¿Alguna vez has visto un grupo de torres coloridas y puntiagudas mientras cruzas por el Periférico rumbo a Ciudad Satélite? Si tu respuesta es sí, seguro te dejaste atrapar por la magia de las Torres de Ciudad Satélite, una obra que ha sido todo un símbolo del paisaje urbano desde su inauguración en 1958.

Este conjunto de cinco prismas triangulares es obra de un auténtico dream team de la arquitectura y el arte mexicano: Mathias Goeritz, el genio detrás del concepto; Luis Barragán, el arquitecto galardonado con el Premio Pritzker; y Chucho Reyes Ferreira, quien aportó su toque mágico en los colores.

Aunque el plan original contemplaba siete torres y alturas de hasta 200 metros (¡una locura para la época!), el proyecto se redujo a cinco, con la torre más alta de 52 metros y la más “chaparrita” de 30 metros. ¿El resultado? Una obra que combina simplicidad geométrica, colores vibrantes y un impacto visual que grita “¡bienvenidxs a Satélite!”.

La inspiración para estas torres tiene raíces internacionales: tanto Goeritz como Barragán quedaron fascinados por las torres medievales de San Gimignano, Italia, y decidieron recrear esa majestuosidad en pleno México. Pero eso no es todo, Goeritz también quería que su obra fuera un ejemplo de arquitectura emocional, es decir, un espacio que transmitiera sensaciones profundas a través de formas simples y colores llamativos.

Por cierto, hablando de colores, las Torres han cambiado de look varias veces. Originalmente, Goeritz las quería todas en tonos de naranja, pero los empresarios dijeron: “¿y si variamos un poco?”. Así que con la ayuda de Chucho Reyes, las pintaron de blanco, amarillo, azul y ocre. A lo largo de los años han pasado por repintados y restauraciones, pero siempre conservan su esencia: ser un “cartel gigante convertido en arquitectura”.

Más allá de su belleza estética, las Torres nacieron como la entrada triunfal a Ciudad Satélite, un desarrollo urbano planeado por el arquitecto Mario Pani y el artista José Luis Cuevas en los años 50. La idea era crear una ciudad autónoma, un concepto futurista que, con el tiempo, terminó integrado al caos metropolitano.

A pesar de los años, las Torres de Satélite siguen siendo un emblema de la zona y un punto de referencia que nadie puede ignorar. En 2008, para celebrar su 50 aniversario, fueron restauradas e iluminadas, devolviéndoles el esplendor que merecen.

Hoy en día, lxs vecinxs de Naucalpan han impulsado propuestas para que las Torres sean reconocidas como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Aunque todavía no se ha concretado, este conjunto escultórico ya es un patrimonio del corazón de quienes las ven diariamente.

Así que, la próxima vez que pases por ahí, date un momento para apreciarlas. Entre el ajetreo del tráfico y el sonido de los cláxones, las Torres te recordarán que incluso en el caos, siempre hay espacio para el arte y la emoción.

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Dirección: 
Manzana 025, Cd. Satélite, Naucalpan de Juárez, Estado de México