Archivos de la categoría Tradicional

Encuentra restaurantes mexicanos con comida tradicional y variada en toda la CDMX.

Tierra Linda, tamales y sabores mexicanos en la Colonia Argentina Antigua

Esta historia nos lleva a principios de los años noventa, a una antigua casa escondida entre las calles de la colonia Argentina Antigua, en algún punto entre el Panteón Español y el Panteón Francés. Tras perder su empleo, el jefe de familia y su esposa tuvieron una idea: comenzar a revender tamales desde el zaguán de su casa. Aunque al principio no eran ellos quienes los preparaban, las y os vecinos pronto se encariñaron con el pequeño puesto y comenzaron a llegar cada vez más. La demanda creció tanto, que su proveedora ya no se dio abasto. Fue entonces cuando decidieron preparar sus propios tamales, con el toque especial de su tierra natal: Guerrero.

Poco a poco, los tamales caseros comenzaron a conquistar la colonia. El zaguán tamalero se fue ampliando, tanto en espacio como en propuesta. Se agregaron mesas en la planta baja de la casa y, con el tiempo, más y más platillos al menú. Hoy, 35 años después, aquel humilde puesto es Restaurante Tierra Linda, un restaurante 100% mexicano que celebra, conserva y difunde la riqueza de nuestra gastronomía.

Desde que entras a Tierra Linda, te recibe una cálida atmósfera llena de tradición. En sus repisas descansan juguetes y artesanías mexicanas, y una larga barra de mosaicos sirve como punto de despacho para los tamales y atoles. Los dos salones, que antes fueron garajes, hoy están adornados con papel picado y réplicas de pinturas mexicanas típicas de la época de los calendarios de cocina. El ambiente es acogedor, alegre y lleno de identidad.

En el menú encontrarás una gran variedad de tamales dulces y salados hechos en casa. Desde el clásico tamal verde, hasta joyas como el tamal costeño con pollo, chile morita y hoja santa (esperemos que Zahie Téllez no se enoje por ese guiño). Entre los dulces destacan el tamal canario, preparado con harina de arroz, rompope y vainilla; el criollo, con maíz azul y arroz con leche; y el de queso con zarzamora. Todos son un apapacho al paladar.

Pero no creas que en Tierra Linda solo hay tamales. Si vas por la tarde, puedes disfrutar de un menú de tres tiempos que, aunque recuerda a la clásica comida corrida, aquí tiene un giro especial: eliges entre varios platos fuertes que siempre están en la carta y te lo sirven con sopa, guarnición y agua fresca. Algunas delicias que puedes encontrar son: chile en nogada (disponible casi todo el año), sopes de cecina, costilla en mole verde, tlayudas, tampiqueña o salmón en salsa de almendras.

Y si llegas después de la comida, te espera un abanico de antojitos mexicanos: pozole blanco, sopa azteca, tostadas de pata, quesadillas (fritas o al comal) con el guisado de tu elección. También destacan la cecina con cazuelas, la costilla azteca, los huauzontles en salsa pasilla o unas enchiladas bien servidas. Para beber, nada como un agua fresca de jamaica con guayaba o de mamey con coco… ¡deliciosas y refrescantes!

¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Además del sazón, la decoración y el servicio, lo mejor de Restaurante Tierra Linda es el precio. Aquí puedes comer delicioso y en porciones generosas sin desfalcar tu quincena. Un rincón auténtico, lleno de sabor y de historia, donde cada platillo te recuerda lo bonito que es comer como en casa. Así que, si andas en la zona de Tacuba o Cuatro Caminos y sus alrededores, o si solo quieres comer una rica comida mexicana, vale mucho la pena que ta vayas a la colonia Argentina Antigua y disfrutes de los sabores que ofrece el Restaurante Tierra Linda.

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Dirección:
 Lago Maracaibo #120, Colonia Argentina Antigua, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $200 a $300 pesos (puedes comer por menos de $200)
Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 22:30 hrs.
Página Web: mitierralinda.pro
Facebook: facebook.com/TierraLindaRestaurante
Instagram: instagram.com/tierralindarest

La Mano Jardín, un oasis de café, cocina de humo, cultura y naturaleza en Coyoacán

Hay días en los que todo lo que queremos es escapar del caos y simplemente disfrutar una tarde rodeada de naturaleza. Pero vivir en una ciudad como la CDMX, con su tráfico incesante, el estrés cotidiano y la escasez de espacios verdes, puede dificultar ese anhelo. A veces, ni siquiera es posible darnos una vuelta al Desierto de los Leones para respirar aire puro, desconectar un rato y cerrar el día con una garnacha bien merecida.

