Archivos de la categoría Narvarte / Álamos

Restaurantes en las colonias Narvarte y Álamos, y sus alrededores, como la colonia Postal.

Giorella Ristorante, un rincón italiano en la Narvarte

Hubo una época en la que frecuentaba un restaurante de cecina sobre Obrero Mundial, en la colonia Narvarte. Si conoces la zona, sabrás que estacionarse puede ser un reto, aunque a menudo hay espacio sobre Heriberto Frías, pasando la calle Esperanza. Fue justo en esa calle donde, cientos de veces, dejé el coche frente —o muy cerca— de un pequeño restaurante italiano que, aunque discreto, siempre capturó mi atención. Confieso que el antojo de cecina siempre me ganaba, pero aquel local quedaba guardado en la memoria.

Un buen día, buscando algo diferente para comer y deseando romper la rutina, recordé aquel lugar y me encaminé sin pensarlo a Giorella Ristorante. Ya había pasado un buen tiempo desde mi última visita a la zona, y debo decir que el restaurante me sorprendió gratamente. Conservaba su aire sencillo, pero con una propuesta mucho más sólida: un espacio acogedor, cuidado hasta en los pequeños detalles, que ha evolucionado notoriamente desde la primera vez que lo vi hace unos siete u ocho años.

Giorella combina el encanto de un restaurante de barrio con el estilo de un bistró europeo: paredes de ladrillo expuesto, manteles vichy a cuadros y un gran espejo vintage que aporta calidez. En la parte exterior, cuentan con algunas mesas ideales para disfrutar del ambiente relajado de la colonia Narvarte, especialmente en días soleados.

El menú es variado y muy bien pensado. Para empezar, puedes pedir un calzone, unas patatine al forno (papas al horno), calamares fritos o carpaccio, ya sea de res o de salmón. También es altamente recomendable probar una de sus pizzas, que van desde las clásicas italianas —Margherita, Diavola, Bolognesa— hasta opciones contemporáneas como la de tres quesos, Regina o Capriccio.

¿Te quedó un huequito? Entonces prueba alguna de sus pastas frescas: pomodoro, alfredo, carbonara, pesto… hay para todos los gustos. También puedes optar por platos fuertes como la milanesa napolitana, el pollo ripieno o una jugosa arrachera. Para quienes no pueden vivir sin pan, hay paninis deliciosos. Y para cerrar con broche de oro, no te vayas sin probar su pavlova o la clásica panna cotta.

Giorella Ristorante es de esos lugares que te hacen sentir como en casa, con comida reconfortante y un ambiente relajado que invita a quedarte un rato más. Ya sea que busques una cena romántica, una comida familiar o simplemente algo distinto para romper la rutina, este rincón italiano en la Narvarte merece un lugar en tu lista de favoritos. La próxima vez que pases por Obrero Mundial, dale una oportunidad a Giorella: no solo te va a sorprender, te va a conquistar.

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Dirección:
 Heriberto Frías #204, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Domingo a martes de 13:00 a 22:00 hrs.., miércoles a sábado de 13:00 a 23:00 hrs.
Página Web: giorellaristorante.com
Facebook: facebook.com/giorellaristorante
Instagram: instagram.com/giorellaristorante

La Secina, un paraíso de cecina, tlayudas y mezcal en la Narvarte

¿Buscas un rincón en la Narvarte donde puedas olvidarte del estrés de la oficina y deleitarte con algo más que una comida rápida? Pues sobre Obrero Mundial, hay un lugar que parece pequeñito por fuera, pero que dentro es un auténtico paraíso para las y los amantes de la buena comida (y de la cecina, por supuesto). ¡Bienvenidxs a La Secina, donde los tacos y las tlayudas se sirven con una generosa dosis de sabor, y lo mejor de todo, a precios que no te harán quedarte sin quincena!

Desde que entras, lo primero que te recibe es el comal humeante de la semi cocina abierta, donde preparan casi todo lo que vas a comer. Y si te atreves a pedir algo más fuerte que un taco, no dudes en explorar su barra, que, además de ofrecer tragos y cócteles, te tiene una buena variedad de aguas frescas de diferentes frutas que puedes mezclar.

