Archivos de la categoría Recomendaciones de Libros

La cultura no solo se encuentra en los teatros y museos, también puedes encontrarla en los libros. Es por eso que, en esta sección podrás encontrar diferentes recomendaciones del ibros de todos los temas, generos y autores.

Venganza de Yoko Ogawa, un recorrido de historias entrelazadas por la intimidad de la venganza

Una mujer que compra una tarta para conmemorar el cumpleaños de su hijo muerto, quien fue encontrado asfixiado dentro de un refrigerador. Una niña que, ante la inminente muerte de su madre, se siente obligada a contactar a su padre ausente. Una anciana obsesionada con cultivar zanahorias con forma de manos. Una mujer que discute con su novio tras enterarse de que, en el departamento de arriba, alguien fue asesinado. La amante de un médico frustrada porque él nunca deja a su esposa. Un curador de un museo de tortura que recorre con frialdad los instrumentos con los que se hizo sufrir a otros. Un hombre cuyo tío, sencillamente, se dejó arrastrar por la vida… y por la muerte.

¿Qué relación podrían tener estos personajes? A simple vista, ninguna. Pero si piensas en la teoría de los seis grados de separación —esa que sostiene que cualquier persona en el mundo puede estar conectada con cualquier otra a través de una cadena de no más de seis conocidxs—, entonces todo comienza a tener sentido. Agrega a eso los encuentros cotidianos con desconocidxs en el transporte, la oficina, o incluso en la calle, y de pronto parece que todas las historias, por extrañas o trágicas que sean, están más cerca de lo que pensamos. ¿Quién sabe con cuántos asesinos te has cruzado sin saberlo? ¿O con cuánta gente cuya vida se ha entrelazado con la tuya sin que lo notes?

La escritora japonesa Yoko Ogawa toma esta idea de conexiones invisibles y la transforma en una inquietante y fascinante obra: Venganza. Esta novela, compuesta por una serie de relatos aparentemente independientes, revela poco a poco cómo cada historia se entrelaza con la siguiente, como piezas de un rompecabezas narrativo donde un gesto mínimo —una llamada equivocada, un una visita al zoológico, una conversación trivial— puede marcar el destino de alguien más.

Más allá de su estructura entrelazada, lo que hace a Venganza verdaderamente poderosa es su temática: todas las historias giran en torno a ese impulso primario, oscuro y doloroso que es la venganza. Pero aquí no se trata de venganzas estridentes ni espectaculares como en la Trilogía de la Venganza de Park Chan-wook. Lo que Ogawa construye es una red de venganzas íntimas, silenciosas, incluso ambiguas. Algunas no se concretan nunca; otras lo hacen con una violencia que sorprende por lo contenida.

Venganza es una lectura inquietante y seductora. Una exploración de las emociones humanas más crudas: el dolor, la tristeza, la frustración, la rabia, la culpa y, claro, la necesidad de justicia —o al menos de catarsis. Con una prosa sencilla pero precisa, Ogawa nos sumerge en un mundo donde lo extraño es cotidiano, y lo cotidiano es potencialmente trágico.

Venganza no solo es una colección de cuentos oscuros y bellamente escritos, sino también un espejo distorsionado de nuestra propia humanidad. Una lectura perfecta para quienes disfrutan de historias que inquietan más de lo que explican, que conectan sin avisar y que dejan resonando una misma pregunta: ¿cuán cerca estás tú de la historia de alguien más?

Kim Ji-Young, nacida en 1982 una novela de Cho Nam-joo que desató una revolución en Corea del Sur

Kim Ji-Young, nacida en 1982 es solo una mujer. Una más, como las miles y miles que nacieron y viven en Corea del Sur. Esposa y madre, lleva una vida tan ordinaria que no podría llamarse de otra forma que Kim Ji-Young, el nombre más común entre las mujeres nacidas en Corea ese año. Sin embargo, un día cualquiera, algo cambió: comenzó a hablar con “la voz” de una de sus mejores amigas, fallecida poco tiempo antes. Después, empezó a hablar como otras mujeres que habían sido parte de su vida.

¿Kim Ji-Young estaba fingiendo o había perdido la razón? ¿Qué fue lo que la llevó a actuar así? A partir de ese episodio, la protagonista inicia un viaje por su infancia y juventud, reviviendo todos esos momentos que, aunque aparentemente comunes, la moldearon como mujer. Una mujer crítica que, aunque nunca se había rebelado, termina cuestionando —sin proponérselo del todo— ese sistema patriarcal que la oprimió y la silenció desde pequeña.

Kim Ji-Young, nacida en 1982 es la tercera novela de la escritora surcoreana Cho Nam-joo. Aunque narra una historia sencilla y aparentemente sin relevancia, se convirtió en un fenómeno literario en Corea del Sur, con más de un millón de ejemplares vendidos. Fue el punto de partida de uno de los movimientos feministas más radicales del país: el 4B o “Cuatro Noés” (no al matrimonio, no a los hijos, no al sexo y no a las citas con hombres). Además, la novela inspiró las llamadas “leyes Kim Ji-Young”, una serie de reformas para combatir la discriminación de género en el ámbito laboral.

