¡Vaya, vaya, Tacubaya! ¿Te suena esa rima? Pues más vale que te suene, porque Tacubaya es uno de esos lugares donde la historia y la modernidad chocan, y el Metro es el hilo conductor de todo. La estación Tacubaya es una de las más importantes en la red del Metro de la Ciudad de México, con conexiones entre las líneas 1, 7 y 9. ¡Pero hay mucho más de lo que parece!
Empecemos con el ícono de la estación: un cántaro. Este símbolo es más que un simple diseño, es un tributo a las raíces del lugar. Tacubaya, que en náhuatl significa “lugar donde se junta el agua“, hace referencia a un espacio ancestralmente conectado con este vital recurso. Desde los tiempos de los chichimecas y luego de los mexicas, la zona ha sido un punto de encuentro para asentamientos humanos debido a sus manantiales y su posición estratégica.
Tacubaya ha tenido varios nombres a lo largo del tiempo, desde Acozcomac y Atlacuihuayan hasta Tacubaya de los Mártires, cuando en 1861, Benito Juárez renombró el lugar en honor a los civiles y militares caídos en la Guerra de Reforma. Pero Tacubaya no es solo historia antigua: en el siglo XX, fue hogar de innovaciones arquitectónicas como el Conjunto Ermita, que fue el primer edificio alto de la Ciudad de México (aunque claro, esta afirmación puede ser muy controversial).
Además de ser una joya histórica, Tacubaya ha sido un epicentro cultural y hasta contracultural. Durante los 80, sus calles fueron testigos de la escena punk mexicana, y hasta hoy, este rincón de la ciudad mantiene su carácter vibrante y artístico. Si alguna vez pasas por ahí, no olvides echar un vistazo al mural “Del códice al mural” de Guillermo Ceniceros, en el transbordo de la línea 1 a la línea 7. Esta obra monumental cuenta en acrílico la historia de los mexicas desde su peregrinación hasta la fundación de Tenochtitlán.
Hoy en día, Tacubaya sigue siendo un importante centro de tránsito y, pese a su modernización y crecimiento, aún conserva la esencia de aquellos antiguos barrios prehispánicos y coloniales que le dieron vida.