El menú está cargado de cecina en todas sus versiones: natural, enchilada, a la plancha… ¡es una locura! Si eres de los que se emociona con un buen guacamole, o si lo tuyo son los chapulines, tienes que pedir una orden (que viene con una buena porción, por si andas con mucha hambre) y preparar unos tacos de chapulín con guacamole. Si prefieres un plato fuerte, los sopes de cecina o los tacos son la elección segura, pero no te vayas sin probar la tlayuda, que es el alma de este lugar. Y si eres un(a) indecisx (no pasa nada, todos lo somos de vez en cuando), mejor pide cecina mixta y mata dos pájaros de un tiro.

A la hora de acompañar la comida, nada como una Caminero (una cerveza mezclada con mezcal) que te deja con ese sabor ahumado de los buenos mezcales. Pero si prefieres lo clásico, un mezcal o tequila directo también hacen maravillas. Y, para el toque final, el flan casero o el pay helado de limón son como la cereza en el pastel, ¡aunque aquí es más bien un pay!

Lo que más se agradece de La Secina es que, además de comer delicioso, no te va a hacer sentir como si hubieras gastado todo tu sueldo en una sola comida. Aquí, lo que es rico, también es justo.

La Secina es un homenaje a la tradición mexicana, con ingredientes frescos que vienen de todo México: desde la cecina de Yecapixtla hasta los chapulines o las tlayudas de Oaxaca. Y sí, todo lo que comes, está hecho con mucho amor, por productores que cuidan cada detalle.

Así que, si estás buscando un lugar para relajarte con buena comida, mezcal y el mejor ambiente, ya sabes dónde ir. Ya sea con tus amigxs, tu familia o tu pareja (¡o incluso contigo mismx!), La Secina te va a dejar con una sonrisa y el estómago feliz.

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Dirección:
 Obrero Mundial 305, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Martes a jueves de 13:00 a 23:00 hrs., viernes y sábado 13:00 a 1:45 hrs., domingo de 13:00 a 19:00 hrs.
Facebook: facebook.com/La-Secina-1551209341768456
Instagram: instagram.com/lasecina
Twitter: twitter.com/lasecinadf

Tortas Don Polo, el lugar donde se inventó la torta caliente en la Del Valle

Se dice que la torta mexicana —esa delicia en la que cabe de todo, desde carnes frías hasta sardinas, entre dos mitades de telera— surgió en 1892. Según cuenta la leyenda, un niño llamado Armando Martínez, de apenas once años, llegó un día a su casa con hambre y, ante la falta de comida “formal”, se le ocurrió meter jamón, jitomate y aguacate en una telera. Le gustó tanto su invento que decidió abrir la primera tortería del país, justo en su casa, ubicada en el callejón del Espíritu Santo (hoy calle Motolinía).

Otra versión apunta a un taquero de la época porfiriana, quien, en un arranque de creatividad, cambió la tortilla por pan de trigo… y así nació la torta. Pero “haiga sido como haiga sido”, lo importante es que, por prácticas y accesibles, las tortas se ganaron un lugar entre los antojos más queridos del México moderno.

Eso sí: no siempre fueron como las conocemos hoy. Bueno… sí, pero no. Hasta 1956, las tortas que se vendían por todo el entonces Distrito Federal eran frías. ¿Frías? Así es: de queso, jamón y otras carnes frías, sin mayor intervención.

Todo cambió cuando Leopoldo Sánchez Preciado, mejor conocido como Don Polo, abrió un local de tortas en el número 18-A del multifamiliar Miguel Alemán (sí, el que diseñó Mario Pani y compañía). Para destacar entre la marea de torterías que ya existían, Don Polo tuvo una gran idea: vender tortas calientes. Calentaba el pan con mantequilla en la plancha y usaba ingredientes calientes en el relleno. ¡Una innovación total! Su éxito fue inmediato, y desde entonces, Tortas Don Polo se ha mantenido como una de las torterías más icónicas de la Ciudad de México.

Si a estas alturas te preguntas qué puedes comer en Tortas Don Polo, tal vez no pusiste mucha atención. Pero no te vayas con la finta: aquí no solo hay tortas. El menú es bastante amplio e incluye desayunos como molletes, hot cakes, chilaquiles y huevos al gusto. También hay sopas y pastas típicas de fonda (como consomé o sopa del día), antojitos variados y platillos con carne como milanesa, bistec, tacos y guisados. Y, por supuesto… tortas.