¿Cómo es que una historia tan cotidiana llegó tan lejos? Precisamente porque no es extraordinaria. Es una historia que refleja la realidad de millones de mujeres en todo el mundo, más allá de las diferencias culturales. A través del relato de la vida de Kim Ji-Young, la autora expone con crudeza las múltiples formas de machismo y violencia de género: la brecha salarial, el acoso sexual, la discriminación hacia las madres, la invisibilización del trabajo doméstico. Realidades tan comunes y normalizadas que muchas veces pasan desapercibidas, incluso para quienes las viven.

Más que una novela, Kim Ji-Young, nacida en 1982 es un ensayo ficcionalizado. Cho Nam-joo utiliza datos duros, estudios y bibliografía especializada que aparecen sutilmente en el texto, para desmontar la estructura patriarcal incrustada en la sociedad coreana —y por extensión, en muchas otras—. Su objetivo es claro: sacarnos de la comodidad de lo “normal” y hacernos reflexionar sobre cómo hemos aceptado, casi sin cuestionarlo, un sistema que oprime a la mitad de la humanidad.

En tiempos donde el feminismo sigue siendo tergiversado y combatido, libros como este nos recuerdan el poder transformador de las historias personales. Kim Ji-Young, nacida en 1982 no solo visibiliza lo que muchas mujeres callan; también da voz a una generación que se cansó de vivir en silencio. Una lectura imprescindible para quienes quieren entender —y cambiar— el mundo en el que vivimos.

Que no muera la aspidistra, una crónica de George Orwell sobre la guerra contra el dios Dinero

Gordon Comstock era un hombre culto. Un poeta que, por necesidad, se había visto obligado a trabajar como redactor publicitario, escribiendo los copys de los grandes productos que arrasaban con el mercado inglés de la década de 1930. Aunque ganaba bien en la agencia New Albion, no se sentía realmente feliz ni cómodo con su trabajo. Y es que, desde hacía algún tiempo, Gordon había comprendido que su oficio solo contribuía a alimentar la devoción por el dios Dinero, contra el cual él había decidido declararse en abierta rebelión.

Pero, bajo la fina superficie del fraude comercial, se escondía una realidad mucho más profunda: se percató de que el culto al dinero había sido elevado a la categoría de religión. Y esta realidad se le antojó cada vez más evidente. Tal vez sea la única religión real que nos queda, la única que verdaderamente «practicamos». El dinero ocupa el lugar de Dios.

Por eso abandonó su prestigioso empleo y se refugió en una librería destartalada, donde apenas ganaba unos chelines a la semana, pero podía convivir con su más grande pasión: la poesía. Gordon era un poeta publicado y, aunque su primer libro fue bien recibido por la crítica, apenas logró vender unas cuantas copias. Sin embargo, eso no lo desanima: está convencido de que su nuevo proyecto, un poema épico titulado Los Placeres de Londres, marcará un antes y un después en la literatura inglesa.

El primer efecto de la pobreza es que mata el pensamiento.

Pero declararle la guerra al dinero en un mundo regido por el dios Dinero no es tarea fácil. Con un salario miserable, Gordon apenas puede cubrir sus necesidades más básicas. Y aunque esto era parte de su plan, pronto descubre que el dinero no solo compra comida o techo, sino también tiempo, libertad, relaciones y hasta amor. En su mundo, no se puede comer sin dinero, ni leer, ni tener amigos, ni siquiera amar sin que medie alguna transacción económica.

Porque, después de todo, ¿qué hay detrás de todo eso sino dinero? Dinero para una educación esmerada, dinero para trabar amistades influyentes, dinero para disfrutar de tiempo libre y de tranquilidad mental, dinero para los viajes a Italia. El dinero escribe libros y el dinero los vende. iOh, Señor, no me concedas rectitud, sino dinero, sólo dinero!

Que no muera la aspidistra es la tercera novela —cuarta obra literaria— de George Orwell. En ella relata la historia de un hombre que lucha por mantenerse fiel a sus convicciones, alejándose lo más posible del culto al capital. Como muchas de sus obras (salvo Rebelión en la granja y 1984), tiene un tono autobiográfico que nos permite entender mejor la vida de Orwell y los dilemas éticos que marcaron su pensamiento, obra y acciones.

El bien y el mal ya no importan, salvo cuando van ligados al éxito y al fracaso. De ahí la profunda conexión entre el bien, la bondad, y el éxito. Los diez mandamientos se reducen a dos: «ganarás dinero», dirigido a los jefes, que son los elegidos, los sumos sacerdotes del dios del dinero; y «no perderás tu trabajo», que atañe a los empleados, esa gran masa de esclavos y subordinados.

Más allá del valor autobiográfico —pues Orwell también trabajó en una librería y vivió en carne propia la precariedad económica—, Que no muera la aspidistra es una novela que vale la pena por su prosa ágil, su tono sombrío y su crítica mordaz a la modernidad. A través de la historia de Gordon, Orwell nos invita a reflexionar sobre los costos humanos del progreso industrial y del dominio de la publicidad: un mundo donde producir riqueza importa más que preservar la vida o la dignidad. Un mundo donde incluso los médicos, hospitales y farmacéuticas estarían dispuestos a dejarte morir si no puedes pagar por tu cura.