Sin embargo, entre las calles adoquinadas de Coyoacán, muy cerca de la Fonoteca Nacional, se esconde un pequeño oasis que parece inmune al bullicio citadino: La Mano Jardín. Este encantador espacio cultural ofrece un jardín acogedor donde puedes tomar café de especialidad, disfrutar un pan dulce o dejarte conquistar por la cocina de humo tradicional mexicana. Sí, todo se prepara con fuego de leña, en comales y ollas, como se hacía antes… y el resultado es absolutamente delicioso.

¿Qué puedes comer en La Mano Jardín? Si vas en la mañana, el desayuno incluye clásicos mexicanos con un toque especial: chilaquiles, enfrijoladas, enmoladas, huevos al albañil, huevos rancheros y hasta un omelette de huitlacoche. Todo esto se puede acompañar con pan dulce mexicano y una excelente taza de café. Y si tienes suerte (y es fin de semana), no te pierdas el atole de pinole.

Para la comida o la cena, el menú ofrece entradas como sopecitos, tetelas, quesadillas de papa o huitlacoche, esquites y tacos (de cochinita o rajas, por ejemplo). También hay sopas como la de frijol o el fideo seco, huaraches de nopales con pollo y tamales caseros. Como platos fuertes, el mole negro con costilla, el mole blanco con pollo, el pipián prehispánico, el estofado de res y el espagueti en flor de calabaza son algunos de los imperdibles. Eso sí, el menú cambia con frecuencia, así que cada visita puede traerte una nueva sorpresa culinaria.

Más allá de la comida, lo que hace especial a La Mano Jardín es el entorno: un jardín amplio, lleno de sombra natural y mesas bien distribuidas que ofrecen una experiencia casi privada, como un pequeño día de campo en medio de la ciudad. Además, aquí también se organizan eventos culturales, hay una tienda con ropa y artesanías, y, si te enamoras del lugar (lo cual es probable), puedes rentarlo para eventos privados.

Ya sea para desayunar bajo los árboles, leer un libro mientras tomas un café o disfrutar una cena con sabor a tradición, La Mano Jardín es una escapada perfecta sin salir de la ciudad. Un rincón tranquilo y sabroso que te invita a desconectarte del ritmo acelerado y reconectar contigo mismx.

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Dirección:
 Francisco Sosa #363, Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX
Horario: Domingo a martes de 8:00 a 20:00 hrs., miércoles a sábado de 8:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Página web: culturalamano.com
Instagram: instagram.com/lamano_jardin
Facebook: facebook.com/culturalamano

Cantina Masiosare, un lugar para comer, beber y bailar en Coyoacán

Masiosare nació a mediados del siglo XIX, durante la intervención estadounidense en México —sí, esa donde cierto Niño Héroe se lanzó desde el Castillo de Chapultepec envuelto en la bandera—. Y quizá por una confusión histórica que lo hizo parecer antipatriótico, para 1854 ya se había convertido en el “extraño enemigo” número uno de México. Tan grande fue el malentendido, que lo inmortalizaron en la letra del Himno Nacional.

Pero Masiosare nunca quiso ser enemigo de nadie. No, él solo quería servir buena comida y mejores tragos. Lástima que su mala fama se lo impidió… hasta hace poco.

¿Alguien dijo Tlayuda combinada?

Y es que, desde hace unos dos o tres años, en el corazón de Coyoacán, Masiosare al fin logró cumplir su sueño: abrir su cantina. Una tradicional, como las de antes, pero con todo el sabor de la cultura mexa contemporánea. Así nació Cantina Masiosare, una neo-cantina… (aunque, entre nos, me choca ese término).

Así se ve el salón

Está ubicada sobre la calle Felipe Puerto, muy cerca de los jardines del centro de Coyoacán, pero lo bastante lejos como para sentirse fuera del bullicio turístico. Y no te vayas con la finta: no es de esas neo-cantinas fresonas sin alma que abundan en las zonas pipirisnice del ex-Distrito Federal. Aquí sí hay cantina de verdad, con su barra, sus gabinetes de madera, su bandera hecha con un colchón viejo —sí, un colchón— y paredes tapizadas con arte que cuenta, a su modo, la historia de México: desde la Independencia hasta el día en que Salinas de Gortari le robó el título de “enemigo nacional” a Masiosare.

Unos coctelitos pa’empezar

Podría seguir hablándote del diseño, pero vamos a lo bueno: la comida.

Aquí encontrarás todos esos antojitos que hacen patria en cualquier cantina que se respete: tortas, chamorro, cochinita pibil, flautas doradas, filete a la tampiqueña, tuétano, esquites, plato placero, gorditas, sopes, tlayudas, sopa azteca… etc., etc., etc. ¿Se te hizo agua la boca? A mí sí.

