La Parroquia del Señor del Buen Despacho, conocida también como la Iglesia de Tlacoquemécatl, es un lugar emblemático en la Ciudad de México que resguarda una historia fascinante que se remonta al siglo XVI. Originada como una ermita, esta iglesia ha sido testigo de transformaciones a lo largo de los siglos, reflejando tanto la arquitectura colonial como la evolución de las prácticas religiosas en la ciudad. Aunque su aspecto actual es relativamente moderno debido a múltiples remodelaciones, conserva detalles originales, como sus tallados autóctonos que reflejan la riqueza cultural mestiza de la región.
Una de las joyas más preciadas de esta parroquia es la escultura del Señor del Buen Despacho, una advocación peculiarmente mexicana de Cristo que se popularizó gracias a la creencia en la rapidez con la que responde a las peticiones y oraciones de las y los fieles. Esta imagen fue un regalo del rey Carlos V a la Catedral Metropolitana y data de entre 1620 y 1630. Tallada en madera ligera de colorín, mide aproximadamente 1.90 metros y pesa solo 15 kilos, lo que facilitaba su uso en procesiones religiosas. Su rostro, con características expresivas y detalladas, es una muestra clara del arte sacro novohispano.

Además de su valor religioso, el Señor del Buen Despacho destaca por su cuidadosa restauración reciente, donde expertxs en conservación del arte sacro realizaron un meticuloso proceso para limpiar, reparar y devolver el color original a la imagen. Este trabajo delicado incluyó el uso de técnicas especializadas y productos específicos para evitar dañar la pieza histórica, que a lo largo de sus siglos de existencia ha sufrido desgaste, especialmente en zonas como la cabeza debido a la corona de espinas móvil que porta.
En la base de esta imagen se encuentra un elemento arqueológico excepcional: un cuauhxicalli prehispánico, que originalmente era un recipiente para corazones humanos sacrificados en ceremonias rituales. Este cuauhxicalli, descubierto en 1982, simboliza la conexión profunda entre las tradiciones prehispánicas y la fe católica que conviven en la parroquia. Su presencia en el altar resalta el sincretismo cultural que caracteriza a muchas manifestaciones religiosas en México.

La Parroquia del Señor del Buen Despacho se ubica en el Jardín del Arte Tlacoquemécatl, un espacio público desde el cual se puede admirar su fachada y contemplar su valor histórico. A pesar de ser un templo pequeño y poco conocido, ofrece a visitantes y feligreses una experiencia única, llena de historia, arte y espiritualidad. Este lugar es perfecto para quienes desean conocer más sobre la riqueza cultural de la Ciudad de México, que combina elementos coloniales, autóctonos y religiosos en una sola experiencia.
En resumen, la Parroquia del Señor del Buen Despacho es mucho más que una iglesia: es un puente entre siglos y culturas, un testimonio vivo de la fe y una joya del patrimonio cultural de la CDMX que merece ser visitada y revalorada por locales y turistas por igual.