El tema del dinero todavía lo atormentaba. ¿Cómo se puede hacer el amor cuando tu mente sólo piensa en los ocho peniques que tienes en el bolsillo?

Lejos de ofrecer respuestas fáciles, Orwell nos deja frente a una pregunta inquietante: ¿es posible vivir fuera del sistema sin quedar excluido de todo lo que hace que valga la pena vivir? Que no muera la aspidistra no es solo una crítica al capitalismo; es también un retrato honesto del precio que se paga por querer ser libre.

Confesiones de una Máscara de Yukio Mishima, homosexualidad, tradición y guerra en el Japón Imperial

Kochan nació el 14 de enero del año 14 de la era Taisho (llamada así por el emperador reinante de 1912 a 1926), o sea, 1925 según el calendario gregoriano. Desde antes de entrar a la escuela, ya se sentía diferente a los demás; su complexión débil y su cuerpo enfermizo lo llevaron a ser criado con cuidados especiales por parte de su abuela. Cuando aún era muy joven, lo llevaron a ver una presentación de Shokyokusai Tenkatsu, una célebre ilusionista, conocida tanto por su habilidad como por su extraordinaria belleza. Al día siguiente, Kochan —diminutivo de Kimitake— entró a la habitación de su madre, sacó un quimono, se maquilló y se disfrazó de la afamada ilusionista. Después, salió corriendo a la sala, donde estaban su familia y algunas visitas, para gritar que él era Tenkatsu. El numerito, como era de esperarse, terminó avergonzando a su abuela y a sus padres.

“Durante muchos años afirmé que podía recordar cosas que había visto en el instante de mi nacimiento. Cuando decía eso, los mayores, al principio, se reían; pero luego se preguntaban si intentaba burlarme de ellos, y miraban con desagrado la pálida cara de aquel niño tan poco infantil.”

Tiempo después, hojeando un libro religioso, Kochan se topó con una pintura de San Sebastián, realizada por Guido Reni. La imagen lo impactó, pero no por las dos flechas que atravesaban al mártir mientras contemplaba el cielo con cara de éxtasis, sino por la belleza y sensualidad del cuerpo del santo. Con esa imagen, Kochan descubrió que era diferente, que era un “invertido” —como se decía en ese entonces— y que no encajaba en la estricta moralidad del Japón imperial. Obligado a mantener las apariencias, se vio forzado a ponerse una máscara para camuflarse en las normas sociales de un país que estaba entrando en guerra.

“Aquél día, en el instante en que mi vista se posó en el cuadro, todo mi ser se estremeció de pagano goce. Se me levantó la sangre y se me hincharon las ingles como impulsadas por la ira. Aquella parte monstruosa de mi ser ser que estaba a punto de estallar esperó que la utilizara con ardor sin precedentes, acusándome por ignorancia, jadeando indignada.”

Confesiones de una Máscara es la primera novela del polémico autor japonés Kimitake Hiraoka, mejor conocido como Yukio Mishima. En ella, el autor revela varios detalles de su vida, explorando la dualidad de ser un hombre homosexual, de derecha, y líder paramilitar en un país tradicional y fuertemente moralista. Aunque Mishima nunca habló abiertamente de su sexualidad, sí fue un miembro activo de la comunidad gay de Tokio en los años 40 y 50, y dejó entrever su orientación en varias de sus obras. Confesiones de una Máscara es, en muchos sentidos, una salida del clóset literaria.

“Como consecuencia de la autodisciplina mantenida desde la infancia, yo creía que era preferible la muerte antes que ser un hombre tibio y poco viril, un hombre sin ideas muy claras de lo que le gusta y no le gusta, un hombre que sólo desea ser amado y no sabe amar.”

La novela se centra en la infancia y adolescencia de Kochan, quien nace en los últimos años del Japón imperial —ese país cerrado al mundo exterior y apegado a sus tradiciones sintoístas y católicas —, y nos lleva por su juventud y primeros años de adultez, durante la Segunda Guerra Mundial, la caída de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, y los primeros años de la posguerra. Esto no solo nos adentra en los recuerdos más íntimos y pasionales del autor, sino que también nos permite asomarnos a un Japón que existía antes de convertirse en el gigante surrealista y tecnológico que conocemos hoy.

“Era maravilloso. Me había convertido en un hombre capaz de seducir a una chica sin ni siquiera amarla y, cuando la llama del amor empezaba a arder en su pecho, de abandonarla fríamente. ¡Qué lejos estaba del modelo de estudiante virtuoso y ejemplar!”

