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Restaurantes sencillos donde gastarás de $200 a $300 pesos aproximados.

Tierra Linda, tamales y sabores mexicanos en la Colonia Argentina Antigua

Esta historia nos lleva a principios de los años noventa, a una antigua casa escondida entre las calles de la colonia Argentina Antigua, en algún punto entre el Panteón Español y el Panteón Francés. Tras perder su empleo, el jefe de familia y su esposa tuvieron una idea: comenzar a revender tamales desde el zaguán de su casa. Aunque al principio no eran ellos quienes los preparaban, las y os vecinos pronto se encariñaron con el pequeño puesto y comenzaron a llegar cada vez más. La demanda creció tanto, que su proveedora ya no se dio abasto. Fue entonces cuando decidieron preparar sus propios tamales, con el toque especial de su tierra natal: Guerrero.

Poco a poco, los tamales caseros comenzaron a conquistar la colonia. El zaguán tamalero se fue ampliando, tanto en espacio como en propuesta. Se agregaron mesas en la planta baja de la casa y, con el tiempo, más y más platillos al menú. Hoy, 35 años después, aquel humilde puesto es Restaurante Tierra Linda, un restaurante 100% mexicano que celebra, conserva y difunde la riqueza de nuestra gastronomía.

Desde que entras a Tierra Linda, te recibe una cálida atmósfera llena de tradición. En sus repisas descansan juguetes y artesanías mexicanas, y una larga barra de mosaicos sirve como punto de despacho para los tamales y atoles. Los dos salones, que antes fueron garajes, hoy están adornados con papel picado y réplicas de pinturas mexicanas típicas de la época de los calendarios de cocina. El ambiente es acogedor, alegre y lleno de identidad.

En el menú encontrarás una gran variedad de tamales dulces y salados hechos en casa. Desde el clásico tamal verde, hasta joyas como el tamal costeño con pollo, chile morita y hoja santa (esperemos que Zahie Téllez no se enoje por ese guiño). Entre los dulces destacan el tamal canario, preparado con harina de arroz, rompope y vainilla; el criollo, con maíz azul y arroz con leche; y el de queso con zarzamora. Todos son un apapacho al paladar.

Pero no creas que en Tierra Linda solo hay tamales. Si vas por la tarde, puedes disfrutar de un menú de tres tiempos que, aunque recuerda a la clásica comida corrida, aquí tiene un giro especial: eliges entre varios platos fuertes que siempre están en la carta y te lo sirven con sopa, guarnición y agua fresca. Algunas delicias que puedes encontrar son: chile en nogada (disponible casi todo el año), sopes de cecina, costilla en mole verde, tlayudas, tampiqueña o salmón en salsa de almendras.

Y si llegas después de la comida, te espera un abanico de antojitos mexicanos: pozole blanco, sopa azteca, tostadas de pata, quesadillas (fritas o al comal) con el guisado de tu elección. También destacan la cecina con cazuelas, la costilla azteca, los huauzontles en salsa pasilla o unas enchiladas bien servidas. Para beber, nada como un agua fresca de jamaica con guayaba o de mamey con coco… ¡deliciosas y refrescantes!

¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Además del sazón, la decoración y el servicio, lo mejor de Restaurante Tierra Linda es el precio. Aquí puedes comer delicioso y en porciones generosas sin desfalcar tu quincena. Un rincón auténtico, lleno de sabor y de historia, donde cada platillo te recuerda lo bonito que es comer como en casa. Así que, si andas en la zona de Tacuba o Cuatro Caminos y sus alrededores, o si solo quieres comer una rica comida mexicana, vale mucho la pena que ta vayas a la colonia Argentina Antigua y disfrutes de los sabores que ofrece el Restaurante Tierra Linda.

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Dirección:
 Lago Maracaibo #120, Colonia Argentina Antigua, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $200 a $300 pesos (puedes comer por menos de $200)
Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 22:30 hrs.
Página Web: mitierralinda.pro
Facebook: facebook.com/TierraLindaRestaurante
Instagram: instagram.com/tierralindarest

Pipiris Fríes, el paraíso de las papas a la francesa en el sur de CDMX (Colonia Educación)

La papa es amor. No, no me refiero al líder religioso, sino al delicioso tubérculo que ha conquistado nuestros corazones (y estómagos). Su versatilidad la convierte en un ingrediente estrella que puede prepararse de mil formas diferentes, y todas, absolutamente todas, son deliciosas. Por eso, cuando escuché sobre un lugar especializado en papas a la francesa, no lo pensé dos veces. Crucé la Ciudad de México de punta a punta —desde Lindavista hasta Tasqueña— solo para probarlo.