But Negro, típico de Yucatán

Y eso no es todo. A diferencia de las neo-cantinas popof, en Cantina Masiosare sí hay botana. Así como lo lees: te van sirviendo platillos mientras sigues pidiendo tus tragos. O, si llegas antes de las 18:00 entre semana, puedes pedir el menú del día: sopa, arroz o ensalada, un plato fuerte a elegir, tortillas hechas a mano, agua fresca y postre. Todo eso por $140 pesitos. Y no es la típica comida de fonda —spoiler: puedes elegir entre varios guisados del menú completo—. Recomendación personal: no te vayas sin probar la sopa de huitlacoche. Es única. Y deliciosa. Por cierto, los fines de semana también tienen una opción de tenedor libre (buffet si no conoces el concepto) con cortes de carne a un precio muy, muy, muuuuuuuy accesible.

Pero no solo se come bien. También se arma la fiesta.

De jueves a sábado, a partir de las 9 de la noche, Cantina Masiosare se convierte en un foro musical donde todo puede pasar: jazz de la Belle Époque, cumbia sabrosona, funk, mambo o lo que el cuerpo te pida para menearte entre tragos y carcajadas. Esta pluralidad hace que el ambiente sea tan diverso como entrañable: una noche puedes encontrar a quien salió de una presentación de libro, a budistas saliendo de meditación o a un grupo de pachucos que, literal, se adueñan de la pista. Todos bailan, conviven y comen como si no hubiera mañana.

Esta es la sopa de Huitlacoche, es como la de Hongos de la Marquesa, pero e nesteroides (y con Huitlacoche)

Podría seguir escribiendo y emocionándome con los cócteles, los cuadros, los menús, los nombres de las bebidas (que también tienen su jiribilla), pero mejor te digo esto: la única forma de entender Cantina Masiosare es vivirla en carne propia. Así que, si estás buscando un lugar relajado, divertido, lleno de sabor, arte y buena música, date una vuelta por Coyoacán y déjate llevar por el hedonismo del extraño enemigo más sabroso y fiestero de México.

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Dirección:
 Felipe Carrillo Puerto #50, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX – Dentro del Mercado Del Carmen
Horario: Lunes a miércoles de 13:00 a 22:00 hrs., jueves de 13:00 a 23:00 hrs., viernes y sábado de de 13:00 a 2:00 hrs., y domingo de 13:00 a 20:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/masiosare.mx
Facebook: facebook.com/CantinaMasiosare

El Peribán, la tradición de las carnitas michoacanas en la CDMX

Aunque hoy en día creemos que las carnitas son de origen michoacano, la realidad es que es un platillo que nació en Coyoacán. ¿No me crees? Bueno, debes saber que, en la Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, Bernal Días del Castillo explica que, tras la captura de Cuauhtemoc y su familia, el día trece de agosto de 1521, Hernán Cortés decidió hacer un enorme banquete en Coyoacán, aprovechando el vino y los cerdos que habían traído de Castilla. Fue ahí que decidieron confitar los cerdos y, a falta de pan, se usaron tortillas para acompañar, dando origen a lo que hoy conocemos como taco de carnitas.

Las Carnitas tienen un origen chilango; sin embargo, diferentes estados se adjudican la invención de este platillo, pues cada uno le imprimió su toque permitiendo que el cerdo frito de Hernán Cortés se convirtiera en el platillo que conocemos hoy en día. Pero, sin duda, el estado que realmente perfeccionó la receta de las carnitas fue Michoacán. Y es que, cada pueblo y municipio de Michoacán, especialmente en Quiroga, Santa Clara del Cobre y Peribán han destacado por el sabor y elaboración de sus recetas tradicionales.

¡Es una lástima que no podamos ir cada fin de semana hasta Michoacán para echarnos unas ricas carnitas! Por suerte, en 1982, la familia Baldovinos, oriunda de Peribán de Ramos, un poblado a las faldas del Pico de Tancítaro, llegó a la ciudad antes llamada Distrito Federal y decidió compartir la receta familiar de sus carnitas con todas y todos los chilangos. Una receta tan buena, que terminó conquistando el estómago y corazón de todo el mundo, permitiéndoles abrir varios restaurantes al sur de capirucha (y ahora también otros más céntricos). ¿Te gustaría conocer esta receta? Entonces tienes que conocer El Peribán, un restaurante que se jacta de tener unas de las mejores carnitas de la CDMX.