La primera vez que supe de Mishima fue leyendo ¡Despertad, oh jóvenes de la nueva era!, una novela del Nobel Kenzaburō Ōe. En ese texto autobiográfico, Ōe menciona la amistad que tuvo con Mishima, a pesar de sus ideas políticas radicalmente opuestas. También menciona los entrenamientos paramilitares de Mishima y su obsesión por restaurar el imperio japonés y cerrar el país a la influencia occidental. Si no mal recuerdo, Ōe también relata que Mishima se suicidó por seppuku (sí, el famoso harakiri) durante un fallido golpe de Estado. Por todo eso, y tras ver una foto de Mishima en Wikipedia (donde parece fisicoculturista de anime), siempre pensé que era el típico japonés hipermasculinizado tipo Vegeta de Dragon Ball.

“Era curioso que aquella vida cotidiana tan temida no diera ninguna señal de arrancar. Vivíamos en una especie de guerra civil, y daba la impresión de que ahora la gente pensaba en el «mañana» todavía menos que en tiempos de guerra.”

Por eso, cuando me enteré de que Confesiones de una Máscara era autobiográfica, quedé sorprendido. No solo me cambió la imagen del autor, sino que me permitió conocer su lucha por aceptar —y al mismo tiempo esconder— su orientación sexual. Además, un detalle fascinante es que, pese a tratar un tema tabú para la época, la novela fue muy bien recibida por la sociedad japonesa de mediados del siglo XX. Me gusta pensar que, aunque la homosexualidad era mal vista públicamente, siempre hubo cierta aceptación soterrada, gracias a tradiciones como el shudō (relaciones entre samuráis), retratada en obras de Ihara Saikaku, uno de los grandes autores del periodo Edo. Si te interesa ese tema, te recomiendo Historias de Amor entre Samuráis, de Saikaku.

“Parecía haber olvidado que me habían robado la esperanza de poder morir suicidándome de forma natural en la guerra.”

Confesiones de una Máscara es una novela extraña… pero extraña en el mejor de los sentidos. Empieza con la historia de un niño que se descubre homosexual en un país profundamente conservador; nos cuenta sus fantasías más intensas, su desesperado intento por enamorarse de una mujer para conservar la fachada, y cómo todo esto ocurre en medio de un contexto histórico cargado de guerra, destrucción y transformación. A través de Kochan, vivimos el fin de una era, el trauma de las bombas atómicas, y la lenta transición de Japón hacia el mundo moderno. Además, leer esta novela nos puede ayudar a entender mejor algunos de los animes con los que crecimos.

“Por eso, para mi constituyó una suprema delicia caminar apoyándome en el brazo de Omi. Debido quizá a mi frágil constitución, por lo general, un presentimiento de maldad se mezclaba siempre con todas mis alegrías. Pero en ese caso, lo único que sentí fue la recia e intensa sensación del contacto con el brazo de Omi.”

Es un texto accesible, con una prosa fluida y una historia que, aunque parece pequeña, termina tocando temas profundos y universales. La vida de Kochan puede parecer común, pero está cargada de significado, contradicción y belleza. Así que, si te llama la atención conocer el lado más íntimo de uno de los escritores más polémicos y fascinantes del Japón moderno, o si quieres conocer más sobre la transición del Japón Imperial al Japón Moderno, dale una oportunidad a Confesiones de una Máscara. No es solo una novela autobiográfica, es un espejo roto que refleja la lucha por ser uno mismo en un mundo que exige máscaras.

La Vegetariana de Han Kang, una reflexión sobre la locura y la libertad…

Existen innumerables razones para dejar de consumir carne y optar por una dieta vegetariana o vegana. Esta decisión puede surgir por compasión y respeto hacia los animales de granja, que suelen ser sacrificados para el consumo humano, o para reducir nuestra huella ambiental, ya que la producción de carne genera grandes cantidades de CO₂ y consume enormes volúmenes de agua. También puede ser parte de una estrategia para bajar de peso o prevenir enfermedades zoonóticas. Además, adoptar una dieta basada en vegetales puede ayudar a controlar la diabetes tipo 2, la gota, la hipertensión, el colesterol y los triglicéridos. Otras razones pueden ser motivaciones espirituales o incluso cuestiones económicas, ya que las dietas vegetarianas suelen ser más accesibles y sostenibles.

Aunque en México, y gran parte de Occidente, cada vez hay más personas vegetarianas, en la Corea del Sur de 2007 esto no era tan común. En aquel entonces, Corea del Sur se estaba alejando de la religión y lo espiritual (antes de 2005, gran parte de la población se consideraba budista o cristiana, pero en el censo de ese año, la mitad de la población declaró no profesar ninguna religión). Además, el consumo de carne se había convertido en una especie de lujo; una forma de demostrar poder adquisitivo al comer carne blanca o roja todos los días.

Yeong-hye era una mujer más común que corriente, sin nada que la hiciera destacar. Cheong, su esposo, la había elegido precisamente porque no sobresalía del resto, lo que le evitaba la presión de parecer más culto o de destacar socialmente. Esta aparente estabilidad les permitió construir una relación sólida y tranquila. Sin embargo, una noche, después de una larga jornada laboral, Cheong encontró a Yeong-hye en la cocina metiendo en una bolsa miles y miles de wones de carne a la basura. Ella estaba absorta en sí misma, como si estuviera sonámbula. Al exigirle una explicación, lo único que ella pudo decir fue que había tenido un sueño.

