La Ciudad de México es conocida por su vibrante vida urbana, su rica historia y, claro, su extenso Sistema de Transporte Colectivo (STC). Entre las muchas estaciones que conforman la red del Metro, una destaca por su nombre intrigante y lleno de misterio: Barranca del Muerto. Esta estación, situada en la Línea 7, es la terminal sur de una de las rutas más transitadas de la ciudad, pero lo que realmente capta la atención de las y los usuarios es el origen de su peculiar nombre. ¿Alguna vez te has preguntado por qué se llama Barranca del Muerto?
El nombre Barranca del Muerto puede sonar un poco siniestro, casi sacado de una leyenda urbana o una historia de terror. Sin embargo, el origen de este nombre se encuentra en la geografía, la historia prehistórica y los acontecimientos históricos de la región, mucho antes de que existiera el metro y la moderna infraestructura que hoy caracteriza a la zona.
Hace muchos años, la zona donde hoy se encuentra la estación era atravesada por una profunda barranca, que se extendía por lo que ahora ocupa la avenida Revolución, y tenía una profundidad que rebasaba los 15 metros. Esta barranca no era cualquier accidente geográfico, sino el resultado de un evento sísmico de tiempos prehistóricos. En la Sierra del Ajusco, el volcán Xitle, que se ubica en el sur de la ciudad, provocó una serie de movimientos terrestres que fracturaron la tierra en varios puntos. Uno de esos movimientos abrió la tierra en un gran tramo, dando origen a la imponente barranca que, con el tiempo, se convertiría en el escenario de numerosas leyendas.
Durante la época de la Revolución Mexicana, la posesión de la región de Mixcoac, donde se encuentra la barranca, fue ambicionada tanto por los carrancistas como por los zapatistas. Estos grupos rivales se enfrentaron en varias ocasiones en la zona, y las batallas dejaron tras de sí un rastro de muertos. Muchos de los caídos en estos enfrentamientos fueron arrojados al fondo de la barranca, lo que contribuyó a que el lugar se ganara su sombrío nombre. Con el tiempo, las leyendas sobre almas en pena comenzaron a surgir entre las y los habitantes de la región. Se decía que los espíritus de los muertos, abandonados en la barranca, atormentaban a lxs vecinxs con apariciones fantasmales y extraños sonidos en las noches, consolidando así el nombre de Barranca del Muerto. Y, como dato curioso, el logotipo de esta estación representa la silueta de dos águilas en vuelo; esto se debe a que, aunque estas aves son aves rapaces, es decir que suelen cazar su alimento, también pueden alimentarse de cuerpos frescos que no fueron cazados por ellas; y, se dice que, durante la Revolución, la zona se encontraba llena de estas aves que se acercaban para alimentarse de los muertos que arrojaban a la barranca.
A pesar de su nombre, Metro Barranca del Muerto es hoy en día una estación moderna y bien conectada que juega un papel crucial en la movilidad diaria de lxs capitalinxs. Inaugurada el 19 de diciembre de 1985, esta estación es un punto neurálgico para aquellxs que se desplazan hacia el sur de la ciudad o que viven en las zonas aledañas. Con su ubicación estratégica en la avenida Revolución, la estación facilita el acceso a una variedad de servicios y zonas residenciales.
El nombre Barranca del Muerto ha trascendido su origen geográfico para convertirse en una referencia cultural dentro de la Ciudad de México. Para muchxs, el nombre evoca curiosidad y especulación. Es común que lxs usuarixs del metro, especialmente aquellxs que no son de la capital, se pregunten sobre el origen del nombre, lo que ha llevado a que se tejan numerosas historias y mitos en torno a la estación.
A pesar de su nombre que podría parecer sombrío, la estación Barranca del Muerto es un lugar seguro, frecuentado diariamente por miles de personas. De hecho, el contraste entre el nombre y la realidad cotidiana de la estación es un ejemplo perfecto de cómo las ciudades evolucionan, superponiendo capas de historia y modernidad en un mismo espacio.
La estación Barranca del Muerto es un recordatorio de la evolución de la Ciudad de México, donde los nombres de los lugares nos cuentan historias que van más allá de la superficie. Aunque hoy es una estación de metro moderna y funcional, su nombre nos invita a reflexionar sobre el pasado y a mantener viva la memoria de los lugares, incluso cuando estos han cambiado drásticamente. Así que la próxima vez que tomes la Línea 7 y llegues a Barranca del Muerto, recuerda que estás transitando por un espacio cargado de historia, donde la modernidad y la leyenda se encuentran cada día.