Las tortas de Don Polo son sencillas pero sabrosas. Hay de huevo, quesos, milanesa (mi favorita), salchicha, chorizo, jamón, pierna, chile relleno, bacalao y la clásica cubana, entre otras. Puedes pedirlas tal cual o combinar ingredientes. Todas se calientan a la plancha con mantequilla, lo que les da un toque cálido y reconfortante. Además, se acompañan con un ramequín de chiles jalapeños, que son una auténtica joyita.

Dato curioso: Leopoldo Sánchez, el fundador de Tortas Don Polo, es tío del portero Memo Ochoa. Desde 1995, el papá del futbolista, junto con su familia, se ha encargado de mantener viva la tradición de la tortería.

Visitar Tortas Don Polo es como hacer un viaje en el tiempo al México de mediados del siglo XX. Es una forma de disfrutar sabores sencillos y nostálgicos, al mismo tiempo que conoces un lugar que marcó historia en la gastronomía chilanga. La comida es rica y reconfortante; eso sí, los precios no son los más bajos, pero se entiende por la zona en la que se encuentra.

Así que, si andas por el Parque Hundido o el emblemático multifamiliar Miguel Alemán, no lo pienses mucho. Date una vuelta por Tortas Don Polo y prueba un buen pedazo de historia… con pan y mantequilla.

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Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Página Web: tortasdonpolo.mx
Instagram: instagram.com/tortasdonpolo
Facebook: facebook.com/TortasDonPoloMX

Sucursal Féliz Cuevas (Matriz)
Dirección: Félix Cuevas No. 86-A Col. del Valle, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Parque Hundido
Dirección: Gral. Porfirio Díaz No. 534
Col. Noche Buena, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Féliz Cuevas (Matriz)
Dirección: Don Juan No. 116, Col. Nativitas, Ciudad de México, CDMX

Tacos Manolo, auténtica tradición taquera en la Narvarte

Hay quienes dicen que la Narvarte es, ante todo, una colonia de tacos. Lo dicen porque, desde hace décadas, este rincón chilango se ha visto inundado por todo tipo de taquerías que, gracias a la popularidad de la zona, se han convertido en pequeñas leyendas entre la clase media capitalina. Que si el mejor suadero está en el puesto de lámina que solía atender un tal Frank, que si el mejor pastor lo sirven en ese taller mecánico que por las noches se transforma en taquería con un nombre sospechosamente parecido al Vips en pequeño… en fin.

Pues en esta ocasión me llevaron a conocer los Tacos Manolo, otra parada obligada dentro del universo taquero narvarteño, famosa por su especialidad: el Taco Manolo Especial.

Era viernes por la noche cuando llegamos a un puesto de lámina medio escondido sobre Luz Saviñón (sí, la misma señora fundadora del Montepío Luz Saviñón, inaugurado por Porfirio Díaz), pero para nuestra sorpresa, el puesto estaba cerrado. “¡No importa!”, me dijeron. “Tienen un local justo enfrente”. Así que, cruzamos la calle y nos sentamos en la barra de los Tacos Manolo, ahora bajo techo, pero con la misma vibra de antojito callejero.

Apenas nos acomodamos, me dijeron que lo imperdible eran, por supuesto, los Tacos Manolo. Pero como uno no se manda solo y traía antojo de todo, terminé pidiendo uno de la especialidad, uno de pastor y uno de carne árabe. Para completar el festín, una gringa Manolo —que lleva el guiso especial, queso derretido y tortilla de harina— y, para refrescar, una agüita de alfalfa recién hecha.

Poco después llegó la comida. El Taco Manolo resultó ser un guisado de bistec con tocino, bien sazonado, reconfortante. El pastor estaba bien marinado y tenía gran sabor, pero quien realmente se llevó la noche fue la carne árabe: jugosa, especiada y, en mi opinión, de lo mejor que he probado últimamente en la zona.

Eso sí, confieso que mientras hacíamos el pedido pensé: “esto va a salir carísimo”. Pero, ¡sorpresa! Cuando pedimos la cuenta descubrimos que habíamos comido dos personas, sabroso y abundante, por menos de 250 pesos cada quien. Así que sí: valió completamente la pena.