Si eres amante de las Carnitas, seguramente te van a gustar los Tacos de Carnitas de El Peribán; y es que, la carne está bien confitada y doradas, lo que hace que se derritan en la boca. Además, su salsa verde es una delicia, que combina perfecto con la explosión de sabores de las carnitas. Y no te preocupes, no solo tienen maciza, en este lugar tienen tienen todo el surtido: maciza, chamorro, falda, espaldilla, buche, lengua, nana, cuerito, trompa, oreja y achicalado.

Sí, los tacos son una gran recomendación, pero debes saber que, en El Peribán también tienen otras opciones, obvio preparadas con carnitas, que vale la pena probar. Por ejemplo, la deliciosa Gordita Ahogada, que va rellena de achicalado, bañada en una salsa de habanero y morita, y acompañada de barriga crujiente. ¡Una combinación perfecta! También vale la pena que pruebes las Quesadillas de Achicalado con Queso (puedes pedirla frita o asada), las Quesadilas de Sesos, las Tortas Ahogadas las Flautas de Carnitas o los Huaraches de Carnitas, entre muchos otros platillos. Por cierto, también tienen varias opciones de desayunos.

Además del sabor de los tacos y antojitos… ¿sabes qué es lo mejor? ¡el precio! Y es que, en El Peribán podrás comer delicioso y muy basto, en un lugar bien establecido e higiénico, sin gastar mucho dinero. Pa’que te des una idea, yo me eché dos tacos, una torta ahogada, una quesadilla de achicalada y una gordita ahogada, acompañadas de un agua (obvio salí rodando de ahí), por unos $300 pesos (aprox).

¿Ya se te antojó? Entonces date una vuelta por las diferentes sucursales de El Peribán y échate unos tacos o antojos con unas deliciosas carnitas a mi salud. Sin duda, una excelente opción para desayunar o comer con la familia, amigxs o colegas cualquier día de la semana.

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Costo por persona:
 De $200 a $300 pesos
Página Web: elperiban.com
Instagram: instagram.com/elperiban
Facebook: facebook.com/elperiban
TikTok: tiktok.com/@el_periban

Frutería y Lonchería Ojo de Agua, tacos, tortas y algo más al norte de CDMX

Si te digo que existe un lugar llamado Ojo de Agua donde puedes comprar frutas frescas, disfrutar de sándwiches y ensaladas, y deleitarte con un agua fresca preparada al momento, seguramente pensarás en ese restaurante fifí que ha conquistado las colonias más exclusivas de la Ciudad de México. Pero… ¿y si te dijera que ese restaurante es, en realidad, una versión gentrificada de una modesta lonchería del norte de la ciudad? ¿Me creerías? No solo tomaron la idea de vender frutas, ensaladas y aguas frescas, sino que también se apropiaron del nombre. Sí, hablamos de la Frutería y Lonchería Ojo de Agua, un lugar que lleva más de 60 años consintiendo a los y las vecinas de La Raza y Aragón con auténtica comida reconfortante.

Ubicada en la esquina de Clave y Vallejo, frente al Hospital La Raza, esta lonchería sencilla pero emblemática se ha ganado el cariño de la comunidad: vecinxs, familiares de pacientes, médicos, enfermeras y trabajadores de la zona. Sin lujos ni pretensiones, ofrece todo lo necesario para comer rico, rápido y a precios justos. Tres elementos que los llevaron a abrir otras dos sucursales hacia la zona de Aragón.

¿Qué hay en su menú? Una amplia selección que incluye tortas, tacos, guisados, sándwiches, ensaladas, jugos, licuados y aguas frescas, además de botanas, frutas picadas y cócteles de fruta. Al abrir la carta, lo primero que encontrarás son sus tortas, que abarcan desde las clásicas de jamón o milanesa hasta combinaciones más elaboradas como cecina, atún o pastor. También tienen tacos de todo tipo, desde cabeza y suadero hasta lengua y machitos, servidos en tortilla de maíz o harina. Y si te gustan los guisados, las cazuelas de queso con proteínas como arrachera o pollo son una excelente opción para armar tus propios tacos.

Además, destaca su variedad de frutas frescas, que puedes pedir en cócteles, jugos, licuados o aguas frescas personalizadas. Si buscas algo especial, prueba la Torta La Deliciosa, con milanesa, salchicha, queso panela y manchego, acompañada de jitomate, cebolla, jalapeño encurtido y aguacate. Aunque no es muy grande, su sabor es espectacular. También recomiendo la Carnequeso, una cazuela de arrachera y queso servida con tortillas de harina, guacamole y chiles toreados; ideal para compartir o armar tacos al gusto. Y si visitas por la mañana, no te pierdas los chilaquiles, molletes o un cóctel de frutas frescas acompañado de un jugo tropical.