Así fue como llegué a Pipiris Fríes, un pequeño pero sorprendente local escondido en la colonia Educación (aunque pa’mi ya es Coapa). Este rincón gastronómico está ubicado dentro de una privada a unos pasos de la zona comercial, lo que lo convierte en un espacio tranquilo, íntimo y perfecto para una salida casual. Desde el mural en la fachada hasta la cálida iluminación y las mesas pequeñas que invitan a compartir, el lugar tiene un encanto relajado que te pone de buenas apenas llegas.

Pero lo que realmente destaca es la variedad del menú. ¿Cómo puede una carta centrada en papas a la francesa ser tan variada? ¡Fácil! Porque aquí no sirven simples papas, sino auténticos platillos completos con una base de papas crujientes y toppings para todos los gustos. Nosotros probamos las Boneless Hot Fries, cubiertas con trozos de boneless, queso gouda y cheddar, bañadas en salsa de alitas. También pedimos las Chili Cheese Fries, con chili con carne y doble queso. Pero eso es solo el principio: también hay versiones con pulled pork, carne asada estilo norteño o una mezcla de tres quesos.

Si prefieres algo más personalizable, puedes pedir las Only Fries, que vienen solo con papas y te permiten elegir la proteína, queso y aderezo que se te antoje. Y si lo tuyo no son las papas (aunque no lo entendamos), también puedes optar por unos Asada Nachos o Chili Cheese Nachos, igual de sabrosos.

¿Antojo de algo dulce? Entonces prueba las Sweet Potato Fries, hechas con camote amarillo, crumble de galletas María y Oreo, y el topping de tu elección (cajeta, lechera o choco-avellana). O atrévete con las Macho Fries, plátano macho frito presentado al estilo papa, con crumble y topping incluido. Para cerrar con broche de oro, no te pierdas las malteadas: hay desde las clásicas hasta las Premium, cargadas de galletas, crema de avellana y otros toppings perfectos para saciar el munchis.

Pipiris Fríes es el lugar ideal para consentirte sin gastar de más y descubrir todo lo que se puede hacer con unas buenas papas a la francesa. Ya sea que vayas en plan antojo, cita casual o comida entre amigxs, este rinconcito al sur de la CDMX promete darte justo lo que necesitas: papas, sabor y mucho amor. ¿Qué esperas para lanzarte?

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Dirección:
 Calle A Mz. VII Local D, Colonia Educación, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX (Búscalos en Google Maps)
Costo por persona: de $200 a $300 pesos (puedes comer por menos de $200)
Horario: Lunes a jueves de 15:00 a 21:00 hrs., viernes y sábado de 15:00 a 22:00 hrs. y domingo de 15:00 a 20:30 hrs.
Página Web: pipirisfries.com/home
Facebook: facebook.com/pipirisfries
Instagram: instagram.com/pipirisfries
Twitter: x.com/PipirisFries
TikTok: tiktok.com/@pipirisfries

Taiyo, un rincón de sabores japoneses en la Colonia Industrial y Santa María la Ribera

Un mensaje de Instagram de la barista del café de la colonia me puso en alerta: “¿Ya viste el nuevo lugar que acaban de abrir cerca del Metro Potrero?”. Junto al mensaje, una foto del volante de Taiyo, un restaurante japonés que prometía ser una joya en la Colonia Industrial. Como amante de explorar cada rincón de la zona, no lo pensé dos veces: ¡tenía que conocer este lugar!

Al día siguiente, a eso de las dos de la tarde, me dirigí a la calle Real del Monte, casi esquina con Fortuna, para visitar Taiyo, el nuevo restaurante japonés cerca del Metro Potrero. Al llegar, noté que aún estaban terminando detalles de la mudanza: una pareja colocaba los últimos letreros en la fachada, y el pequeño salón aún necesitaba algunos toques. Sin embargo, el lugar ya estaba listo para recibir a las y los comensales. Taiyo es un espacio pequeño pero acogedor, con cinco o seis mesas y una barra que deja ver la cocina abierta, creando un ambiente sencillo pero ideal para disfrutar de una buena comida.

Fui recibido con una calidez que me hizo sentir como en casa. Los dueños, quienes también son vecinos de la zona y tienen otros negocios en Santa María, me contaron que su sueño siempre fue abrir un restaurante para la comunidad. ¡Un auténtico lugar de barrio para el barrio! Me entregaron la carta, y me dispuse a explorar el menú de este rincón japonés en la CDMX.