¿Son los mejores tacos del mundo? ¿Merecen el título de leyenda taquera? No me atrevería a llegar tan lejos, pero sí puedo decir que son muy buenos tacos, y probablemente de los mejores que he probado en la Narvarte, la Del Valle, la Álamos y alrededores. Así que, si andas buscando una buena taquería donde hincar el diente, vale más la pena que te des una vuelta por Tacos Manolo y descubras por qué se han ganado el cariño de sus vecinos y vecinas.

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Dirección: Luz Saviñon 1305, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a jueves de 15:30 a 0:30 hrs., viernes y sábado de 15:30 a 3:00 hrs., domingo de 15:30 a 0:00 hrs.
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Instagram: instagram.com/tacos_manolo
Facebook: facebook.com/tacosmanolo1305

Tacos Tony, suadero, lengua y otras delicias en la Narvarte

La zona de la Narvarte es sin duda una de las mecas taqueras de la Ciudad de México. Al recorrer las calles y avenidas de las cinco colonias que conforman la Narvarte (Piedad Narvarte, Atenor Salas, Narvarte Poniente, Narvarte Oriente y Vértiz Narvarte), te toparás con un sinfín de taquerías para todos los gustos y presupuestos. Desde taquerías gourmet con tacos innovadores y rimbombantes, hasta los tradicionales puestos de lámina que sirven delicias como tripa, cabeza o suadero. Sin embargo, entre tantas opciones, puede ser difícil encontrar una taquería que realmente valga la pena. Por eso, si buscas buen suadero en la Narvarte, hoy te hablaré de una de las taquerías más legendarias de la zona: Tacos Tony.

Hace poco más de dos décadas, en la pequeña isla que se forma en el cruce de Universidad, Torres Adalid y Petén, abrió un modesto puesto de lámina donde se ofrecían unos cuantos tacos de suadero, tripa, cabeza, lengua y longaniza. El lugar era sencillo y no llamaba mucho la atención, pero poco a poco, el taquero se ganó el respeto y el cariño de las y los vecinos de la zona. Gracias a su sabor inigualable y su dedicación, Tacos Tony pasó de ser un puesto modesto a convertirse en una de las taquerías más emblemáticas de la Narvarte y alrededores.

Hoy en día, Tacos Tony es tan popular que no solo es visitado por vecinas y vecinos, sino que personas de todas partes llegan para probar su especialidad: el suadero. Su éxito ha sido tal, que ya cuentan con otras sucursales bien establecidas, con servicio y mesas de restaurante donde puedes disfrutar de sus tacos cómodamente y sin gastar tanto. Sin embargo, tanto la clientela como los meseros coinciden en que los tacos del puesto original de lámina son los mejores, porque el taquero de ahí tiene más experiencia y ese toque especial que solo los años de práctica pueden dar.

La estrella indiscutible de Tacos Tony es el suadero, y si visitas este lugar es casi una obligación probarlo. Puedes pedirlo en tacos sencillos, con queso, campechanos (suadero con longaniza) o morelianos (suadero con tripa). Si tienes más hambre, también puedes optar por un huarache o una torta de suadero. Y como en la Narvarte nadie vive solo de suadero, en Tacos Tony también encontrarás una amplia variedad de opciones: bistec, cabeza, longaniza, tripa, lengua, pechuga, muslo, costilla, chuleta fresca y ahumada, e incluso arrachera. Todo lo puedes pedir en taco, torta o huarache, según lo que más se te antoje.

Pero eso no es todo. Además de sus famosos tacos, en Tacos Tony puedes echarte un queso fundido sencillo o con carne, una gordita de chicharrón o suadero, una pizza tradicional (o con lengua y suadero), consomé de res, cebollas preparadas, queso panela y nopales. Y si buscas algo más contundente, no puedes dejar de probar el Molcajete, una delicia que lleva guacamole, chiles, queso, cebolla, nopal y un generoso trozo de suadero. ¿Trozo de suadero? Sí, en Tacos Tony también puedes pedirte un buen pedazo de suadero para disfrutar aún más de la especialidad de la casa.

Si eres amante de los tacos y buscas una experiencia auténtica y llena de sabor, Tacos Tony es un destino obligado en tu recorrido por la Narvarte. Ya sea que vayas al puesto original de lámina o a alguna de sus sucursales, la calidad y el sabor están garantizados. Así que prepárate para deleitar tu paladar y descubrir por qué Tacos Tony es considerado un referente taquero en la zona. y la CDMX.

