Es el año 632 d.F. (después de Ford). La tecnología ha avanzado hasta el punto de permitir que la reproducción humana sea completamente controlada a través de procesos artificiales de gestación. Estos procesos posibilitan la selección de individuos para diferentes castas, especializadas en los roles sociales y laborales que les corresponden. Las castas son condicionadas desde su nacimiento para aceptar plenamente su destino y situación. Además, la ciencia ha logrado erradicar las enfermedades físicas y mentales, y ha detenido el envejecimiento de los cuerpos. Aunque la muerte no ha sido evitada, ya no causa pena alguna; la gente la ve simplemente como un destino inevitable. No existe Dios, ni alcohol, solo Soma, una sustancia que ofrece todas las ventajas de las drogas y la religión, pero sin sus desventajas. En otras palabras, es Un Mundo Feliz.

“Pero este es el precio que debemos pagar por la estabilidad. Hay que elegir entre la felicidad y lo que la gente llamaba arte puro. Nosotros hemos sacrificado el arte puro y en su lugar hemos puesto el sensorama y el órgano de perfumes.”

Un Mundo Feliz es una novela escrita por el autor británico Aldous Huxley, que describe un futuro utópico en el que el Estado Mundial ha logrado crear un sistema que garantiza la paz y la felicidad en todos los rincones del globo (excepto en las reservas salvajes). Pero… ¿A qué costo? ¿Dónde está la delgada línea entre la utopía y la distopía?

“Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho con todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación, o una pasión fatal, o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza.”

Huxley escribió Un Mundo Feliz en 1932 como una crítica a la sociedad inglesa de principios de siglo, en la que el consumismo, la sobrepoblación, la propaganda y la persuasión subconsciente, entre otros temas, cobraban importancia. Aunque era una crítica de su tiempo, el futuro que Huxley describe comienza a ser visible en nuestra realidad. Desde nuestra obsesión por la higiene, hasta el miedo a los sentimientos, pasando por nuestra constante necesidad de consumo, entre otros aspectos.

“Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre.”

Un Mundo Feliz es uno de esos libros que te atrapan desde las primeras páginas, gracias a su dinámica narrativa que nos introduce en un futuro lejano. Poco a poco, te vas adentrando en una historia inesperada, fluida e impactante. Esta novela no solo es una excelente puerta de entrada a la literatura de ciencia ficción y distopías, sino que también te invita a reflexionar sobre el mundo en el que vivimos, su pasado y su futuro.

“Me interesa la verdad. Amo la ciencia. Pero la verdad es una amenaza, y la ciencia un peligro público.”