La estación Chabacano del Metro de la Ciudad de México es mucho más que un punto de conexión entre tres líneas (2, 8 y 9). Ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, esta estación es un nodo estratégico que presta servicio a las colonias Vista Alegre, Obrera y Ampliación Asturias. Pero más allá de su importancia en la red del transporte colectivo, Chabacano guarda un origen tan curioso como aromático: su nombre proviene del chabacano, una fruta veraniega de pulpa jugosa, color amarillo-naranja y aroma inconfundible.

La historia se remonta a la creación de las colonias Asturias y Vista Alegre. En ese entonces, al proyectarse las nuevas calles, una de ellas recibió el nombre de Chabacano por la gran cantidad de árboles de esta fruta que crecían en los terrenos baldíos de la zona. Estos árboles se daban especialmente bien gracias a la cercanía con el antiguo río de la Piedad, cuya humedad favorecía su crecimiento. Hoy ese río está entubado y lo conocemos como el Viaducto Miguel Alemán.

El chabacano, también llamado albaricoque, tiene su origen en China, pero fue traído a América por misioneros españoles en el siglo XVIII. Su llegada no pasó desapercibida: su sabor y su adaptación al clima mexicano lo hicieron parte del paisaje urbano, al grado de dar nombre a una calle y, eventualmente, a una estación de Metro.

El ícono de la estación, como no podía ser de otro modo, es la silueta del chabacano. Además de su conexión eficiente entre líneas, Chabacano es un espacio cultural con murales como Civilización y Cultura, del artista portugués José de Guimarães, y Urban historias del rock mexicano, de Jorge Flores Manjarrez. Incluso ha sido escenario de cine: en 1990 se filmó aquí una escena de la película Total Recall, protagonizada por Arnold Schwarzenegger.

Así, la estación Chabacano no solo conecta destinos, también enlaza memorias: desde los árboles frutales que le dieron su nombre hasta las historias urbanas que hoy siguen fluyendo bajo la ciudad.