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Costo por persona:
 Menos de $250 pesos
Horario: Domingo a jueves de 8:00 a 15:00 hrs., viernes y sábado de 8:00 a 5:00 hrs. (los restaurante podrían tener un horario reducido)
Instagram: instagram.com/tacos_.tony
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Sucursales Puesto y Torres
Dirección: Torres Adalid #1702, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Universidad
Dirección: Avenida Universidad #199,  Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX

Hong Kong Restaurante, sabores chinos tradicionales en la Narvarte

Con mis amigas más cercanas tengo un reto: vernos una vez al mes y visitar un restaurante asiático inspirado en un país diferente. La idea es probar comida tailandesa, india, bangladesí, japonesa, coreana, camboyana, libanesa, nepalí, rusa, vietnamita, china y de todas las regiones que podamos encontrar en la CDMX (sin meternos en debates político-académicos sobre si Rusia es parte de Asia o no). Y aunque sabemos que, muy probablemente, no encontraremos comida típica yemení o kazaja, queremos probar lo más posible.

Hace poco nos tocó comida china, pero no queríamos ir a los típicos restaurantes del Barrio Chino o de la zona de Revolución. La idea era visitar La Piedad Viaducto, el verdadero barrio chino (o mejor dicho, de chinxs). Mientras buscábamos opciones, alguien nos habló del restaurante Hong Kong. Nos dijeron que tenía un concepto muy diferente, que al igual que los locales de La Piedad, el menú estaba completamente en chino y que lo frecuentaba principalmente gente de ascendencia china. Eso sí, nos advirtieron: “Lleguen temprano, porque para la una o dos de la tarde ya no hay comida”.

Así que madrugamos y nos lanzamos a Hong Kong, ubicado en la calle de Vértiz, casi llegando a Xola.

Al llegar y elegir una mesa, lo primero que nos llamó la atención fue que cada una tenía un fregadero y una tetera. Nos ofrecieron tres tipos de : verde, rojo o negro. Elegimos el verde y comenzamos a prepararlo, pero desechamos la primera infusión, porque, como nos explicaron, suele ser la peor.

Nos contaron que, por ser hora del desayuno, no había servicio a la carta. En su lugar, teníamos que levantarnos y caminar al fondo del restaurante, donde una gran tina de vapor contenía cestas de madera llenas de dumplings y otros platillos chinos para compartir.

No voy a mentir: no tengo idea exacta de qué pedimos. Pero la mayoría de los dumplings y panes al vapor estaban rellenos de algún guisado de cerdo, y además probamos una sopa de arroz con pollo, unos rollos de ajonjolí negro y un pastel de huevo como postre.

¿Pastel de huevo? Sé que suena raro, pero estaba delicioso. Es como un Crème Brûlée sin vainilla, servido dentro de una base de hojaldre. Los rollos de ajonjolí negro, por su parte, eran como gomitas dulces con intenso sabor a ajonjolí. ¡Toda una experiencia!

Aunque en la mañana el restaurante Hong Kong ofrece esta experiencia única de desayunos al vapor, si vas por la tarde también tienen una buena variedad de platillos a la carta. Eso sí, el ambiente cambia y ya no es tan especial como en la mañana.

Así que, si buscas una experiencia auténtica de comida china en la CDMX, vale mucho la pena darse una vuelta por el restaurante Hong Kong en la Narvarte. No olvides llegar temprano y prepárate para un festín de dumplings y otros antojitos chinos que difícilmente encontrarás en otro lugar.

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Dirección:
 Dr. José María Vértiz #692, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a viernes de 12:00 a 20:00 hrs., sábado y domingo de 9:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $300 a $400 pesos

Pizza Poe, un rincón de pizzas y pastas de inspiradas en los relatos de Edgar Allan Poe

Sobre una de las calles principales de la Colonia Moderna, se esconde un pequeño portal al Baltimore del siglo XIX. Un portal que te llevará a revivir la época de la Muerte Roja, descubrir los crímenes de la Calle Morgue, develar el misterio de Marie Rogêt y vivir aventuras junto a Arthur Gordon Pym. ¿Ya sabes a qué me refiero? Claro, me refiero a un pequeño portal que te transportará a la mente de Edgar Allan Poe, el escritor y poeta del romanticismo estadounidense que conquistó el mundo con sus aterradores relatos gótico, a través de la pizza, la pasta y otros platillos casuales. ¿Te gustaría realizar un viaje a través de la mente de Poe? Entonces acompáñame a conocer Pizza Poe.