En Frutería y Lonchería Ojo de Agua no solo encontrarás comida rica para disfrutar en el momento, sino también opciones para llevar a casa, como frutas y botanas. Es inevitable comparar este lugar con el Ojo de Agua de Polanco o Artz Pedregal, pero mientras aquellos buscan ser gourmet y aspiracionales, este sigue siendo auténtico y cercano. Según se cuentan, el dueño original falleció hace algunos años, y el negocio se dividió entre sus hijos: uno continuó con la esencia original, mientras que el otro se asoció con una empresa para transformar el concepto en algo más exclusivo, abriendo los lugares más elegantes.

Con su historia, tradición y un menú que satisface a todos los paladares, Frutería y Lonchería Ojo de Agua es un recordatorio de que lo sencillo y auténtico siempre tendrá un lugar especial en el corazón (y el estómago) de quienes buscan calidad y sabor. Así que, la próxima vez que estés cerca de La Raza o Aragón, date la oportunidad de probarlo; es un viaje directo al sabor y la calidez de las loncherías de antaño.

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Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página Web: fruteriayloncheriaojodeagua.my.canva.site
Facebook: facebook.com/p/Ojo-de-Agua-Fruter%C3%ADa-y-Loncher%C3%ADa-100063924320544/

Sucursal Vallejo
Dirección:
Clave #444, Colonia Vallejo Poniente (esquina con Vallejo)

Sucursal Aragón
Dirección:
Av. San Juan de Aragón #310, esq. Eduardo Molina, Colonia Costitución de la República

Sucursal Nueva Atzacoalco
Dirección:
Avenida 303 esquina Calle 310, Colnia Nueva Atzacoalco

Casa Nela, las delicias de Oaxaca escondidas en la Merced (Centro Histórico)

En la Ciudad de México, podrías decir que existen dos Centros Históricos. Por un lado, está el turístico, lleno de museos, restaurantes y negocios ideales para el esparcimiento de nacionales y extranjerxs. Por otro, está el comercial, un bullicioso laberinto que comienza después de Palacio Nacional, donde miles de personas acuden diariamente en busca de artículos que van desde papelería y decoración hasta ropa de mascotas y juguetes. Este centro está organizado por calles temáticas: maquillaje, ropa, papelería… ¿y si te dijera que también hay una calle dedicada a la comida y los artículos oaxaqueños? Sí, existe, y se llama callejón de La Santísima, casi en la esquina con Soledad.

En este escondido rincón, entre puestos ambulantes de lentes de sol, juguetes y ropa, descubrirás locales que ofrecen mezcal, chapulines, tlayudas, pan de yema y otros productos oaxaqueños a precios accesibles. Entre todos ellos, el más popular es Aquí es Oaxaca. No solo por la calidad de sus productos, sino porque alberga el restaurante oaxaqueño más antiguo de la zona, y probablemente de toda la Ciudad de México: Casa Nela. Este lugar tiene más de sesenta años de historia, siendo un punto de reunión para la comunidad oaxaqueña que llegaba al entonces Distrito Federal en busca de nuevas oportunidades.

Al caminar entre los puestos, notarás una pequeña aglomeración alrededor de dos mesas improvisadas en la banqueta. Al asomarte, verás una barra repleta de productos oaxaqueños y, frente a ella, un comal manejado por un hombre que prepara varias tlayudas al mismo tiempo. Es imposible no empezar a salivar: has llegado a Aquí es Oaxaca. Subiendo unas escaleras, te encontrarás con Casa Nela, un pequeño restaurante que se ha convertido en una auténtica embajada oaxaqueña en la zona de La Merced.

Aunque el espacio es reducido, su menú es amplio y ofrece auténticos platillos oaxaqueños preparados con ingredientes frescos, traídos directamente de Oaxaca cada semana (todo llega los jueves, dato ideal para lxs más exigentes). La carta incluye delicias como tlayudas, enmoladas, moles negro y verde, amarillo de res, chiles rellenos, tasajo, empanadas, quesadillas y más. Las tlayudas son la especialidad de la casa, disponibles en versiones con chapulines, tasajo, cecina enchilada y hasta pastor. La mejor recomendación es ir acompañadx, pedir varias opciones para compartir y acompañarlas con aguas tradicionales como horchata con tuna, chilacayota o tejate con mezcal. Para el cierre perfecto: chocolate en agua, como se disfruta en Oaxaca.

Visitar Casa Nela no es solo una experiencia gastronómica, sino un viaje cultural que conecta la riqueza de Oaxaca con el corazón de la Ciudad de México. Si buscas un rincón auténtico, lleno de sabor y tradición, este pequeño lugar del callejón La Santísima te espera con los brazos abiertos y el sazón inigualable de la cocina oaxaqueña. ¡Anímate a descubrirlo!

