En el Pedregal de San Ángel, donde la lava del volcán Xitle dejó su huella hace miles de años, se erige el imponente Museo Anahuacalli, un homenaje vivo a la riqueza cultural de México y al genio creativo de Diego Rivera. Su nombre, que en náhuatl significa “casa rodeada de agua“, nos invita a descubrir un espacio mágico donde convergen el arte, la historia y la naturaleza.

El Anahuacalli no es un museo cualquiera. Diego Rivera, apasionado por las raíces culturales de México, soñó con un recinto que resguardara y compartiera su vasta colección de arte prehispánico, compuesta por miles de piezas recolectadas a lo largo de su vida. El resultado es un edificio monumental inspirado en las estructuras prehispánicas, con influencias Maya, Tolteca y Azteca, aunque el propio Rivera bromeaba llamándolo “estilo Rivera Tradicional“.

La construcción, hecha con piedra volcánica del terreno, es un tributo a la tierra mexicana y su historia. Cada rincón del museo está cargado de simbolismo: desde las esculturas de deidades como Chicomecóatl, Tláloc, Ehécatl-Quetzalcóatl y Huehuetéotl que adornan las esquinas, hasta el diseño de sus tres niveles que representan el Inframundo, el mundo terrenal y el cielo.

El museo alberga alrededor de 2,000 piezas seleccionadas por su valor artístico y su excelente estado de conservación. A diferencia de otros espacios museográficos, aquí no encontrarás cédulas explicativas. ¿Por qué? Porque Rivera quería que las piezas hablaran por sí mismas, que su belleza conectara directamente con el y la espectadora, sin la necesidad de datos arqueológicos.

El Anahuacalli no solo celebra el pasado; también es un espacio vivo para las expresiones contemporáneas. En su voluntad, Diego Rivera dejó claro que este lugar debía ser un epicentro artístico, donde el teatro, la música, la danza y las exposiciones de arte moderno tuvieran un hogar. Cada año, las muestras de arte contemporáneo dialogan con la arquitectura del recinto y con las piezas prehispánicas, creando una experiencia única.

Otro de los encantos del Anahuacalli es su Espacio Ecológico, un oasis de flora y fauna endémica que rodea el museo. Aquí, naturaleza y arquitectura se entrelazan, siguiendo el ideal de Diego Rivera y el arquitecto Juan O’Gorman de crear edificaciones en armonía con el paisaje.

Aunque Diego Rivera no pudo ver terminado el Anahuacalli, su hija Ruth Rivera, junto con Juan O’Gorman, Heriberto Pagelson y Dolores Olmedo, hicieron realidad su visión. Desde su apertura en 1964, este museo ha sido un regalo para el pueblo mexicano y para todos los y las visitantes que buscan conectar con el espíritu creativo de uno de los grandes muralistas del siglo XX.

Caminar por sus salas es adentrarse en un universo donde lo prehispánico y lo moderno se encuentran, donde la luz tenue del Inframundo da paso a la claridad del mundo terrenal, y donde cada rincón cuenta una historia. Además, desde su terraza, puedes disfrutar de una vista espectacular del sur de la Ciudad de México y del emblemático Ajusco, un detalle que Rivera planeó meticulosamente para que su obra “rimara” con el paisaje.

El Museo Anahuacalli es mucho más que un lugar para aprender sobre el pasado; es una invitación a reflexionar sobre nuestra identidad, a celebrar la creatividad y a maravillarse con el legado de uno de las y los artistas más icónicos de México.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Museo #150, San Pablo Tepetlapa, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $180 pesos (Consulta paquetes y promociones en su página web)
Horario: Martes a domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museoanahuacalli.org.mx
Instagram: instagram.com/anahuacalli
Facebook: facebook.com/museoanahuacalli
Twitter: x.com/anahuacalli