Desde ese sueño, Yeong-hye nunca volvió a ser la misma. Decidió dejar de consumir carne porque le daba asco su aroma, un rechazo tan profundo que llegó al punto de no querer acostarse con su esposo porque olía a carne. Como era de esperarse, ni a Cheong ni a la familia de Yeong-hye les gustó la idea de que se volviera vegetariana. No solo la tomaron por loca por no darles una razón “válida” para dejar de comer carne —al fin y al cabo, pudo volverse budista—, sino que también buscaron, por todos los medios, obligarla a retomar la carne, lo que desencadenó una serie de consecuencias que afectaron a la mujer y a toda su familia.

La Vegetariana es la tercera novela de Han Kang, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2024. Esta novela corta narra la historia de una mujer que, de manera radical, decide —o quizá es forzada por su subconsciente— a dejar de comer carne y adoptar una dieta completamente vegetariana (aunque, en realidad, su estilo de vida parece más cercano al veganismo). Sin embargo, La Vegetariana va más allá de una simple historia sobre el cambio de dieta: nos sumerge en un viaje hacia la locura, o lo que su familia percibe como tal, mientras nos permite explorar la cultura coreana y los recovecos más oscuros de una familia aparentemente normal.

Dividida en tres partes, la novela utiliza el devenir de Yeong-hye como pretexto para adentrarse en la mente y la vida de otros tres personajes. La primera parte, La Vegetariana, está dedicada a Cheong, el esposo de la protagonista; la segunda parte, La Mancha Mongólica, explora la mente y las perversiones del cuñado de Yeong-hye; y la tercera parte, Los Árboles en Llamas, profundiza en la psicología de In-hye, la hermana de la protagonista. Cada una de estas historias fue publicada originalmente como novela corta y, aunque pueden leerse de forma independiente, al hacerlo en el orden propuesto en la novela completa adquieren un sentido y una profundidad únicos, llevándonos por la vida de estos personajes mientras enfrentan la “locura” de Yeong-hye.

La Vegetariana es una reflexión sobre la violencia humana, el deseo, la vergüenza, la empatía y la locura como una forma de romper con lo “normal”. Perotambién es una crítica al papel de las mujeres en sociedades patriarcales que reprimen la individualidad y castigan la disidencia. Yeong-hye, al romper con las normas impuestas, es vista como un peligro para el equilibrio familiar y social, lo que la convierte en víctima de una violencia silenciosa que la empuja a un abismo del que es difícil salir. Han Kang, con una prosa delicada pero demoledora, nos invita a cuestionar los límites de la cordura y la libertad en un entorno donde ser diferente puede ser considerado un acto de rebeldía imperdonable.

Pandora de Liliana V. Bloom, una historia de cuerpos, deseos y vacíos

Pandora es una mujer gorda. Una mujer que ha vivido toda su vida luchando no solo contra su peso, sino también contra la forma cruel en la que la tratan por el tamaño de su cuerpo. Incluso su madre siente repulsión hacia ella y no pierde oportunidad para hacérselo notar, lanzándole comentarios hirientes todos los días, sometiéndola a dietas interminables y demostrando un rechazo constante. Parecería que solo su padre la acepta tal como es; pero una mañana, Pandora lo encuentra muerto en su cama, perdiendo así a la única persona que la veía como un ser humano y no como “la gorda”.

“Ser gorda equivale a ser una pared lista para ser grafiteada por los odios de los demás. Ser gorda es ser aquella esquina donde todos los vecinos dejan sus bolsas de basura sin mayores consecuencias.”

Por otro lado, Abril es una mujer que, en apariencia, lo tiene todo. Vive en una casa elegante junto a sus gemelos y está casada con el doctor Gerardo Viela, el ginecólogo más prestigioso y guapo de la ciudad. Puede darse todos los lujos que desee y tiene el tiempo suficiente para ir a clases de pilates y mantener una dieta estricta, lo que le permite conservar un cuerpo delgado que todas envidian y que todos desean. ¡Su vida es perfecta! Sin duda, logró todo lo que siempre quiso, a pesar de que antes de casarse vivió con el peso de la discriminación por su sobrepeso.

“Abril decía que ella jamás perdonaría una infidelidad y mucho menos seguiría conviviendo con alguien que la traicionara de esa manera. Ahora, años después, convertida en ama de casa con dos hijos, rodeada de comodidades y siendo la envidia de sus amigas, la forma de proceder ya no le resultaba tan clara.”

Gerardo, por su parte, es el hombre ideal. Un hombre salido de los sueños más románticos y eróticos: increíblemente guapo, exitoso, educado y con una posición económica envidiable. Tiene una esposa a la que todas consideran perfecta, incluso con las cicatrices que dejó el embarazo, y una vida que parece igualmente perfecta. Sin embargo, bajo esa fachada, Gerardo se siente vacío. La realidad es que, desde que Abril perdió todo ese peso antes de casarse, él ya no siente el mismo deseo por ella. Y es que, a diferencia de lo que su esposa cree, impulsada por las normas sociales, Gerardo siempre ha preferido a las mujeres de cuerpos grandes.

