Viajar por el Metro de la Ciudad de México no solo es una forma práctica de moverse: también es una puerta a la historia. Un buen ejemplo es la estación Tlatelolco, ubicada en la Línea 3 del Metro, justo al norte de la ciudad. Esta estación no solo conecta con la vida urbana, también nos enlaza con siglos de historia.
La estación toma su nombre de la antigua Villa de Tlatelolco, una zona con un enorme peso histórico. En tiempos prehispánicos, Tlatelolco fue una ciudad hermana de Tenochtitlán, con su propio mercado y templo. Durante la época virreinal, se transformó en un importante centro religioso y educativo. En 1525 se levantó ahí el Convento de Santiago Tlatelolco, y más tarde, en 1537, se fundó el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, la primera institución de educación superior para indígenas nobles, impulsada por fray Juan de Zumárraga y patrocinada por el emperador Carlos V. En 1573, por orden del rey Felipe II, se construyó junto al colegio un hermoso templo que aún existe.
Ya en el siglo XX, la zona fue transformada en un gran proyecto habitacional: el Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco, levantado en los años cuarenta. El ícono de la estación representa precisamente la fachada de uno de sus edificios más representativos: la Torre Insignia, antigua sede de Banobras, que destaca por su forma triangular y su carillón de 47 campanas, un regalo del gobierno de Bélgica.
Inaugurada en noviembre de 1970, la estación Tlatelolco funcionó como terminal de la Línea 3 hasta 1978. A diferencia de muchas otras, no está bajo una gran avenida, sino incrustada dentro del conjunto habitacional, con un solo acceso a nivel calle. Desde ahí se puede salir hacia la avenida Manuel González o hacia una explanada de la unidad habitacional.
Su diseño también destaca: en el vestíbulo aún se conservan unos hermosos vitrales estilo art-decó, justo sobre las taquillas. Y en los andenes se puede admirar el mural “El Andén de los Ouróboros”, del artista Marco Zamudio, que retrata escenas cotidianas de quienes usan el Metro día a día.
Desde esta estación puedes llegar caminando a la Plaza de las Tres Culturas, donde conviven restos arqueológicos mexicas, arquitectura virreinal y edificios modernos. También está el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, el M68 Memorial del 68, el Teatro Ferrocarrilero, y por supuesto, la impresionante Torre Insignia.
Además, conecta con la Línea 3 del Metrobús, lo que facilita la movilidad en esta parte de la ciudad.
Aunque no es de las estaciones más saturadas, sigue siendo bastante transitada. En días laborales, llegan a pasar más de 19 mil personas en promedio, y en 2023 registró una afluencia anual de más de 5.5 millones de usuarios, lo que la coloca entre las 90 estaciones más concurridas del sistema.
La estación Tlatelolco no es solo un punto en el mapa del Metro: es un cruce de caminos entre el pasado prehispánico, el México virreinal, los movimientos sociales del siglo XX y la vida cotidiana de hoy. Así que la próxima vez que pases por ahí, tómate un momento para mirar a tu alrededor… y pensar en todo lo que ha pasado por ese mismo lugar.