El Puente Virreinal de Los Limosneros, aunque hoy se encuentra como una pequeña ruina, sigue siendo un testimonio fascinante de la historia de la Ciudad de México. Ubicado en el límite entre los barrios de San Simón Tolnáhuac y Peralvillo, este puente de piedra fue una parte fundamental del Camino Real de Tierra Adentro, una de las rutas más importantes de la Nueva España.
Construido en 1692 durante el virreinato del Conde de Galve, el Puente Virreinal de Los Limosneros se dedicó a los mendicantes, quienes pedían limosna en su camino hacia la Ciudad de México. Este puente no solo marcaba la entrada a la ciudad, sino también una etapa crucial para quienes recorrían el antiguo Camino a Tenayuca, uno de los tramos del Camino Real de Tierra Adentro, reconocido por la UNESCO en 2010 como Patrimonio de la Humanidad. Esta antigua ruta se extendía desde la Ciudad de México hasta Santa Fe, Nuevo México, recorriendo un impresionante total de 2.560 kilómetros.
A lo largo de los siglos, el Puente Virreinal de Los Limosneros ha sido testigo de muchos cambios. Los dos muros que aún permanecen en pie fueron desplazados para dar paso a la moderna Calzada Vallejo, pero siguen siendo una evocación de su pasado. A pesar de que este puente ya no conecta como antes, su presencia nos recuerda el legado de aquellos tiempos virreinales, cuando la ciudad era un punto de encuentro entre el Viejo y el Nuevo Mundo.
Hoy en día, el Puente Virreinal de Los Limosneros es un rincón de interés en la zona de La Raza, al norte de Tlatelolco. Este vestigio del pasado sigue siendo una pequeña joya que invita a las y los curiosos a conocer más sobre la historia de la Ciudad de México y su evolución a lo largo de los siglos. Aunque la modernidad ha transformado el lugar, el puente sigue siendo un símbolo de la conexión entre épocas, culturas y personas que a lo largo de los siglos han transitado por esta tierra.
Así que la próxima vez que estés cerca de La Raza o Tlatelolco, no dudes en hacer una parada en el Puente Virreinal de Los Limosneros, un pequeño pero significativo recordatorio del México colonial, del Camino Real y de la historia que sigue viva en las calles de la Ciudad de México.
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Dirección: Calz. Vallejo #132, San Simón Tolnahuac, Ciudad de México, CDMX