“Una mujer bien alimentada, robusta, es un símbolo de su gusto por la vida, un apetito por el gozo de existir, no solo por las donas y el helado. El peso de una mujer es el indicador de su búsqueda de placer.”

Pandora, de Liliana V. Blum, es una novela que teje magistralmente la historia de dos mujeres marcadas por los estándares de belleza y los deseos ajenos. Por un lado, está Pandora, quien ha sido víctima del rechazo de su madre y de una sociedad que la juzga por su cuerpo, llevándola a aceptar que nunca será amada ni deseada. Por el otro, está Abril, quien, tras sufrir una infancia como niña obesa, logra casarse con el hombre “perfecto” y vive obsesionada con mantener esa perfección a toda costa. Pero… ¿Qué es realmente la perfección? ¿Quién dicta qué tipo de cuerpo es deseable?

“Más tarde averigüé que, en el mundo de las parafilias, hay un nombre para nosotros dos. Él sería el feeder, el que alimenta. Yo, la feedee, la que es alimentada hasta que el estómago se distiende hasta su límite.”

Pandora es más que una historia de amor o, mejor dicho, deseo. Es una novela que cuestiona las normas sociales impuestas sobre el cuerpo femenino y las complejas relaciones entre el hambre, el placer y la aceptación. Nos sumerge en un mundo de pasión desenfrenada que lleva a sus protagonistas al límite de sus deseos, donde terminan siendo víctimas de sus propios vacíos emocionales.

“La relación comida-mujer es complicada. Los hombres comen para saciarse y listo. Las mujeres suelen preparar la comida, la rechazan, la desean, la odian, la engullen, la vomitan, la añoran.”

Una historia intensa, bien narrada y fácil de leer que atrapa a las y los lectores en el universo complejo de Pandora y Abril, dos mujeres cuyas vivencias, aunque extremas, resonarán en más de una persona. Una novela que no teme explorar los rincones oscuros del deseo y la autoaceptación, y que deja en el aire una pregunta incómoda pero necesaria: ¿Realmente alguna vez somos libres de nuestros cuerpos?

Cenizas en la Boca de Brenda Navarro, un viaje emocional a través de la Pérdida, la Violencia y la Pertenencia

La trágica muerte de Diego, quien se arrojó desde la ventana de su recámara en un quinto piso, dejó una marca imborrable en su hermana. Seis segundos en el aire, el tiempo que tardó en caer al suelo, son suficientes para marcar la memoria de quien lo amaba. Aunque ella no estaba en Madrid en ese momento, la imagen de su hermano cayendo se quedó con ella, y el eco de esa tragedia la empujó a revivir su historia. La historia de dos hermanos que comenzaron su vida en México, cuando su madre los abandonó al cuidado de sus abuelos para mudarse a Madrid. Y luego, años después, la madre los trajo de vuelta a su lado en una ciudad nueva, en un país diferente. Todo culminó de forma abrupta cuando, cansada de las circunstancias, la hermana de Diego decidió huir a Barcelona en busca de un futuro, o quizá un presente, distinto.

Pero la muerte de Diego no solo la lleva a recordar su pasado en busca de respuestas sobre su suicidio. No. La necesidad de llevar sus cenizas de vuelta a su familia mexicana la llevó de regreso a un México que no era el que ella recordaba. El país al que regresó ya no era el mismo. México, en lugar de ser un refugio de recuerdos felices, se había transformado en un lugar marcado por la violencia y el narcotráfico. Un México que había arrebatado a las personas cercanas a ella y a Diego. Y es en este México violento donde la protagonista tendrá que replantearse su anhelo de regresar, enfrentándose a una nueva realidad.

Cenizas en la Boca es la desgarradora novela de Brenda Navarro que narra el viaje emocional de una mujer que busca comprender las razones detrás del suicidio de su hermano adolescente. A través de la vida de Diego y su hermana, la autora aborda y cuestiona temas cruciales como la desigualdad, el racismo, la xenofobia, el arraigo y desarraigo, y la necesidad humana de pertenecer. Todo esto en una historia impactante que refleja la realidad de muchas mujeres latinas que se vieron obligadas a abandonar su país, ya fuera por cuestiones económicas, políticas o personales.

Con una narración en primera persona, que se siente íntima y cercana, la protagonista nos comparte las vivencias que marcaron su vida y la de Diego, desde el abandono inicial de su madre hasta la trágica muerte del joven. El lenguaje visceral y lleno de emoción de la narradora transmite el coraje y la rabia que siente al abrirse con los y las lectoras, atrapándonos en su relato. Este enojo nos arrastra a querer entender más, a explorar las motivaciones detrás del suicidio de Diego, y a empatizar con una mujer que, desde muy joven, fue forzada a ser la cuidadora de su hermano.