Un menú Japonés y Nikkei

Si te gusta el manga o la cultura japonesa, el nombre Taiyo (que significa “sol” en japonés) ya te dará una pista de lo que encontrarás. El menú combina comida japonesa tradicional con toques Nikkei, esa fusión que nació de la migración japonesa a Latinoamérica. Aunque el lugar es pequeño, el menú tiene todo lo necesario para una experiencia gastronómica memorable.

Para empezar, puedes elegir entre kushiages, gyozas, camarones tempura (o crunchy), una tostada de atún o una clásica sopa misoshiru. Como plato fuerte, destacan los doce tipos de rollos maki de la casa, o puedes optar por opciones como el pollo Hunan (agridulce), el tonkatsu (milanesa de cerdo), el maguro (atún sellado con costra de ajonjolí) o los irresistibles tacos de camarón. También hay opciones como gohan o yakimeshi para lxs amantes del arroz.

Yo pedí unos kushiages de manchego y plátano con queso crema, un Salmón Ichi Maki (con salmón, kakiage y aderezo de chipotle) y un pollo Hunan. Todo lo acompañé con un agua de jamaica con guayaba, que estaba fresca y deliciosa. La comida resultó ser sencillo y cumplidora, aún así , ¡superó expectativas!

Un toque Artístico único

Lo que hace especial a Taiyo no es solo la comida, sino también su vibra. El lugar está decorado con ilustraciones coloridas que evocan personajes de nuestra infancia, con un estilo que recuerda a Cartoon Network o incluso al Tío Grandpa. Esto no es casualidad: Taiyo surgió de un colectivo de artistas del tatuaje, lo que explica el cuidado en los detalles gráficos del menú y la decoración.

Comida para llevar y Servicio a Domicilio

Otro punto a favor es su servicio para llevar y entregas a domicilio. Aunque no los encontrarás en las apps de comida convencionales (que suelen ser costosas), Taiyo ofrece envíos directos a través de aplicaciones si estás cerca de la zona. Esto es ideal para quienes quieren disfrutar de su comida japonesa sin moverse de casa.

Tras una charla amena con lxs dueñxs y una comida saborsa, llegó la cuenta: menos de $350 pesos por tres platillos y una bebida. ¡Una relación calidad-precio difícil de superar en la CDMX! Taiyo no solo ofrece buena comida, sino también un ambiente cálido y una experiencia que te hace querer volver.

Si buscas un lugar auténtico, sabroso y con un toque artístico en la Colonia Industrial, Taiyo es una parada obligatoria. Ya sea que vivas cerca del Metro Potrero o simplemente quieras explorar algo nuevo, este restaurante japonés te sorprenderá. ¡Ve, prueba y déjate envolver por el sol de Taiyo!

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Horario:
 Lunes a sábado de 13:00 a 21:30 hrs., domingo de 13:00 a 20:30 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/taiyosushimx

Sucursal Colonia Industrial
Dirección:
Real del Monte #199, Colonia industrial, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Santa María la Ribera
Dirección:
Manuel Carpio #62, Santa María la Ribera, Ciudad de México, CDMX

Alingo Lingo, un rincón de sabores y cultura de la Costa Chica de Guerrero en Lindavista

Alingo Lingo es una canción escrita por Álvaro Carrillo que retrata un conflicto territorial entre los pueblos de Juchitán y Huehuetán, ocurrido alrededor de 1916. Con el tiempo, esta melodía se convirtió en uno de los himnos más populares de la Costa Chica de Guerrero, al punto de formar parte del imaginario colectivo de la región. Su estribillo resume el conflicto con un tono juguetón: “Juchitán y Huehuetán andan peleando terrenos; Juchitán dice ‘ganamos’, Huehuetán dice ‘veremos’”.

Hoy existen múltiples versiones de la canción, siendo quizás la más reconocida la que interpretó Óscar Chávez en 1978.

Aunque el significado exacto del título “Alingo Lingo” es un misterio, se sabe que el término proviene de un baile chileno que data de 1822. Llegó a las costas de Guerrero en 1848, cuando los migrantes chilenos que se dirigían a California durante la fiebre del oro hacían escala en esa región. Más allá de su origen, Alingo Lingo —como canción, palabra e incluso baile— se ha arraigado profundamente en la identidad cultural de Guerrero.

Y si quieres experimentar la cultura y gastronomía de la Costa Chica sin salir de la CDMX, debes conocer la Barbachería Alingo Lingo.

¿Qué es una Barbachería?

Tal como su nombre indica, una Barbachería es un establecimiento especializado en preparar y vender barbacoa. En la Barbachería Alingo Lingo, la barbacoa es la estrella del menú: puedes pedirla por kilo, en orden, tacos, tortas o quesadillas.