Como podrás imaginar, Pizza Poe es un lugar inspirado en los poemas y relatos de Edgar Allan Poe; por lo mismo, desde antes de llegar te recibe un enorme murciélago que te invita a pasar al restaurante de barrio. Una vez adentro, te encontrarás con candelabros antiguos, paredes decoradas con seres alusivos a los relatos y un papel tapiz victoriano. Todo amenizado con una playlist de música post punk, dark wave y gótica para crear la atmósfera perfecta. Aunque el lugar es sencillo, tiene todo lo necesario para pasártela a muy a gusto con tus amigxs o pareja. Pero lo más importante de Pizza Poe no es tanto la decoración, sino que es la comida. Así que hablemos de lo que podrás disfrutar en este lugar.

Para empezar, en Pizza Poe podrás encontrarte con unas cuantas entradas que vale la pena probar, como los dedos de queso, la ensalada Usher (lechuga italiana, sangría, pera, gorgonzola y balsámico) o la MacBeth (una capresse shakesperiana) y lo mejor de todo, las Papas del Príncipe Próspero: papas cambray cocinadas al fuego lento con romero, pimienta, mantequilla y el toque secreto de la casa. También tienen ocho pastas diferentes, que son ideales para compartir. Para que te des una idea, puedes pedirte la Pasta de la Muerte Roja, que lleva pomodoro, especias y queso; o la del Gato, con boloñesa; la Berenice, que lleva parmesano, queso azul, mozarella y cheddar; la Amontillado, con vino, crema y especias; o la Cuervo, que lleva salsa de huitlacoche con queso y trozos de pechuca empanizada con panko.

Una vez que compartiste una entrada y una pasta llegó el momento de echarte una pizza. Tienen tres tipos de pizza, la individual, la grande y la ataúd. La individual es una especie de calzone en forma de cráneo, la grande es un círculo más tradicional y el ataúd es una pizza bastante grande en forma de ataúd y con las orillas rellenas de queso. Además, tienen masa blanca, roja y negra para darle un toque único a tu pizza. En cuanto a los sabores, puedes pedirte una Hawaiana (jamón y queso), una Eleanor (margarita: pomodoro, albahaca y quesos), una Gato Negro (boloñesa), una Morella (pepperoni), una Usher (pera y queso azul) o una Cuervo (Huitlacoche y pollo en Panko).

Y para cerrar con broche de oro, debes echarle un ojo a los cuatro postres de la casa. En este punto debo decir, que Pizza Poe es una pizzería hermana de Lovecraft Café, por lo que al igual que en el inefable café, podrás encontrarte con postres espectacularmente llamativos. Por ejemplo el Cráneo Reanimador, que es un cráneo de chocolate amargo; el Corazón Delator, que es un corazón de chocolate relleno de mousse; la Tarta Lucy, que es un cheesecake de bluberry con chocolate y flores en forma de ataúd; y el Anabel Lee, que es una espectacular escultura de mousse de lychee con mermelada de jamaica al mezcal. Eso sí, todos los postres debes maridarlo con la Cerveza Eleanor, que es una Marshmallow Stout, una espectacular cerveza obscura con bombones asados, que marida a la perfección con cualquier postre. O, si lo deseas, puedes preguntar por las demás cervezas de la casa.

Así que, si buscar un lugar dónde comer rico en un ambiente inspirado en los relatos y poemas de Edgar Allan Poe, el genio de Boston, debes darte una vuelta por la Colonia Moderna y visitar Pizza Poe. Sin duda, saldrás con ganar de regresar a probar toda la carta.

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Dirección:
 Avenida de las Américas #74, Colonia Moderna, Ciudad de México, CDMX
Horario: Miércoles a domingo de 15:00 a 21:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 a $350 pesos
Página Web: pizzapoe.com
Instagram: instagram.com/pizzapoemx
Facebook: facebook.com/pizzapoe
TikTok: tiktok.com/@pizzapoemx

Máneken Café, un oasis de café de especialidad en Eugenia

Hace unos días salió la tercera edición del Pasaporte del Café de Especialidad y obviamente lo compré, porque me parece una buena forma de conocer nuevos cafés a lo largo y ancho de la Ciudad de México. Y hoy, hojeando el pasaporte, descubrí que me quedaba una cafetería a unos pasos de donde tendría mi junta (bueno, a una estación de metro/metrobús), así que, no lo pensé dos veces y decidí darme un tiempo para pasar antes de mi junta, por un café de Máneken Café, en la Narvarte Poniente.

