Ubicada al norte de la Ciudad de México, en la alcaldía Gustavo A. Madero, la colonia Lindavista es mucho más que un conjunto de calles bien trazadas y casas elegantes. Su historia comienza en la década de 1930 como un proyecto urbano de clase alta inspirado en los suburbios californianos, y hoy en día es una zona vibrante, con una mezcla de historia, educación, cultura y vida cotidiana que la hacen única en la capital mexicana.

Un nombre con vista linda

¿Sabías que el nombre “Lindavista” surgió por la belleza natural de sus terrenos? Quienes la visitaban en sus primeros años no podían dejar de comentar lo hermosa que era la vista del lugar. De ahí que, naturalmente, comenzaran a llamarla así: Linda Vista. Esta apreciación fue adoptada oficialmente cuando se fraccionaron los antiguos terrenos del Rancho “Los Pirineos” (era un rancho lechero) para dar vida a esta nueva colonia residencial.

De rancho lechero a colonia de estrellas

Antes de que existieran sus avenidas y escuelas, Lindavista era parte del extenso Rancho “Los Pirineos”, propiedad de los hermanos Martín y Miguel Oyamburu Arce. Estos empresarios vascos fueron figuras clave en el desarrollo económico de México: dueños de la Cervecería Modelo, la Cía. Hulera Euzkadi y otros grandes negocios. Fue precisamente por temor a la expropiación de sus tierras tras la Revolución Mexicana que decidieron fraccionar su propiedad y, en colaboración con el empresario Teodoro Gildred y el expresidente Pascual Ortiz Rubio, fundaron Lindavista en 1932.

Gildred tomó como inspiración las colonias de lujo de California, como Beverly Hills, por lo que muchas casas originales se construyeron en grandes lotes con un estilo colonial californiano. Algunas de estas joyas arquitectónicas aún se conservan, sobre todo en el nororiente de la colonia.

Un viaje por América Latina

Al recorrer las calles de la Colonia Lindavista, lo primero que notarás es que las calles tienen nombres curiosos como Salaverry, Ticomán, Latacunga, Pujato o Ambato. A primera vista, podrían ser nombres raros o extraños para muchas personas; pero si continúas paseando por la colonia te encontrarás con nombres un poco más conocidos como Caracas, Montevideo, Manizales o Quito. ¡Son nombres de ciudades Latinoamericanas! Y sí, todas las calles de la colonia, o casi todas, llevan el nombre de alguna ciudad de Centro y Suramérica.

Según cuentan las y los vecinos que llevan décadas viviendo en la zona, esto es solo una leyanda porque nunca he encontrado información oficial al respecto (aunque tiene sentido y me gusta la versión), estos nombres se eligieron basándose en las ciudades que habían visitado los hermanos Oyamburu en sus viajes; y no creas que en cualquier viaje, sino que eran ciudades en las que ellos habían aterrizado piloteando su avión.

Época de Oro y vecinos ilustres

Gracias a su cercanía con los Estudios Tepeyac, Lindavista se convirtió en un punto clave del Cine de Oro mexicano. La colonia fue hogar temporal o permanente de estrellas como Pedro Infante, María Félix e Ignacio López Tarso. Por su ambiente residencial, su estética cuidada y su cercanía a los estudios, fue apodada el “Beverly Hills mexicano”.

Entre sus habitantes más destacados también figuran la actriz Iran Eory, el periodista Iñaki Manero, el escritor Roberto Bolaño, la activista María Elena Morera, el exfutbolista y entrenador Javier Aguirre, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo José Sulaimán, y hasta la ex primera dama Angélica Rivera.

El escritor Juan Villoro, quien también vivió en Lindavista, la retrata con nostalgia y crítica en su libro El Tiempo Transcurrido, como un reflejo de la clase media mexicana del siglo XX.

Educación, comercio y conectividad

Lindavista destaca por tener una de las mayores concentraciones de instituciones educativas privadas por kilómetro cuadrado en toda América Latina, desde kínder hasta universidad. Aquí se encuentran colegios como el Guadalupe y el Tepeyac, así como el Plantel 9 de la UNAM y la Unidad Profesional Adolfo López Mateos del IPN.

Además, es una zona muy bien equipada con hospitales, cines, librerías, restaurantes, supermercados, bancos, iglesias y plazas comerciales como Parque Lindavista. Por si fuera poco, está excelentemente conectada mediante importantes avenidas como Insurgentes Norte, Instituto Politécnico Nacional, Montevideo y Ticomán, además de contar con estaciones de Metro como Lindavista, Deportivo 18 de Marzo e Indios Verdes.

El corazón de la colonia: la Iglesia de San Cayetano

Uno de los íconos arquitectónicos y espirituales de la colonia es la Iglesia de San Cayetano, ubicada en la avenida Montevideo. Su silueta incluso fue elegida como símbolo para la estación del Metro Lindavista. Es un punto de referencia obligado y un sitio de encuentro para la comunidad.

Un barrio con historia… y también con desafíos

Con el paso del tiempo, Lindavista también ha enfrentado retos. A partir de los años noventa, muchas casas se convirtieron en escuelas u oficinas, lo que transformó su dinámica urbana. Además, el crecimiento poblacional en las zonas aledañas y el aumento del tráfico en horas pico han complicado la movilidad. A esto se sumaron momentos difíciles de inseguridad, particularmente en los años 90, que llevaron a los vecinos a instalar rejas en varias calles.

Sin embargo, Lindavista ha sabido adaptarse. Su comunidad, su oferta educativa, su cercanía con importantes centros laborales y su historia la mantienen como una de las colonias más emblemáticas del norte de la ciudad.