perforaciones con pedernal bruñido. Este conocimiento fue posible gracias a más de 500 análisis comparativos, técnicas de microscopía electrónica de barrido, observación macroscópica y arqueología experimental.

Durante la presentación, el investigador Adrián Velázquez Castro destacó la metodología del libro y su valor como fuente de consulta para futuras investigaciones. También reconoció el trabajo pionero de Lourdes Suárez Diez y del propio Velázquez en el análisis de los objetos malacológicos del Templo Mayor, los cuales sirvieron como base para esta nueva mirada a la lapidaria mexica.

¿Dónde conseguir el libro?

La lapidaria del Templo Mayor. Estilos y tradiciones tecnológicas ya está disponible en la red de librerías del INAH y también puede descargarse en formato digital desde la Mediateca del INAH, con acceso libre.