Después de cruzar la ciudad en la Línea 3 del Metrobús, me bajó en Eugenia, crucé a la acera y empecé a caminar en busca del lugar. Debo confesar, que, por un momento pensé que el lugar no existía, y es que se encuentra muy bien escondido entre la enorme panadería, la entrada al metro y los puestos ambulantes que se adueñaron de la banqueta; pero, justo después de pasar unos baños públicos, me encontré con una pequeña puerta de cristal que indicaba que había llegado a Máneken Café. Por el tamaño de la puerta, y por la ubicación, pensé que sería un café muy pequeño; sin embargo, al entrar, descubrí que estaba completamente equivocado.

Entre a un pequeño pasillo. Primero me recibió una vieja máquina para tostar café, que daba inicio a una fila de unas cuatro o cinco mesas pequeñas; frente a ellas, una larga barra, detrás de la que había dos baristas que me dieron la bienvenida muy amablemente. Al terminar esta barra, había otro pasillo un poco más largo, con más mesas; y, al final de este, había otra barra donde preparaban alimentos. Más allá de la barra se podían ver las máquinas donde tuestan el café que sirven en Máneken.

Al pedir mi doble cortado, uno de los baristas me comentó que tenían dos granos diferentes de café, uno de Chiapas y otro de Guerrero (si no mal recuerdo), uno lavado y el otro natural. Le comenté que no quería que fuera un café tan ácido y él me recomendó el Chiapas. Mientras preparaban mi café, empecé a ver su carta de bebidas y de alimentos. Resulta que, en Máneken Café tienen tres bebidas a base de espresso: espresso, capuchino y latte; pero también cuentan con varios métodos de extracción para servirte un buen café filtrado: aeropress, sifón japonés, chemex, clever, v60 y prensa francesa. También tienen infusiones/tizanas, tés, sodas italianas, chamoyadas, smoothies y chocolate, entre otras bebidas. Para comer, Máneken Café ofrece una buena variedad de desayunos (como molletes, chilaquiles, sopes, enchiladas y huevos a la cazuela), crepas dulces y saladas, y algunos otros platillos casuales, sin pretensiones.

Mientras veía el menú, me sirvieron mi café y un vaso con agua. Probé el café y debo decir que me gustó bastante. No era un café ácido, pero tampoco era tan amargo, de hecho, era un café con una buena variedad de matices y sabores, lo que hizo que disfrutara cada sorbo del mismo. Terminé mi café, me sellaron el pasaporte para darme un descuento y me fui contento con mi nuevo descubrimiento cafetero. Así que, seguramente regresaré a este café y casa tostadora, que es un oasis de tranquilidad en medio del caos de la zona, la próxima vez que tenga junta por acá.

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Dirección:
 Av. Cuauhtémoc #905, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a sábado de 7:00 a 21:00 hrs,, domingo de 8:00 a 16:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/cafemaneken
Facebook: facebook.com/ManekenCafe

El Makech Púrpura, sabores yucatecos en la Narvarte

José Pedro Roque Coronado llegó a la Ciudad de México a principios de los años setenta. Dejó Tekanto, Yucatán, para convertirse en radiotécnico acá en el extinto Distrito Federal. Para 1975, su amor por la gastronomía de su natal Yucatán lo llevó a abrir un pequeño puesto de lámina en la esquina de Quemada y Cumbres de Acutzingo, en el mero corazón de la Narvarte. Y, con el paso del tiempo se fue ganando el cariño de las y los vecinos de la zona, permitiéndole abrir un sencillo restaurante llamado El Makech Púrpura en la calle de Tepozteco, muy cerca de su esquina original.

Han pasado casi 50 años de que el señor José Pedro abrió el puesto de lámina y casi 40 desde que abrieron el local. ¡Imagina todo lo que pudo pasar en ese tiempo! Miles y miles de vecinas y vecinos han comido en este lugar, consolidándolo como el más popular de la zona. Y, con el tiempo, El Makech Púrpura se convirtió en uno de los restaurantes de cochinita pibil más famosos de toda la CDMX.