Cenizas en la Boca es, sin lugar a dudas, una novela desgarradora. A través de sus páginas, Brenda Navarro nos invita a reflexionar sobre temas profundos y dolorosos que siguen siendo relevantes en el contexto contemporáneo, mientras nos sumerge en la compleja realidad de quienes se ven obligados a abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Un relato que nos invita a cuestionar el significado de la pertenencia y la identidad en un mundo cada vez más fracturado.

La Corriente del Golfo de Fernando Cobos Flores, descubriendo el misterio de un velero fantasma

Un velero a la deriva, un contrabandista y un misterio que une tres continentes

En un rincón de Noruega, el periódico El Rotativo de Florø publicó una historia que parecía sacada de una leyenda marinera: un velero de 15 metros de eslora había sido hallado flotando sin rumbo entre los fiordos de Reksta y Helle. La embarcación emergió de la niebla como un barco fantasma, sin señales de tripulación. Cuando los guardacostas lograron abordarlo, descubrieron algo aún más inquietante: dentro, sentado frente a la mesa del camarote, se encontraba el cuerpo momificado de un hombre que parecía haber estado esperando pacientemente su destino. La única pista sobre su identidad era una fotografía desgastada que sostenía en la mano.

A miles de kilómetros de distancia, en las costas de Quintana Roo, las autoridades detuvieron a Santiago Besser, un cubano sorprendido a bordo de una embarcación estadounidense con mercancía de contrabando. En la sala de interrogatorios, el oficial Teurel—un veterano con demasiados años en la Marina—lo cuestionó sobre su barco, el contrabando y, curiosamente, sobre una mujer llamada Susana Lutzhoff. El nombre no le decía nada a Besser… pero estaba claro que alguien la buscaba con desesperación.

Lo que sigue es una historia llena de giros inesperados, donde los secretos del mar nos llevan a través de la Revolución Cubana, la España de la posguerra y las sombras de la Guerra Fría.

Una novela que no esperaba leer… pero que no pude soltar

No sé cómo La Corriente del Golfo llegó a mi Kindle—tal vez la compré por error o por impulso—pero lo cierto es que no estaba en mis planes leerla. Sin embargo, una noche de insomnio decidí darle una oportunidad… y terminé atrapado. En cuestión de horas ya había devorado un tercio del libro y al día siguiente no pude soltarlo hasta llegar al final, que debo decir, es completamente inesperado.

Fernando Cobos Flores construye una historia en la que el velero Blues Babe es testigo de intrigas, secretos y tragedias familiares. Con una narración fluida y envolvente, la novela nos sumerge en el Caribe Mexicano, las costas cubanas y las intrincadas conexiones entre las familias Teurel, Lutzhoff y Besser.

Si te gustan las historias que combinan misterio, historia y personajes inolvidables, La Corriente del Golfo es un libro que definitivamente debes leer.

¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! de Harry Harrison, una predicción del futuro sobrepoblado y el colapso ambiental

A principios del siglo XX, el planeta albergaba 1,700 millones de personas repartidas por los cinco continentes. Para 1950, la cifra se disparó a 2,600 millones, lo que significó un crecimiento del 68.3% en solo cinco décadas. Con los avances médicos y una mayor esperanza de vida, la población siguió en aumento y, para la década de los sesenta, ya superaba los 3,000 millones.

Este crecimiento exponencial, junto con el modelo de consumo desmedido, puso en jaque los recursos naturales del planeta. Pero, ¿qué pasaría si llevamos esta crisis al extremo?

Harry Harrison planteó ese escenario en ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, una novela de distpópica, clasificada como ciencia ficción, publicada en 1966 que nos transporta a un 1999 devastado por la sobrepoblación, la escasez de recursos y la desesperación de una sociedad al borde del colapso.

“Andy se abrió paso a través del último de ellos y, al llegar a la acera, tuvo que saltar por encima de la pierna de un viejo tendido allí. Parecía muerto, no dormido, sin que a nadie le importara la diferencia.”
Harry Harrison, “¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!”

Un mundo sin espacio, sin comida y sin esperanza

En esta distopía, la Ciudad de Nueva York es un caos. Con más de 35 millones de habitantes hacinados en un espacio insuficiente, las calles están repletas de personas sin hogar, y los departamentos minúsculos están ocupados hasta el último rincón. Los coches han dejado de ser útiles, convirtiéndose en chatarra abandonada en cementerios urbanos.

Pero la crisis no se limita al espacio. La escasez de petróleo ha paralizado la producción de gasolina, el agua potable está racionada y los alimentos se han convertido en un lujo inalcanzable. La carne es un bien exclusivo para la élite, mientras que el resto de la población sobrevive a base de proteínas sintéticas, filetes de soya y polvo de caracol.

“Empezaba a babear, y tuvo que escupir el exceso de saliva. Filetes de carne sintética —una caja llena, planos, de color oscuro y grandes en su mano.”
Harry Harrison, “¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!”

Crimen, corrupción y una muerte que lo cambia todo

En esta ciudad al borde del colapso, la ley ha perdido el control. La policía, con personal insuficiente, ignora la mayoría de los crímenes, incluso los asesinatos. Pero cuando Mike O’Brien, un influyente mafioso con conexiones en el poder, es asesinado, el detective Andy Thorn es asignado al caso.