Pero eso no es todo. La oferta culinaria incluye platillos típicos de Guerrero como el pozole blanco o verde —este último “va calado y va garantizado”—, picaditas acapulqueñas, chalupitas tixtlecas, pancita y tuétanos asados, servidos en sopes o por orden.

Maridaje con chilate o cerveza artesanal

¿Sabes qué hace aún más especial a Barbachería Alingo Lingo? Aquí puedes maridar tus antojitos guerrerenses con una bebida tradicional de la Costa Chica: el chilate, preparado con cacao, arroz, canela y azúcar. También puedes optar por una cerveza artesanal, nacional o importada, bien fría.

Un rincón guerrerense en el corazón de Lindavista

La Barbachería Alingo Lingo se ubica en una de esas casas adaptadas para negocios sobre Avenida Sierravista, en el corazón de Lindavista. El restaurante ocupa lo que fue un gran patio, ahora techado y decorado como si se tratara de una fiesta popular en Juchitán: sencillo pero acogedor, con todo lo necesario para transportarte sensorialmente a un pueblo de la Costa Chica… sin salir del extinto Distrito Federal.

Ya sea que vayas por nostalgia, curiosidad o puro antojo, la Barbachería Alingo Lingo es mucho más que un lugar para comer: es una experiencia cultural que reúne historia, música, tradición y sabor en cada platillo. Un pedacito de la Costa Chica que se saborea con cada taco y se baila en cada sorbo de chilate. Así que la próxima vez que quieras un viaje sensorial sin salir de la ciudad, ya sabes a dónde ir: Alingo Lingo.

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Dirección:
 Sierravista #250, Lindavista, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Martes a jueves y domingos de 9:00 a 17:00 hrs., viernes y sábado de 9:00 a 21:00 hrs.
Página Web: barbacheriaalingolingo.com
Facebook: facebook.com/BarbacheriaAlingolingo
Instagram: instagram.com/barbacheriaalingolingo

Luna Maya, un oasis de sabores yucatecos en la San José Insurgentes

Era viernes por la tarde y me encontraba en San José Insurgentes buscando algo para comer. Pero, al ser Semana Santa, casi todos los restaurantes estaban cerrados. Sí, estaban las típicas taquerías caras —famosas por su relación con el “desvivimiento” de Paco Stanley—, también algunos restaurantes de franquicia sobre Río Mixcoac, e incluso un lugar de comida china. Pero nada de eso se me antojaba. Yo quería algo reconfortante, casero, con sabor.

Fue así que, mientras paseaba sin rumbo por las calles de la colonia, me topé con Luna Maya, sobre José María Velasco. No, no me refiero a Luna Maya Sugeng, la actriz indonesia; me refiero al restaurante de comida yucateca. Y qué bueno que lo encontré.

Al entrar me encontré con un lugar discreto pero acogedor. En el salón principal hay unas seis u ocho mesas, y afuera, un pequeño patio con otra mesa más donde puedes sentarte a comer disfrutando del buen clima. La atmósfera es tranquila, sin pretensiones.

A diferencia de otros restaurantes yucatecos en la CDMX, la carta de Luna Maya es más extensa. La reina, claro, es la cochinita pibil, que puedes pedir en diferentes presentaciones. Pero también hay una buena variedad de platillos yucatecos tradicionales, además de algunas recetas reinventadas por la casa.

Si vas por la mañana, puedes elegir entre distintos desayunos chilango-yucatecos. Desde unos tradicionales huevos rancheros hasta chilaquiles con longaniza de Valladolid, pasando por huevos motuleños, omelette Luna Maya (con cochinita y queso manchego), omelette de pastor yucateco o molletes con huevo.

Todos los desayunos incluyen frijoles colados, tortilla o pan, y café o . Es decir, un desayuno completo y sustancioso desde $120 pesos. Y si después de comer aún necesitas un boost de cafeína, puedes pedir alguna de las bebidas de café que ofrecen: espresso, capuchino, moka o latte.

Si llegas por la tarde y traes antojo de algo más contundente, te puedes arrancar con un queso de bola fundido (sí, el de las marquesitas), unos codzitos, un consomé de pavo, una sopa de lima o una crema de tres quesos (queso de bola, queso crema y manchego).

Después puedes entrarle a las clásicas flautas o tacos de cochinita, a una tranca (torta campechana en pan francés) o, si no traes antojo de cochinita —aunque eso sea herejía en un yucateco—, puedes probar el pavo, ya sea en panucho, salbute, taco o torta.

