La Estación Refinería de la Línea 7 del Metro de la Ciudad de México no solo es un punto de tránsito diario, ¡es toda una cápsula de historia y cultura! Ubicada en la zona norponiente, entre las alcaldías Azcapotzalco y Miguel Hidalgo, esta estación conecta con algunos de los sitios más emblemáticos de la ciudad y tiene un trasfondo fascinante que vale la pena conocer.
El nombre de la estación es un tributo a la Refinería 18 de Marzo, que operó en esta área desde 1934 hasta su cierre en 1991. Esta planta fue originalmente construida por la Mexican Eagle Petroleum Company (subsidiaria de Royal Dutch Shell) y fue un punto clave en la industria petrolera mexicana. En 1938, el presidente Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo, y la refinería pasó a manos del gobierno mexicano, cambiando su nombre en honor a la expropiación del 18 de marzo de ese mismo año. Así, la refinería comenzó a producir para el país, y su legado sigue presente en la memoria colectiva de México.
Si miras el logo de la estación Refinería, notarás tres grandes contenedores, una representación de los depósitos de petróleo que caracterizaban el paisaje de la antigua planta de Pemex en Azcapotzalco. Es un símbolo que transporta a las y los pasajeros a la época en que el petróleo mexicano comenzaba a tomar relevancia a nivel global, y un guiño a los orígenes industriales de esta área.
Hoy, donde una vez estuvo la refinería, se extiende el popular Parque Bicentenario. Este enorme espacio verde es el resultado de un ambicioso proyecto de recuperación ambiental que comenzó en 1995. Para la creación del parque, fue necesario demoler la planta y realizar una limpieza exhaustiva del suelo, ya que estaba contaminado después de años de actividad industrial. Ahora, el parque es uno de los pulmones de la ciudad y un lugar favorito para caminatas, picnics y eventos culturales, atrayendo a miles de visitantes nacionales e internacionales que, en su recorrido, aprovechan para conocer la Estación Refinería.
Refinería tiene una característica especial: es una de las estaciones más profundas de la red. Por ello, el descenso y la salida pueden sentirse como un viaje subterráneo al pasado industrial de México. Otra particularidad es su salida única: al construirse la estación, no hubo acceso disponible en dirección a Barranca del Muerto debido a que los terrenos aún pertenecían a la refinería. Así que, ¡no te preocupes si te parece que tiene una sola salida grande; es parte del diseño original!
La Estación Refinería, más allá de ser solo una parada del Metro, es una ventana a un capítulo crucial de la historia mexicana. Con su ubicación estratégica y sus referencias al legado de la industria petrolera, esta estación nos recuerda cómo el progreso y el respeto por el medio ambiente pueden ir de la mano en un espacio renovado y lleno de vida. ¡No te pierdas la oportunidad de explorarla!