Máneken Café, un oasis de café de especialidad en Eugenia

Hace unos días salió la tercera edición del Pasaporte del Café de Especialidad y obviamente lo compré, porque me parece una buena forma de conocer nuevos cafés a lo largo y ancho de la Ciudad de México. Y hoy, hojeando el pasaporte, descubrí que me quedaba una cafetería a unos pasos de donde tendría mi junta (bueno, a una estación de metro/metrobús), así que, no lo pensé dos veces y decidí darme un tiempo para pasar antes de mi junta, por un café de Máneken Café, en la Narvarte Poniente.

Después de cruzar la ciudad en la Línea 3 del Metrobús, me bajó en Eugenia, crucé a la acera y empecé a caminar en busca del lugar. Debo confesar, que, por un momento pensé que el lugar no existía, y es que se encuentra muy bien escondido entre la enorme panadería, la entrada al metro y los puestos ambulantes que se adueñaron de la banqueta; pero, justo después de pasar unos baños públicos, me encontré con una pequeña puerta de cristal que indicaba que había llegado a Máneken Café. Por el tamaño de la puerta, y por la ubicación, pensé que sería un café muy pequeño; sin embargo, al entrar, descubrí que estaba completamente equivocado.

Entre a un pequeño pasillo. Primero me recibió una vieja máquina para tostar café, que daba inicio a una fila de unas cuatro o cinco mesas pequeñas; frente a ellas, una larga barra, detrás de la que había dos baristas que me dieron la bienvenida muy amablemente. Al terminar esta barra, había otro pasillo un poco más largo, con más mesas; y, al final de este, había otra barra donde preparaban alimentos. Más allá de la barra se podían ver las máquinas donde tuestan el café que sirven en Máneken.

Al pedir mi doble cortado, uno de los baristas me comentó que tenían dos granos diferentes de café, uno de Chiapas y otro de Guerrero (si no mal recuerdo), uno lavado y el otro natural. Le comenté que no quería que fuera un café tan ácido y él me recomendó el Chiapas. Mientras preparaban mi café, empecé a ver su carta de bebidas y de alimentos. Resulta que, en Máneken Café tienen tres bebidas a base de espresso: espresso, capuchino y latte; pero también cuentan con varios métodos de extracción para servirte un buen café filtrado: aeropress, sifón japonés, chemex, clever, v60 y prensa francesa. También tienen infusiones/tizanas, tés, sodas italianas, chamoyadas, smoothies y chocolate, entre otras bebidas. Para comer, Máneken Café ofrece una buena variedad de desayunos (como molletes, chilaquiles, sopes, enchiladas y huevos a la cazuela), crepas dulces y saladas, y algunos otros platillos casuales, sin pretensiones.

Mientras veía el menú, me sirvieron mi café y un vaso con agua. Probé el café y debo decir que me gustó bastante. No era un café ácido, pero tampoco era tan amargo, de hecho, era un café con una buena variedad de matices y sabores, lo que hizo que disfrutara cada sorbo del mismo. Terminé mi café, me sellaron el pasaporte para darme un descuento y me fui contento con mi nuevo descubrimiento cafetero. Así que, seguramente regresaré a este café y casa tostadora, que es un oasis de tranquilidad en medio del caos de la zona, la próxima vez que tenga junta por acá.

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Dirección:
 Av. Cuauhtémoc #905, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a sábado de 7:00 a 21:00 hrs,, domingo de 8:00 a 16:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/cafemaneken
Facebook: facebook.com/ManekenCafe

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