Su investigación lo lleva a una red de secretos oscuros, donde se cruzan la corrupción, la desesperación y un futuro cada vez más sombrío. A medida que sigue las pistas, Andy no solo descubrirá la verdad detrás del crimen, sino que también se enfrentará a una realidad aterradora sobre el destino de la humanidad.

De la novela a la pantalla grande: el origen de “Soylent Green”

Si la trama de esta historia te suena familiar, es porque “¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!” inspiró la película “Cuando el destino nos alcance” (Soylent Green), protagonizada por Charlton Heston en 1973.

En la cinta, la crisis alimentaria lleva a una solución escalofriante: las famosas galletas Soylent Green, que en realidad están hechas con restos humanos. La adaptación cinematográfica tomó una dirección aún más perturbadora que el libro, convirtiéndose en un clásico del cine distópico.

Una advertencia que sigue vigente

Más de medio siglo después de su publicación, la novela de Harry Harrison sigue siendo una advertencia inquietante. Aunque no vivimos en un 1999 colapsado, las problemáticas que plantea —sobrepoblación, crisis ambiental y desigualdad— son más relevantes que nunca.

Si te gustan las historias de ciencia ficción que invitan a la reflexión, “¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!” es una lectura obligada. Disponible en inglés y español en versión Kindle, físico y audiolibro en Amazon, esta novela distópica sigue recordándonos que el futuro que imaginamos en el pasado… aún podría alcanzarnos.

La Fiebre de la Sangre de Oscar de Muriel, un misterio con crímenes, brujería y un oscuro secreto

Poco tiempo después de haber resuelto el caso del Asesino de Violinistas de Edimburgo, un criminal que parecía emular a Jack el Destripador, los detectives Ian Frey y Adolphus “Nueve Uñas” McGray planeaban recibir el Año Nuevo en calma. Sin embargo, sus planes se vieron frustrados cuando el oficial McNair irrumpió en su descanso con noticias alarmantes: una mujer agonizaba en el manicomio y necesitaban su ayuda para encontrar al responsable.

“Al centro había un enorme caldero de peltre, lo suficientemente ancho para bañarse en él, pero en vez de agua estaba lleno de cenizas y de restos carbonizados de extrañísimos objetos.”

Al llegar al sanatorio, descubrieron que la víctima había sido envenenada. Las sospechas recaían sobre un paciente misterioso, conocido solo como Lord Malatesta o “El Marqués de San Orate“, quien había desaparecido justo después del crimen. Durante la investigación, Frey siguió un rastro inusual de hormigas hasta encontrar un objeto inquietante: una cebolla morada perforada con clavos oxidados. Para McGray, no había duda de que se trataba de un amuleto de magia negra, utilizado por brujas para lanzar maldiciones.

“Pasarían siglos y siglos, pero los ecos de las cadenas no se desvanecerían, pues las almas de aquellas brujas nunca encontrarían reposo.”

Este hallazgo llevó a los detectives a emprender una peligrosa cacería que los llevaría de Edimburgo a Inglaterra, siguiendo las pistas de un asesino cuya sombra se extendía hasta Pendle Hill, la legendaria cuna de las brujas de Lancashire. En medio de una feroz tormenta de nieve, Frey y McGray se sumergirán en el oscuro mundo de la brujería, enfrentándose a un complot que podría cambiar la historia del Reino Unido.

“Las brujas tenían incontables alucinógenos de donde escoger: belladona, opio, mandrágora… Sin embargo, no podía pensar qué medio habrían podido usar para administrarle algún veneno.”

La Fiebre de la Sangre, escrita por Oscar de Muriel, es la segunda entrega de las investigaciones de Frey y McGray, un dúo de detectives tan disparejo como brillante. Con personalidades opuestas y métodos poco ortodoxos, su dinámica no solo es intrigante, sino que también aporta un toque de humor que convierte la lectura en una experiencia tan inquietante como entretenida.

Ambientada en la Inglaterra victoriana, la novela sumerge al lector y lectora en una trama repleta de secretos, asesinatos y elementos sobrenaturales. El ritmo es ágil, la tensión se mantiene hasta la última página y el estilo narrativo combina misterio con una dosis justa de ironía y sarcasmo.

“Religiones enteras se han construido alrededor de anécdotas mucho más endebles que ésta. El poder no reside en lo que eres capaz, sino en lo que los otros creen que eres capaz.”

Aunque es la segunda entrega de la serie, no es necesario haber leído el primer libro para disfrutar de la historia. Oscar de Muriel logra que cada aventura sea independiente, permitiendo que nuevxs lectorxs se sumerjan en el universo de Frey y McGray sin sentirse perdidxs.

Con una mezcla perfecta de thriller, novela histórica y fantasía oscura, La Fiebre de la Sangre es una lectura imperdible para quienes disfrutan de los misterios bien construidos, las historias de detectives y los toques de magia y ocultismo. Si buscas un libro que te mantenga intrigado de principio a fin, esta novela es para ti.