Pero lo que yo más recomiendo, además de los salbutes, es el frijol con puerco, porque su sazón me transportó directo a los guisos que hacía mi abuela. Una delicia que, honestamente, no se encuentra fácil en la ciudad.

¿Mucha hambre y poco presupuesto?

Esto tampoco es problema. En Luna Maya puedes armar tu combo con sopa, arroz o consomé de pavo, ensalada verde y un plato fuerte (incluye agua del día), por $150 o $190 pesos, dependiendo de lo que elijas.

Y si lo que quieres es llevar el sabor a casa, puedes pedir cochinita o pavo en su jugo para compartir. Desde medio kilo, acompañado de frijoles colados, cebolla encurtida, habanero y salsa de la casa.

Luna Maya es un pequeño oasis yucateco escondido en las calles de San José Insurgentes. Un restaurante sencillo, cálido, sabroso y accesible, donde puedes comer bien desde $150 pesos. Ideal si trabajas o vives por la zona… o si simplemente te quieres consentir con algo del sureste sin salir de la ciudad.

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Dirección:
 José María Velasco #80, San José Insurgentes, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $150 a $350 pesos
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 21:00 hrs.
Página Web: lunamaya.com.mx
Instagram: instagram.com/lunamaya.sazon
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100050709410355
Twitter: x.com/RestauranteMaya

El Olvidado, Café, Pan y sabores ingleses en Coyoacán

Soy un adicto al pan. Un “junkie” panadero que siempre anda en busca de un nuevo shot de carbohidratos. Esa búsqueda me llevó a conocer El Olvidado, un café y panadería verdaderamente único en su tipo. Todo comenzó cuando mi mejor amiga me habló de una panadería de inspiración inglesa en Coyoacán y, como me sonó irresistible, ese mismo fin de semana agarré la bicicleta y crucé la ciudad rodando hasta la Plaza Fray Martín de Valencia, justo frente al infame Callejón del Aguacate, para conocer este peculiar concepto.

Lo primero que vi al llegar fueron unas cuatro o cinco mesitas acomodadas sobre la calle, y al entrar, me encontré con un espacio completamente vintage (por no decir rústico), acogedor y cálido. Un lugar que te hace sentir como en casa desde el primer momento. Me acerqué a la vitrina y comencé a curiosear. El Olvidado no tiene una vitrina gigantesca, pero sí una selección pequeña y bien curada de panadería dulce. Entre sus especialidades encontrarás croissants naturales y rellenos de dulce de leche, chocolatines, tartins con mermelada y un rollo de mazapán digno de culto. También tienen panqués, como el de plátano, cardamomo, amapola con limón y, por supuesto, la joya de la corona: el scone, servido como se debe, con mermelada, mantequilla y crema o queso. ¡Ningún lugar inspirado en la cultura inglesa está completo sin scones!

Para acompañar el pan, ofrecen las bebidas típicas a base de café espresso, capuchino, flat white, macchiato— con granos orgánicos. También tienen opciones como chai, matcha y chocolate, pero su verdadera especialidad es el . Cuentan con una buena variedad de tés negros, verdes, rojos y blancos, clásicos o combinados con frutas y hierbas. Aquí el té es protagonista, como en todo salón inglés que se respete.

Pero eso no es todo. Si llegas con suficiente hambre o te apetece una comida más completa, en El Olvidado también hay un menú inspirado tanto en la cocina inglesa como en la mexicana. Para desayunar puedes elegir entre un clásico English Breakfast (con huevos estrellados, frijoles dulces, salchichas inglesas, tocino y muffins ingleses), huevos benedictinos, salmón benedictino o huevos “casserole”.

¿Prefieres algo más fuerte? Puedes empezar con una sopa thai —porque sí, hubo comercio entre Siam e Inglaterra—, un Shepherd’s Pie, un Irish Stew o un Chicken Tikka Masala. Y como plato principal, hay una gran variedad de sándwiches elaborados con pan de la casa: desde el clásico Coronation Chicken hasta el Grilled Cheese, pasando por el de Roast Beef, Egg & Mayo, Cheese & Onion o Pulled Pork. Si prefieres algo más ligero (aunque eso sea casi un sacrilegio aquí), también hay varias opciones de ensaladas frescas.