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Dirección:
 Soledad #42, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Horario: Miércoles a lunes de 10:00 a 17:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/casa_nela_
Facebook: facebook.com/p/Casa-Nela-100057442959451/

Mux, un espacio de investigación gastronóimica mexicana en la Roma

¿Qué tanto conoces de la gastronomía mexicana? Aunque hayas vivido toda tu vida en México y disfrutes a diario de sus sabores, es probable que solo hayas explorado una pequeña parte de su inmensa diversidad. Seguro que te encantan los tacos de carnitas o al pastor, y no dudas en disfrutar unas enchiladas o enfrijoladas por la mañana. Incluso, puede que te tomes el tiempo para echarte unos chiles en nogada cada temporada o para visitar los restaurantes oaxaqueños más trendy. Pero lo cierto es que la gastronomía mexicana es tan vasta que resulta casi imposible conocerla en su totalidad.

Además, muchos restaurantes, especializados o no, tienden a ofrecer solo los platillos más populares, lo que limita la oportunidad de descubrir esos sabores menos conocidos pero igual de auténticos. Si eres amante de los sabores mexicanos, Mux es el lugar ideal para ti. Ubicado en la esquina de San Luis Potosí y Jalapa, en la Colonia Roma, este restaurante te invita a un recorrido por los rincones más inesperados de nuestro país.

El nombre “Mux” proviene del idioma mam, una lengua derivada del maya, y significa “punto sagrado“. En este caso, la cocina es ese punto sagrado que conecta a las personas y culturas. Mux busca ser justamente eso: un punto de encuentro entre la Ciudad de México y las comunidades de todo el país, a través de la gastronomía.

Lo que distingue a Mux de otros restaurantes es que se trata de un espacio de investigación gastronómica. La chef Diana López se dedica a viajar por diversas comunidades, aprendiendo directamente de las y los habitantes sobre sus usos, costumbres y, por supuesto, recetas tradicionales. Al regresar a la Ciudad de México, Diana crea un menú de temporada que no solo presenta los platillos que aprendió, sino que también rinde homenaje a las comunidades y personas que conoció en su travesía.

Para que te hagas una idea, en la cuarta temporada (yo fui en septiembre 2024), Mux se centra en la Mixteca Poblana, una región al suroeste de Puebla influenciada por el pueblo mixteco. La chef visitó poblaciones como Tecali de Herrera, Zapotitlán Salinas, La Magdalena, y Atoyatempan, entre otras, donde aprendió recetas locales que van desde platillos callejeros hasta exquisitos moles.

Algunos de los platillos que podrás probar son las gorditas bandera y empanadas de requesón de los mercados, el mole rojo con habas y el tenochtle de la cocinera Tomasa García Soto, o el guaxmole de res de Fidela Enríquez Guzmán. Cada plato es una ventana a la rica historia de estas comunidades.

Pero la experiencia no termina con la comida. La barra de Mux está repleta de destilados artesanales nacionales, como mezcales, sotoles y bacanoras. Puedes disfrutarlos solos, en cocteles o acompañando tu comida, gracias a un menú de maridaje que complementa a la perfección los sabores de los platillos.

Si quieres descubrir la riqueza de la gastronomía mexicana más allá de lo que ya conoces, Mux es una parada obligatoria. La investigación culinaria de la chef Diana López te llevará a un viaje por México sin salir de la Ciudad de México. ¡Una experiencia que no te puedes perder!

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Dirección:
 Jalapa #189, esquina San Luis Potosí, Colonia Roma, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 23:00 hrs.
Costo por persona: A partir de $400 pesos
Instagram: instagram.com/mux_mexico
Facebook: facebook.com/p/Mux-100069120442941

Cantina La Ópera, historia y sabores tradicionales en el Centro Histórico

En 1876, las hermanas Boulangeot decidieron abrir una pastelería elegante en la esquina de San Juan de Letrán y Avenida Juárez, justo donde hoy está la Torre Latinoamericana. La pastelería La Ópera se volvió tan popular que las hermanas se animaron a buscar un local más grande y, en 1895, transformaron su pastelería en la Cantina La Ópera, ubicada en la esquina de 5 de Mayo y Filomeno Mata.

La cantina era tan elegante que rápidamente atrajo a la crema y nata de la época, incluyendo a Don Porfirio Díaz y su esposa Carmelita Romero Rubio, quienes siempre iban acompañados de la alta sociedad mexicana. Sin embargo, tras la Revolución Mexicana, La Ópera perdió a sus glamorosos aristócratas y empezó a ser frecuentada por personajes como Francisco Villa, Emiliano Zapata y sus seguidores. Cuenta la leyenda que Villa, en una noche de copas, disparó su pistola al techo para demostrar su poder.