¿Qué vas a encontrar en El Makech Púrpura? Básicamente Cochinita Pibil, Lechón Dorado, Pavo al Pibil, Pavo en Escabeche, Salpicón y Relleno Negro. Todo esto lo puedes pedir en taco, panucho o en torta (solo lechón, cochinita y pavo pibil); y, para acompañar también puedes pedirte una sopa de lima, un codizito, manitas de puerco al pibil o una cazuela de queso holandés, carnes de res y puerco. Para cerrar con broche de oro, puedes pedirte una jericaya, un flan napolitano, un merengue yucateco o una marquesita clásica o combinada.

Eso es todo. El Makech Púrpura es un restaurante que brilla por su sencillez y su servicio rápido. No es un lugar para sentarte a platicar por horas y horas, es más bien un lugar donde puedes sentarte y comer rico y (relativamente) barato sin perder mucho tiempo. Ese combo es probablemente el que ha hecho que se consolide como uno de los restaurantes yucatecos más populares de la CDMX. Así que, si andas en la zona de Narvarte/Del Valle y buscas un lugar para comer algo rápido y sin pretensiones, puedes darte una vuelta por El Makech Púrpura y disfrutar de su tradición yucateca.

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Dirección:
 Tepozteco #26, Narvarte Oriente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/el_maquech_purpura
Facebook: facebook.com/ElMaquechP

Salvaxe, pizzas y snacks veganos en la Ciudad de México

Yo era de esos que pensaban que la comida vegana era aburrida y sin sabor. O sea, ¿qué pueden comer lxs veganxs además de pasto? Solo me venían a la mente ensaladas con vinagre y aceite de oliva o limón, porque parece que todo lleva leche o huevo. Hasta el vino puede tener algo de origen animal, como suero de leche, clara de huevo, gelatina, o cola de pescado. Pero, ¡oh, sorpresa! Estaba equivocado. Resulta que lxs veganxs pueden comer cosas deliciosas, con texturas y sabores tan buenos como los que comen lxs omnívorxs.

Un gran ejemplo de esto es Salvaxe, una pequeña pizzería vegana escondida en algún rincón de la Colonia Independencia, y que ahora ya cuenta con sucursales en la Roma y Coyoacán. ¿Pizza vegana? ¡Sí! Y tienen una variedad increíble de pizzas, todas deliciosas. Entre las más destacadas están la de Carnitas (con setas fritas), la de Salvaxe (con arrachera de seitán y champiñón), la Chori-Champi (con chorizo vegetal de champiñón), la de Cuatro Quesos (con quesos veganos), la BBQ (con seitán a la bbq), la Margarita y la de Pastor (con seitán), entre otras.

Además de las pizzas, en Salvaxe también puedes encontrar varias pastas veganas, con y sin gluten. Algunas recomendadas son la Alfredo, Arrabiata, Pesto y Aglio Olio. Y para acompañar, tienen Aros de Cebolla, Papas Gajo y Papas al Pesto. Para beber, ofrecen agua del día, refrescos, malteadas, vinos, cerveza nacional y artesanal, y kombucha en varios sabores.

Si estás pensando que esas pizzas veganas seguramente son malas, estás muy equivocadx. El pan con el que hacen la pizza es delicioso, y han logrado una combinación de ingredientes perfecta que hace que cada bocado sea un deleite. Aunque no lo creas. Además, el ambiente en Salvaxe es super agradable y relajado, ideal para pasar una tarde de pizzas con tu familia, pareja o amigxs.

Salvaxe es un lugar único en la CDMX; una pizzería diferente donde veganxs y omnívorxs pueden disfrutar de ricas pizzas a precios más que accesibles y en un ambiente muy relajado. Es una opción ideal para satisfacer ese antojo de pizza, sin importar cuáles sean tus creencias gastronómicas.

Prepara tu Visita
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Horario: Martes a domingo de 14:00 a 22:00 hrs.
Página Web: salvaxe.mx
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Instagram: instagram.com/salvaxe.mx
Twitter: twitter.com/SalvaxeMX

Colonia Independencia (Narvarte)
Isabel la Católica #1147, Colonia Independencia, Ciudad de México, CDMX

Condesa
Chilpancingo #23, Hipódromo, Ciudad de México, CDMX

Coyoacán / CU
Copilco #301, local 5, Copilco Universidad, Ciudad de México, CDMX