Eso sí: ve con tiempo y paciencia, porque tanto esta sucursal como la de la calle Viena suelen estar bastante concurridas, sobre todo por las mañanas. Pero no te preocupes, porque la espera vale la pena. Seguro sales de ahí con el corazón contento, el estómago feliz y la promesa de regresar muy pronto

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Horario:
 Domingo a martes de 8:00 a 20:00 hrs., miércoles a sábado de 8:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página web: elolvidado.com
Instagram: instagram.com/elolvidado__
Facebook: facebook.com/CafeElOlvidado

Sucursal Santa Catarina
Dirección: Calle Pdte. Carranza 267, Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Del Carmen-
Dirección:
Av. México #36, Del Carmen, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX

Fortuna Café de Especialidad, un templo de pan y café en la Tepeyac Insurgentes

Si vives en la zona de la colonia Industrial, seguramente conoces la calle de Fortuna y su gran oferta gastronómica escondida en casas y locales a lo largo de esta arteria vial. Aquí puedes encontrarte con birria bien servida, sushi barato, pollos estilo broster, hamburguesas al carbón, helados y unos de los tacos más tradicionales de los alrededores. Fortuna tiene de todo, pero hasta hace poco le faltaba un buen café. Fue así que, en el lugar donde antes se encontraba un local de crepas, nació Fortuna Café de Especialidad.

Fortuna fue el primer café de especialidad del otro lado de Euskaro y, desde entonces, se ha consolidado como uno de los sitios favoritos para quienes viven en Tepeyac Insurgentes y sus alrededores. Y es que Fortuna Café de Especialidad no es solo una cafetería, es un espacio donde puedes disfrutar pan y pasteles artesanales, perfectamente maridados con una bebida a base de café, todo a precios accesibles. Básicamente, es un lugar para comer rico, enamorarte del pan y echar el chisme con gusto. ¡Comer, amar, chismear!

Una de sus grandes ventajas es que ahí mismo hornean su pan. Esto les permite ofrecer una buena variedad de piezas dulces y saladas elaboradas con masa madre, así como sándwiches y entrepanes con pan artesanal que elevan el sabor a otro nivel. Además, si vas en fin de semana, no te pierdas sus pizzas caseras —hechas con masa también artesanal—, y de vez en cuando sorprenden con menús especiales que incluyen pasta fresca.

Por si fuera poco, Fortuna también funciona como pastelería. Aquí puedes encontrar una tentadora variedad de tartas y pasteles, tanto individuales como familiares. Para antojarte: tarta de limón, tiramisú, tarta de frutas, pastel de crepas a la naranja, cheesecake de frutos rojos y galletes de fresa y durazno (sí, leíste bien: galletes, una especie de híbrido entre galleta y tarta que no querrás dejar pasar). Eso sí, la oferta va cambiando, así que siempre hay algo nuevo por descubrir. También encontrarás galletas y otros antojos ideales para acompañar tu bebida.

¿Y el café, apa? Bueno, como ya te habrás imaginado, aquí el café es cosa seria. Fortuna trabaja con granos de alta calidad y una variedad de métodos de extracción para que elijas el que más se ajuste a tu gusto. Desde un espresso bien tirado hasta una bebida filtrada con calma, aquí el café siempre es protagonista.

Así que ya sabes, si andas por la zona norte de la CDMX y quieres un lugar bonito, rico y relajado para disfrutar un buen café con pan artesanal, Fortuna Café de Especialidad te espera con los brazos abiertos y la barra lista.

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Dirección:
 Unión #189, Tepeyac Insurgentes, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Menos de $250 pesos
Horario: Lunes a viernes de 13:00 a 20:00 hrs., sábado de 14:00 a 20:00 hrs., domingo de 14:00 a 19:00 hrs., (cerrado los miércoles)
Instagram: instagram.com/fortunacafedeespecialidad

La Secina, un paraíso de cecina, tlayudas y mezcal en la Narvarte

¿Buscas un rincón en la Narvarte donde puedas olvidarte del estrés de la oficina y deleitarte con algo más que una comida rápida? Pues sobre Obrero Mundial, hay un lugar que parece pequeñito por fuera, pero que dentro es un auténtico paraíso para las y los amantes de la buena comida (y de la cecina, por supuesto). ¡Bienvenidxs a La Secina, donde los tacos y las tlayudas se sirven con una generosa dosis de sabor, y lo mejor de todo, a precios que no te harán quedarte sin quincena!

Desde que entras, lo primero que te recibe es el comal humeante de la semi cocina abierta, donde preparan casi todo lo que vas a comer. Y si te atreves a pedir algo más fuerte que un taco, no dudes en explorar su barra, que, además de ofrecer tragos y cócteles, te tiene una buena variedad de aguas frescas de diferentes frutas que puedes mezclar.