Con el paso de los años, cuando la Revolución quedó en el pasado, La Ópera volvió a recibir a distinguidos comensales como Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, Emilio Portes Gil y Ernesto P. Uruchurtu. También se convirtió en un punto de encuentro para grandes intelectuales de México y Latinoamérica como Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas, Gabriel García Márquez y Octavio Paz.

Más de 140 años después de su inauguración, y 121 años desde que se convirtió en cantina, La Ópera sigue abierta, ofreciendo momentos agradables y llenos de historia a todxs sus visitantes. Aquí puedes disfrutar de una gran variedad de platillos mexicanos tradicionales y otros españoles. Entre los favoritos están la Lengua Veracruzana, Sopa de Tortilla, Machitos a la Parrilla, Lengua al Gusto, Tacos de Pollo, Enchiladas Suizas, Pulpo a la Gallega, Caracoles en Salsa de Chipotle y Chamorro a la Gallega. Todo preparado con ese toque cantinero que es cada vez más difícil encontrar. Y, por supuesto, acompañado de una buena variedad de cervezas, vinos y licores.

Lo genial de La Ópera es que ha sabido mantenerse intacta en el tiempo. Conserva todos sus detalles originales desde 1895: techos altos con detalles espectaculares, elegantes gabinetes de madera decorada y una impresionante barra traída desde Nueva Orleans. Estos detalles te transportan al México Porfiriano, a esos lugares llenos de lujo que solía visitar Don Porfirio.

Entre la impecable decoración, el sabor de los platillos, la variedad de bebidas, el excelente servicio y el ambiente bohemio y relajado, visitar La Ópera es una oportunidad increíble para disfrutar de una tarde llena de sabores e historia en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Es uno de esos rincones que todxs lxs chilangxs y turistas deben conocer. Sin duda, una excelente opción para comer rico y pasar un momento muy ameno con la familia, amigxs o pareja.

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Dirección: 5 de Mayo #10, Centro, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 0:00 hrs., domingo de 13:00 a 18:00 hrs.
Facebook: facebook.com/Laoperabar

Nicos, lo mejor de la gastronomía mexicana en Clavería

El 5 de junio de 1957, Raymundo Vázquez (Q.E.P.D.) y María Elena Lugo abrieron por primera vez las puertas de una modesta fuente de sodas en la colonia Clavería. Al principio, solo ofrecían café y helado, pero con el tiempo, doña Elena comenzó a añadir algunos platillos y postres mexicanos que fueron un éxito entre lxs vecinxs. Así, la fuente de sodas Nicos se convirtió poco a poco en un encantador restaurante de barrio. Desde entonces, durante casi 60 años, ha deleitado a lxs amantes de la gastronomía mexicana.

Hoy en día, la cocina de Nicos está a cargo del chef Gerardo Vázquez Lugo, hijo de lxs fundadores, quien ha continuado con la tradición familiar. Comparte recetas tradicionales mexicanas fruto de una profunda investigación y se asegura de usar siempre productos nacionales de alta calidad, provenientes de las cercanías de la Ciudad de México. Esta filosofía ha llevado a Nicos a figurar en las listas de los mejores restaurantes de México y Latinoamérica.

Nicos ofrece una gran variedad de platillos mexicanos pensados para deleitar a todos. Para empezar, puedes disfrutar de un Molcajete de Guacamole o de Salsa Chimalteca, preparados directamente en tu mesa; también puedes probar el Marlín Ahumado en Frío, el Chile Mahuateco Relleno de Trucha Ahumada, las Trancas (taquitos dorados de pollo con crema de rancho), la Tostada de Ceviche con Camarón Roca o el Ceviche de Jurel en Verde. Entre los platos fuertes, puedes saborear una Tilapia Tatemada, unos Camarones Enchipotlados, Pulpos a la Antigua (receta veracruzana, en su tinta con vino tinto), Enmoladas Rellenas de Pato Orgánico con Mole de Xico, Pollito de Leche a la Leña, Pechuga de Guajolote en Clemole Castellano, Carne Asada Chilanga, Carne en su Jugo y el famoso Filete Nicolasa (en costra de chile ancho, una de las especialidades de la casa), entre muchas otras delicias.

