Ubicada en el corazón de la Ciudad de México, la estación Pino Suárez es mucho más que una simple conexión entre las líneas 1 y 2 del Metro. Es un cruce de caminos entre historia, cultura y patrimonio arqueológico que pasa desapercibido para millones de usuarixs diarios. Desde su nombre hasta su ícono, cada elemento de esta estación tiene un relato que contar.

Su nombre proviene de la avenida Pino Suárez, que honra a José María Pino Suárez, un personaje clave de la Revolución Mexicana. Abogado, periodista, poeta y político, fundó el diario El Peninsular para denunciar la opresión que sufrían los campesinos. Fue gobernador de Yucatán y vicepresidente de México junto a Francisco I. Madero. Ambos fueron asesinados durante la Decena Trágica de 1913, y su memoria quedó grabada en calles, avenidas y, por supuesto, en esta emblemática estación.

Pero Pino Suárez también guarda un secreto del México antiguo. Durante las excavaciones para su construcción a finales de los años 60, se descubrió un adoratorio prehispánico dedicado a Ehécatl, el dios del viento. Esta estructura cilíndrica, diseñada para permitir el libre paso del viento, marcaba el límite sur de la gran Tenochtitlán. Hoy, el templo —considerado la zona arqueológica más pequeña del país— se puede admirar justo en el punto de correspondencia entre las dos líneas del Metro, siendo transitado de forma indirecta por hasta 54 millones de personas al año.

El ícono de la estación, una representación de la pirámide de Ehécatl, rinde homenaje a este hallazgo arqueológico. En la mitología mexica, Ehécatl es una de las manifestaciones de Quetzalcóatl, una serpiente emplumada y dios creador asociado con los vientos y los puntos cardinales. Excavaciones posteriores, como las de 2017, han revelado restos de un calpulli o unidad social prehispánica, posiblemente perteneciente al antiguo barrio de Cuezcontitlán, lo que añade aún más riqueza al sitio.

La estación también destaca por su entorno dinámico. En su superficie se encuentran lugares históricos como la iglesia de San Miguel Arcángel y el Jardín San Miguel, además de zonas comerciales populares como la Plaza Comercial Pino Suárez y la Plaza San Lucas, donde se puede encontrar ropa, calzado y artículos diversos.

Además, Pino Suárez forma parte del único pasaje subterráneo en la red del Metro que conecta dos estaciones sin ser correspondencia directa: el famoso pasaje Zócalo-Pino Suárez, también conocido como Un paseo por los libros, donde se pueden encontrar librerías, exposiciones artísticas y un pequeño auditorio.

Desde su inauguración como la primera estación de correspondencia en 1970 hasta su reciente remodelación parcial en 2023, Pino Suárez sigue siendo un punto vital en la movilidad de la ciudad. Pero más allá de su utilidad como transporte, esta estación es un verdadero cruce de épocas, donde conviven la historia revolucionaria, el esplendor mexica y la vida cotidiana de millones de personas.