El menú está cargado de cecina en todas sus versiones: natural, enchilada, a la plancha… ¡es una locura! Si eres de los que se emociona con un buen guacamole, o si lo tuyo son los chapulines, tienes que pedir una orden (que viene con una buena porción, por si andas con mucha hambre) y preparar unos tacos de chapulín con guacamole. Si prefieres un plato fuerte, los sopes de cecina o los tacos son la elección segura, pero no te vayas sin probar la tlayuda, que es el alma de este lugar. Y si eres un(a) indecisx (no pasa nada, todos lo somos de vez en cuando), mejor pide cecina mixta y mata dos pájaros de un tiro.

A la hora de acompañar la comida, nada como una Caminero (una cerveza mezclada con mezcal) que te deja con ese sabor ahumado de los buenos mezcales. Pero si prefieres lo clásico, un mezcal o tequila directo también hacen maravillas. Y, para el toque final, el flan casero o el pay helado de limón son como la cereza en el pastel, ¡aunque aquí es más bien un pay!

Lo que más se agradece de La Secina es que, además de comer delicioso, no te va a hacer sentir como si hubieras gastado todo tu sueldo en una sola comida. Aquí, lo que es rico, también es justo.

La Secina es un homenaje a la tradición mexicana, con ingredientes frescos que vienen de todo México: desde la cecina de Yecapixtla hasta los chapulines o las tlayudas de Oaxaca. Y sí, todo lo que comes, está hecho con mucho amor, por productores que cuidan cada detalle.

Así que, si estás buscando un lugar para relajarte con buena comida, mezcal y el mejor ambiente, ya sabes dónde ir. Ya sea con tus amigxs, tu familia o tu pareja (¡o incluso contigo mismx!), La Secina te va a dejar con una sonrisa y el estómago feliz.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Obrero Mundial 305, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Martes a jueves de 13:00 a 23:00 hrs., viernes y sábado 13:00 a 1:45 hrs., domingo de 13:00 a 19:00 hrs.
Facebook: facebook.com/La-Secina-1551209341768456
Instagram: instagram.com/lasecina
Twitter: twitter.com/lasecinadf

Tortas Don Polo, el lugar donde se inventó la torta caliente en la Del Valle

Se dice que la torta mexicana —esa delicia en la que cabe de todo, desde carnes frías hasta sardinas, entre dos mitades de telera— surgió en 1892. Según cuenta la leyenda, un niño llamado Armando Martínez, de apenas once años, llegó un día a su casa con hambre y, ante la falta de comida “formal”, se le ocurrió meter jamón, jitomate y aguacate en una telera. Le gustó tanto su invento que decidió abrir la primera tortería del país, justo en su casa, ubicada en el callejón del Espíritu Santo (hoy calle Motolinía).

Otra versión apunta a un taquero de la época porfiriana, quien, en un arranque de creatividad, cambió la tortilla por pan de trigo… y así nació la torta. Pero “haiga sido como haiga sido”, lo importante es que, por prácticas y accesibles, las tortas se ganaron un lugar entre los antojos más queridos del México moderno.

Eso sí: no siempre fueron como las conocemos hoy. Bueno… sí, pero no. Hasta 1956, las tortas que se vendían por todo el entonces Distrito Federal eran frías. ¿Frías? Así es: de queso, jamón y otras carnes frías, sin mayor intervención.

Todo cambió cuando Leopoldo Sánchez Preciado, mejor conocido como Don Polo, abrió un local de tortas en el número 18-A del multifamiliar Miguel Alemán (sí, el que diseñó Mario Pani y compañía). Para destacar entre la marea de torterías que ya existían, Don Polo tuvo una gran idea: vender tortas calientes. Calentaba el pan con mantequilla en la plancha y usaba ingredientes calientes en el relleno. ¡Una innovación total! Su éxito fue inmediato, y desde entonces, Tortas Don Polo se ha mantenido como una de las torterías más icónicas de la Ciudad de México.

Si a estas alturas te preguntas qué puedes comer en Tortas Don Polo, tal vez no pusiste mucha atención. Pero no te vayas con la finta: aquí no solo hay tortas. El menú es bastante amplio e incluye desayunos como molletes, hot cakes, chilaquiles y huevos al gusto. También hay sopas y pastas típicas de fonda (como consomé o sopa del día), antojitos variados y platillos con carne como milanesa, bistec, tacos y guisados. Y, por supuesto… tortas.

Las tortas de Don Polo son sencillas pero sabrosas. Hay de huevo, quesos, milanesa (mi favorita), salchicha, chorizo, jamón, pierna, chile relleno, bacalao y la clásica cubana, entre otras. Puedes pedirlas tal cual o combinar ingredientes. Todas se calientan a la plancha con mantequilla, lo que les da un toque cálido y reconfortante. Además, se acompañan con un ramequín de chiles jalapeños, que son una auténtica joyita.