No puedes irte de Nicos sin probar alguno de los postres de María Elena. Hay una gran variedad de postres mexicanos: desde una Gelatina de Temporada (sin azúcar), hasta una Tartaleta de Pinole y Amaranto con Chocolate y Cítricos (elaborado con chocolate marfil blanco de Tabasco), pasando por delicias como el Queso Demi Maduro de Vaca (con miel de abeja, frutos rojos y ate casero), el Tamal Rosa de Natas (relleno de xoconostle, nuez, pasas y piñones), el tradicional Arroz con Leche de Convento o el Dueto de Capirotadas (receta de Doña Carmen Estévez de Vázquez), entre muchos otros. ¡Una dulce y deliciosa manera de terminar una buena comida!

Lo que hace único a Nicos es que, a pesar de estar en las listas de los mejores restaurantes de México y Latinoamérica, sigue siendo un restaurante de barrio sin pretensiones. Aquí, se enfocan en ofrecer deliciosos platillos y un servicio excepcional, logrando que todos los comensales se sientan como en casa. Además, buscan mantener precios justos, a pesar de la alta calidad de los ingredientes y la preparación de los platillos.

La cocina del chef Gerardo Vázquez Lugo y los postres de María Elena Lugo, junto con el excelente servicio de todo el equipo de Nicos, hacen que una visita a este restaurante en Clavería sea siempre una experiencia deliciosa. Es un lugar donde se pueden disfrutar todos los sabores tradicionales de la gastronomía mexicana en un ambiente relajado y a precios justos. Perfecto para pasar una tarde deliciosa en compañía de amigxs, colegas o familia, y disfrutar de la mejor cocina mexicana en la ciudad. ¡Un lugar obligatorio para todos lxs amantes de la buena comida!

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Dirección: Av. Cuitláhuac 3102, Clavería, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $500 a $800 pesos
Horario: Lunes a sábado de 7:30 a 12:30 y de 13:00 a 19:00 hrs.
Página Web: nicosmexico.mx
Facebook: facebook.com/nicos.mexico
Instagram: instagram.com/nicosmexico
Twitter: twitter.com/NicosMexico

El Hijo de Don Toribio, un rincón de sabores mexicanos en el Centro Histórico

Si eres fan del Centro Histórico de la CDMX, tienes que conocer el legendario de Don Toribio. Un restaurante que es como un secreto bien guardado en el primer piso de un viejo edificio porfiriano (de esos que abundan en la zona). Aquí puedes disfrutar de auténticos platillos mexicanos con ese toque casero que te hace sentir en casa, ¡y a precios que no te desfalcan! Bueno, pues después de años de deleitar a chilangos, chilangas y turistas, Don Toribio tuvo un hijo. ¿Un hijo? Sí, así es. A solo unos pasos de la Alameda Central (muy cerca de su sede original), se encuentra El Hijo de Don Toribio.

¿Qué tiene de especial El Hijo de Don Toribio? Pues es un pequeño restaurante donde encontrarás deliciosos platillos mexicanos para desayuno, comida y cena, con un sabor increíble y a precios super accesibles. El concepto es simple: entras, caminas hasta la barra del fondo, revisas la carta en la pared mientras haces fila, ordenas, pagas y te entregan un cono anaranjado con un número. Con tu cono, buscas tu mesa ideal.

Una vez sentadx, te servirán el agua del día (o jugo y café si fuiste en la mañana) y la sopa de tu elección. Aquí funciona como comida corrida, así que tu comida incluye agua, sopa y postre. Luego, llega tu plato fuerte con una advertencia: ¡el plato está muy caliente! Haz caso, en serio.

¿Y qué delicias encontrarás en la carta de El Hijo de Don Toribio? En las mañanas o noches, puedes disfrutar de molletitos, enchiladas, huaraches con huevo estrellado, chilaquiles, huevos rancheros, sincronizadas, hot cakes y huevos al gusto, entre otros. Para la comida, hay enchiladas rojas o suizas, enmoladas, sopa de tortilla, fideo seco, pechuga o carne asada, tacos dorados, club sándwich, hamburguesas, salmón asado, tampiqueñas y camarones empanizados, ¡y más!

Lo mejor de El Hijo de Don Toribio, además de la ubicación y el sabor, es el precio. Este pequeño rincón en el Centro Histórico te ofrece rica comida mexicana con porciones abundantes y un servicio muy agradable, por unos cuantos pesos. Es el lugar ideal para comer cualquier día de la semana si vives o trabajas cerca de la Alameda. ¡Un lugar con las 3 B’s: bueno, bonito y barato!

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Dirección:  Luis Moya 31, #Colonia Centro (la entrada está sobre Independencia) , Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $100 a $250 pesos 
Horario: Lunes a sábado de 8:00 a 21:00 hrs., domingo de 8:00 a 18:00 hrs.
Facebook: 
facebook.com/El-Hijo-De-Don-Toribio-541206942674693
Instagram:  instagram.com/dontoribiorest
Twitter: twitter.com/don_toribio