Dato curioso: Leopoldo Sánchez, el fundador de Tortas Don Polo, es tío del portero Memo Ochoa. Desde 1995, el papá del futbolista, junto con su familia, se ha encargado de mantener viva la tradición de la tortería.

Visitar Tortas Don Polo es como hacer un viaje en el tiempo al México de mediados del siglo XX. Es una forma de disfrutar sabores sencillos y nostálgicos, al mismo tiempo que conoces un lugar que marcó historia en la gastronomía chilanga. La comida es rica y reconfortante; eso sí, los precios no son los más bajos, pero se entiende por la zona en la que se encuentra.

Así que, si andas por el Parque Hundido o el emblemático multifamiliar Miguel Alemán, no lo pienses mucho. Date una vuelta por Tortas Don Polo y prueba un buen pedazo de historia… con pan y mantequilla.

Prepara tu Visita
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Página Web: tortasdonpolo.mx
Instagram: instagram.com/tortasdonpolo
Facebook: facebook.com/TortasDonPoloMX

Sucursal Féliz Cuevas (Matriz)
Dirección: Félix Cuevas No. 86-A Col. del Valle, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Parque Hundido
Dirección: Gral. Porfirio Díaz No. 534
Col. Noche Buena, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Féliz Cuevas (Matriz)
Dirección: Don Juan No. 116, Col. Nativitas, Ciudad de México, CDMX

Tacos Manolo, auténtica tradición taquera en la Narvarte

Hay quienes dicen que la Narvarte es, ante todo, una colonia de tacos. Lo dicen porque, desde hace décadas, este rincón chilango se ha visto inundado por todo tipo de taquerías que, gracias a la popularidad de la zona, se han convertido en pequeñas leyendas entre la clase media capitalina. Que si el mejor suadero está en el puesto de lámina que solía atender un tal Frank, que si el mejor pastor lo sirven en ese taller mecánico que por las noches se transforma en taquería con un nombre sospechosamente parecido al Vips en pequeño… en fin.

Pues en esta ocasión me llevaron a conocer los Tacos Manolo, otra parada obligada dentro del universo taquero narvarteño, famosa por su especialidad: el Taco Manolo Especial.

Era viernes por la noche cuando llegamos a un puesto de lámina medio escondido sobre Luz Saviñón (sí, la misma señora fundadora del Montepío Luz Saviñón, inaugurado por Porfirio Díaz), pero para nuestra sorpresa, el puesto estaba cerrado. “¡No importa!”, me dijeron. “Tienen un local justo enfrente”. Así que, cruzamos la calle y nos sentamos en la barra de los Tacos Manolo, ahora bajo techo, pero con la misma vibra de antojito callejero.

Apenas nos acomodamos, me dijeron que lo imperdible eran, por supuesto, los Tacos Manolo. Pero como uno no se manda solo y traía antojo de todo, terminé pidiendo uno de la especialidad, uno de pastor y uno de carne árabe. Para completar el festín, una gringa Manolo —que lleva el guiso especial, queso derretido y tortilla de harina— y, para refrescar, una agüita de alfalfa recién hecha.

Poco después llegó la comida. El Taco Manolo resultó ser un guisado de bistec con tocino, bien sazonado, reconfortante. El pastor estaba bien marinado y tenía gran sabor, pero quien realmente se llevó la noche fue la carne árabe: jugosa, especiada y, en mi opinión, de lo mejor que he probado últimamente en la zona.

Eso sí, confieso que mientras hacíamos el pedido pensé: “esto va a salir carísimo”. Pero, ¡sorpresa! Cuando pedimos la cuenta descubrimos que habíamos comido dos personas, sabroso y abundante, por menos de 250 pesos cada quien. Así que sí: valió completamente la pena.

¿Son los mejores tacos del mundo? ¿Merecen el título de leyenda taquera? No me atrevería a llegar tan lejos, pero sí puedo decir que son muy buenos tacos, y probablemente de los mejores que he probado en la Narvarte, la Del Valle, la Álamos y alrededores. Así que, si andas buscando una buena taquería donde hincar el diente, vale más la pena que te des una vuelta por Tacos Manolo y descubras por qué se han ganado el cariño de sus vecinos y vecinas.

Prepara tu Visita
Dirección: Luz Saviñon 1305, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a jueves de 15:30 a 0:30 hrs., viernes y sábado de 15:30 a 3:00 hrs., domingo de 15:30 a 0:00 hrs.
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Instagram: instagram.com/tacos_manolo
Facebook: facebook.com/tacosmanolo1305